Imre Kertész, un escritor húngaro nacido en Budapest en 1929, vivió la dura experiencia del holocausto al ser deportado a Auschwitz a los quince años. Sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial y más adelante volcó sus vivencias en su obra literaria.
Sólo puedo escribir la única novela posible para mí», afirma Köves, el protagonista perplejo del presente libro. Novela extática, de iniciación, en la que una sutil pátina de humor melancólico recorre de punta a punta una acción que se despliega como un juego de muñecas rusas, nos dibuja un paisaje de tono kafkiano en el que la realidad y la ficción se entrelazan en un personaje que vive, en el plúmbeo y denso ambiente dictatorial del estalinismo, la experiencia de escribir a contracorriente.
La bandera inglesa
'Siento por estos relatos algo muy especial, porque son fragmentos de mi propia vida: el desaparecido mundo de mi juventud en Budapest, bajo el estalinismo; aquellas figuras pintorescas, preparadas para sobrevivir, algunas de las cuales no me eran en absoluto ajenas; mi encuentro con la música de Wagner y con la literatura; el despertar de una gran aventura intelectual... y la súbita ruptura, simbolizada en el pasar de un jeep con la bandera inglesa. Cuando terminé de redactar estos relatos, tuve durante largo tiempo la sensación de que acababa de hacerme un regalo a mí mismo.'
Diario de la galera
A falta de algo mejor, he hojeado mis diarios. Mi vida es una novela peculiar. Hay una indudable coherencia. Por otra parte, si bien estos apuntes revelan una forma de vida bastante digna de atención en medio del derrumbamiento centroeuropeo, precisamente las circunstancias centroeuropeas los inutilizan totalmente como documento de una forma de vida merecedora de atención: resultan inútiles porque no sirven de consuelo para seguir viviendo'.
Yo, otro. Crónica del cambio
En esta obra, Kertész nos guía a través de las grandes voces de la literatura y el pensamiento occidental, por la historicidad del yo desde la Segunda Guerra Mundial hasta nuestros días.
Un instante de silencio en el paredón
Los ensayos que componen esta obra constituyen una aproximación radical a la realidad europea del siglo XX vivida desde muy cerca. Al analizar el Holocausto, el acontecimiento más sangrante de la historia reciente, el autor se basa tanto en la propia experiencia como en décadas de reflexión, y aporta una luz decisiva al cua dro que compone la humanidad contemporánea. Pero en este libro no sólo habla una voz que ha vivido la experiencia, sino también una voz europea enmarcada en un arco geográfico que comparte un patrimonio cultural y espiritual. Kerstész habla de su propio país, Hungría, sobre su capital, sobre el concepto de patria en general y sobre algunas de las figuras más importantes de la literatura húngara, tales como Márai, Radnóti o Krúdy.
Kaddish por el hijo no nacido
Si un hijo es objetivación humana del futuro, aquel que no se ha tenido es dolorosa constatación de su ausencia. La historia colectiva toma a menudo en lo individual y sus sufrimientos valor de ejemplo. Es así como Kertész, en este Kaddish por el hijo no nacido, hace un doloroso autoanálisis, brutal, desgarrador y sin concesiones, sobre 'el acontecimiento traumático de la civilización occidental', sufrido directamente por él, y en el que establece una línea de conexión entre la sombra alargada que Auschwitz proyecta y la imposible paternidad.
Liquidación
Keserü trabaja en una editorial y ha recogido los papeles póstumos de B., su amigo escritor, que se ha suicidado. Busca entre ellos una novela inédita y se embarca sin esperarlo en la
revisión de su propia vida. Es entonces cuando comienza a desvelarse también la historia detrás del escritor: su pasado en Auschwitz, sus historias de amor, sus obras inacabadas y la influencia que tuvieron sobre él los cambios políticos de finales de los ochenta.
La lengua exiliada
Cuando pienso en el efecto traumático de Auschwitz, pienso, paradójicamente, más en el futuro que en el pasado. Cuando vivo Auschwitz como un trauma -un trauma que no sólo ha cambiado mi vida sino también, radicalmente, la vida en general-, llego a las cuestiones fundamentales de la vitalidad y la creatividad del hombre actual. Lo que se manifestó a través de la «solución final» y del «universo concentracionario» no se puede malinterpretar, y la única posibilidad de sobrevivir y de conservar las fuerzas creativas pasa por reconocer este punto cero. ¿Por qué no puede ser fructífera esta lucidez?»
