Kategorier: Alle - juegos - animación - educación - juventud

af Loreto Fernández 4 år siden

259

ÁMBITOS DE INTERVENCIÓN DEL EDUCADOR Y EDUCADORA SOCIAL Y TRABAJADOR/A SOCIAL.

La animación sociocultural y la educación en el tiempo libre son campos importantes dentro del trabajo del educador y trabajador social. Desde sus inicios, el animador social ha trabajado para provocar cambios en las actitudes de los individuos y dirigir su trabajo hacia grupos específicos.

ÁMBITOS DE INTERVENCIÓN DEL EDUCADOR Y EDUCADORA SOCIAL Y TRABAJADOR/A SOCIAL.

ÁMBITOS DE INTERVENCIÓN DEL EDUCADOR Y EDUCADORA SOCIAL Y TRABAJADOR/A SOCIAL.

ANIMACIÓN SOCIOCULTURAL Y EDUCACIÓN EN EL TIEMPO LIBRE.

La profesión del animador, fue desde un principio como simple militante de la acción social, lo que hacía que se rigiera por las ordenes de la asociación a la que pertenecía. El trabajo de animador sociocultural aparece situada entre dos profesiones, la del educador, ya que el trabajo de éste es provocar un cambio de actitudes y la del agente social porque éste dirige su trabajo a los grupos. los distintos colectivos a los que se dirige la animación sociocultural, desde la infancia hasta la tercera edad, los desmigaremos poco a poco, resaltando lo más importante de cada uno de ellos. ---Infancia: Una faceta muy importante en la infancia es el juego, por lo que no se debe olvidar en ningún caso. El niño en esta etapa es moldeable, por lo que se puede educarle mediante le juego, pero también debemos tener claro que hay tiempo para educar y para jugar pero estos dos tiempos pueden estar muy relacionados. Juventud: En la juventud se debe potenciar la sociabilidad y al mismo tiempo la independencia, por lo que debemos tener claro que están en una época donde todo les influencia. Se deben tener en cuenta muchos factores a la hora de intervenir con jóvenes: * Los espacios vitales (relaciones familiares, sociales, tiempos de ocio, tiempos para ellos mismos, ...) * Los territorios ( institutos, lugares para divertirse, para relacionarse...) También debemos tener en cuenta las funciones del educador: - orientador o asesor -agente de presencia en medio abierto. -Estimulador de dinámicas juveniles -Barman positivo en espacios de movida. -Agente dinamizador. -Educador especializado que actúa en diferentes ámbitos. Adultos: Desde el final de la segunda guerra mundial, ha habido un impulso de la educación de adultos. Cuando trabajamos con este sector de la población debemos centrarnos en la experiencia personal de cada persona, pudiendo así, trabajar la actividad cultural. Se han desarrollado muchas ideas a partir de aquí, como la “ciudad educadora”, las universidades populares como desarrollo de la participación social y cultural. Tercera edad: Las personas mayores son sensibles, pues piensan que son demasiado viejas y que posiblemente no sirvan para nada. Por esto debemos trabajar la motivación, y potenciar que sean agentes y protagonistas de su propio desarrollo. Debemos pensar que ellos necesitan una ilusión para vivir. Los campos que deberíamos tocar durante el trabajo con este sector son todos desde el cultural hasta el lúdico, pasando por los campos psicológico, socioeducativo...
Bibliografía: Libro ''Animación Sociocultural: Teorías, Programas y Ámbitos'' de Jaume Trilla.

TERCERA EDAD.

El interés por el envejecimiento ha sido una constante en la historia de la humanidad y se ha afrontado desde multitud de perspectivas: científica, social y cultural. Dentro de este interés destacan fundamentalmente dos aspiraciones u objetivos: la inmortalidad y la búsqueda de la longevidad. el proceso de envejecimiento se pueden formular diferentes cuestiones acerca de cuáles son las dimensiones del cambio, sus determinantes o sus causas, si existen intervenciones que pueden demorar o detener el cambio, cuáles son sus consecuencias directas o indirectas en la vida diaria de las personas mayores o qué pauta sigue el cambio ocurrido. En la actualidad podemos realizar una clara diferenciación entre lo que es el envejecimiento fisiológico y el envejecimiento patológico. La relación entre ambos tipos de envejecimiento se presenta como un continuo: En un extremo del mismo encontramos un envejecimiento relacionado con el proceso del paso del tiempo que puede ser separado claramente de la enfermedad: existen determinados cambios que, con independencia de su extensión, no podrán ser considerados patológicos, tales como las arrugas, las manchas de la piel o el cambio en el color del cabello. En el extremo opuesto encontramos un envejecimiento con cambios que sí puede ser considerado enfermedad, y que se percibe en manifestaciones tales como la descalcificación de los huesos, o los problemas en las articulaciones. El objetivo principal de todas las personas es alcanzar un envejecimiento en las mejores condiciones posibles, teniendo en cuenta los múltiples factores que intervienen en el proceso de envejecimiento.
Algunos de los principales efectos evolución demográfica en envejecimiento son: el incremento de los gastos sanitarios, un aumento de la discapacidad, mayor posibilidad de exclusión social y un mayor gasto en protección social en forma de jubilación. El objetivo de la intervención gerontológica es conocer y transformar la realidad del mayor, contribuyendo con otros profesionales a lograr el bienestar colectivo, entendido como un sistema global de acciones que, respondiendo al conjunto de aspiraciones sociales, eleva el desarrollo del bienestar humano en los procesos de cambio social tanto individuales como familiares y/o comunitarios.

