Las aplicaciones móviles se pueden clasificar en diversas categorías según sus características y propósitos. Algunas aplicaciones pueden generar dependencia al limitar la capacidad de elección del usuario.
Híbridas: determinados componentes de la programación son comunes para todos los smartphones y otro porcentaje es específico, dependiendo del sistema operativo.
Publicitarias: con fines comerciales la gran mayoría son de distribución gratuita.
Creativas: ofrecen herramientas que potencien la creatividad literaria, musical (y sonora), fotográfica o video-gráfica.
Educativas o informativas: diseñadas y desarrolladas como transmisoras de la información y el conocimiento donde se prioriza el acceso a los contenidos y a las herramientas de búsqueda mediante un interfaz de navegación lo más sencillo y fácil posible.
Por las condiciones de distribución: Pueden clasificarse como gratuitas, de pago y freemium, las cuales permiten su descarga inicial gratuita para un uso limitado y básico, posibilitando posteriormente el acceso a funcionalidades más avanzadas previo pago.
Nativas: su programación en su totalidad es específica para cada Market de distribución.
De producción o utilitarias: proporcionan instrumentos para la resolución de tareas específicas que requieren inmediatez y rapidez para solucionar problemas, en especial en el sector empresarial y comercial.
De relación social: dirigidas a la comunicación interpersonal
De entretenimiento: donde se encuadran mayoritariamente las apps de juegos.
Aplicaciones de dependencia: aquellas que impiden, limiten o determinen nuestros actos, capacidad de elección, creatividad, etc.
Aplicaciones capacitadoras: aquellas que permiten o incitan a buscar posibilidades nuevas o fomentar la creatividad.
Genéricas: prácticamente todo el diseño y programación de lenguaje es compatible con la mayoría de los dispositivos.