Los contaminantes del aire interior, como el monóxido de carbono, formaldehído, benceno y otros, representan un riesgo significativo para la salud. Para mantener una buena calidad del aire, se deben implementar estrategias en cinco áreas clave:
Los contaminantes del aire interior que más preocupan son el monóxido de carbono, el formaldehído, el benceno, los óxidos de nitrógeno, el naftaleno, el humo ambiental de tabaco, el radón, el plomo y los plaguicidas organofosforados
Principales medidas de control
Para conseguir una correcta calidad del aire interior hay que actuar en cinco áreas:
ventilación, eliminación de los contaminantes del aire, higiene de los sistemas de climatización, control de fuentes contaminantes y control de las instalaciones de climatización.
Efectos sobre la salud
Cáncer de pulmón
Derrames cerebrales
enfermedades cardíacas
Aumenta el riesgo de infecciones respiratorias
Fuentes de contaminación
Aguas albañales procedentes de la actividad humana.
Aguas residuales de origen industrial, que constituyen la principal fuente de contaminación de las aguas.
Emanaciones industriales, en forma de humo o polvo, las cuales son lanzadas a la atmósfera y contaminan el aire.