Las funciones del trabajador o trabajadora social comprenden tanto funciones de atención directa como de atención indirecta: - Funciones de atención directa • Función preventiva: Detección precoz y prevención de los problemas sociales que dificulten la integración social de las personas mayores. • Función promocional: Desarrollo de las capacidades naturales de las personas mayores para prevenir o paliar su problemática social, fomentando su participación activa. • Función asistencial: Aumento de la capacidad de la persona mayor y promoción de la utilización de recursos para satisfacer sus necesidades sociales. • Función rehabilitadora: Rehabilitación y reinserción social de aquellas personas mayores que han sufrido algún tipo de disminución física, psíquica o social. • Función informativa: Información sobre derechos y recursos sociales para las personas mayores, así como asesoramiento ante las demandas planteadas. - Funciones de atención indirecta • Coordinación: Optimización de recursos y planificación de alternativas de intervención. • Trabajo comunitario: potenciación de los recursos de la comunidad en la resolución y prevención de problemática social. • Gestión orientada a la tramitación de recursos para la atención e intervención social. • Documentación: Diseño, elaboración y cumplimentación de los diferentes instrumentos propios del trabajo social (ficha social, historia social, informe social, y registro de intervenciones). • Planificación y evaluación: diseño de planes, programación, servicios y políticas sociales. • Formación, docencia e investigación. • Dirección, gestión, planificación y organización de centros de mayores.

Todas estas funciones tanto directas como indirectas, se desarrollan en la intervención socio–sanitaria, y van dirigidas a movilizar los recursos formales e informales del entorno de la persona en la tercera edad con la finalidad de dar una respuesta de calidad a las necesidades y demandas planteadas por su dependencia y prevenir el incremento de la discapacidad. Es decir, es fundamental velar por la calidad de los servicios ofertados, así como impulsar la creación de apoyos para los familiares que se ocupan del cuidado de los ancianos en general, y de las personas mayores dependientes en particular.

Bibliografía: Filardo Llamas, C. (2011). Trabajo Social para la Tercera Edad. Revista de Trabajo y Acción Social, (49). 204-219.

DROGODEPENDIENTES.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) entiende por droga “cualquier sustancia que produce alteraciones de las funciones mentales y psíquicas, especialmente las que son formadoras de hábitos, y expresa además, que abuso de drogas es el consumo habitual de estas sustancias, de manera continua y peligrosa, sin prescripción correcta. Se calcula que en estos momentos, de las personas que nacen en el planeta, 10 % tendrá en el transcurso de sus vidas adicción a una sustancia que modifica la conducta, y que alrededor de 4 ó 5 % tendrá conductas desastrosas bajo la influencia de las drogas. Si sumamos ambos resultados tendremos mil millones de personas que representan la sexta parte de la población mundial. Existen dos tipos de drogas: Droga: Toda sustancia que introducida en un organismo vivo, pueda modificar una o varias funciones. Droga de abuso: Sustancia de uso generalmente no médico con efectos psicoactivos (capacidad de producir cambios en la percepción, estado anímico, conciencia y comportamiento) y susceptible de ser autoadministrada. Las drogas de abuso pueden provocar en el organismo fenómenos tales como la tolerancia, la dependencia y daños al individuo. Biblliografía: Díaz del Mazo, L. (2008). Drogodependencia: un problema de salud contemporáneo. MEDISAN, Vol 12, (2).
Asimismo, la drogodependencia es un estado de intoxicación periódica o crónica, producida por el consumo repetido de una droga natural o sintética (Vinent S. Drogodependencia y delito. Conferencia del diplomado de Reeducación, 2002).