Poco después de la caída del telón de acero, cuando por fin su obra narrativa lograba traspasar las fronteras, Kertész empezó a expresar en artículos y discursos las implicaciones éticas y culturales del Holocausto.
Los textos que aquí se recogen por primera vez constituyen la suma de un pensamiento implacable que aborda temas como la relación con el Holocausto, los totalitarismos del siglo XX, la supervivencia y el exilio, los fenómenos del cambio europeo y la nueva Europa por construir.
Un relato policíaco
Un miembro de la policía secreta de un país latinoamericano sin precisar relata, poco antes de ser ejecutado, su experiencia en el Cuerpo. Vuelven a surgir de este modo las preguntas que Imre Kertész siempre nos formula: ¿Cómo se implica el ser humano en la maquinaria de una dictadura? ¿Cómo llega a participar en ella? En este caso, Kertész lo narra desde la perspectiva no de la víctima, sino del verdugo. Con extrema economía, con frialdad, explica la caída de un hombre en la indiferencia moral y en el empobrecimiento definitivo del alma y da así con una de las claves para entender nuestra época.
Dossier K.
El Premio Nobel supuso para Imre Kertész, entre otras cosas, un alud de entrevistas que aparecieron en los más diversos lugares. Al escritor le parecía, sin embargo, que de esos textos emanaba un retrato siempre incompleto de su vida y de su trabajo, un panorama en el que muchas cuestiones sustantivas quedaban siempre en la oscuridad. Dossier K. es una respuesta a esa inquietud; aquí, Kertész se decide a entrevistarse a sí mismo, y se obliga a responder todas las preguntas. Este libro se convierte, así, en un documento insustituible, no sólo acerca de la vida y el trabajo de Kertész, sino sobre la elusiva relación entre la historia y la literatura, entre la biografía del artista y las motivaciones de una obra genial.
Cartas a Eva Haldimann
Durante más de veinte años (entre 1977 y 2002), Imre Kertész y la crítica y traductora de origen húngaro Eva Haldimann mantuvieron una extraordinaria correspondencia en la que comentaron el trabajo y las dificultades del escritor, su salida de la Asociación de Escritores y todas las vicisitudes que el autor tuvo que atravesar hasta conseguir el reconocimiento mundial con el Premio Nobel en el año 2002. Estas cartas forman un maravilloso legado, a medio camino entre la autobiografía y el ensayo, que nos ayuda a entender la trayectoria vital y la intelectual de uno de los autores más relevantes de la literatura europea contemporánea.
VIDA
OCUPACIONES
Trabajó como periodista aunque desde 1953 se dedicó a la literatura. Autor de musicales, piezas para el teatro, trabajó también como traductor y autor de comedias y guiones cinematográficos en buena medida basados en su experiencia.
CARACTERÍSTICAS DE SUS LIBROS
Su primera novela fue "Sorstalanság", que se convirtió en trilogía, con la incorporación de "A Kudarc" ("Fracaso", 1988) y "Kaddis a meg nim születt gyermekért" ("Kaddish por un niño que nunca nació", 1992), después escribió "Roman eines Schicksalslosen" una de las obras literariamente más destacadas sobre el llamado holocausto.
PREMIOS
-Premio de Literatura de Brandeburgo en 1995. -El Premio del Libro de Leipzig en 1997 y el Friedrich-Gundolf-Preis ese mismo año. -Fue galardonado en el año 2002 con el Premio Nobel de Literatura, "por una obra que conserva la frágil experiencia del individuo frente a la bárbara arbitrariedad de la historia". Fue el primer escritor húngaro que lo obtuvo.
ORIGEN
(Budapest, 9 de noviembre de 1929) es un escritor húngaro nacido en el seno de una familia judía. Fue deportado a los quince años, en 1944 al campo de concentración de Auschwitz, es liberado en 1945 del campo de exterminio de Buchenwald, pero logró sobrevivir.