LA TEORÍA DEL APEGO
El vínculo emocional del apego crea en el niño una sensación que Bowlby considera indispensable para el desarrollo de la personalidad. Además, afirmo que existen sistema de control de comportamiento que son innatos y necesario para la supervivencia.
La teoría del apego de J. Bowlby enuncia que venimos reprogramadas biológicamente para construir vínculos con los demás y que estos nos ayudan a sobrevivir. Además, explica deferencias individuales respecto a cómo la gente piensa, se siente y se comporta en las relaciones interpersonales.
El concepto de “apego” hace referencia al vínculo emocional que se forma entre las personas. El primer apego se establece entre el niño y los padres u otros cuidadores. Parece que la calidad de este vínculo tiene implicaciones para la formación de relaciones a lo largo de la vida (Thompson y Raikes, 2003)
La teoría de apego es una forma de conceptualizar la propensión de los seres humanos a formar vínculos afectivos fuertes con los demás y de extender las diversas maneras de expresar emociones de angustia, depresión y enfado cuando son abandonados o viven una separación o perdida.” John Bowlby (1998).
El psicólogo británico John Bowlby (1907-1990) fue el primero en definir el apego como un vínculo emocional profundo y perdurable que conecta una persona con otra a través del tiempo y el espacio.
El trabajo de Bowlby estuvo influenciado por Konrad Lorenz (1903-1989) quien es sus estudios con gansos y patos en los años 50, revélelo que las aves podían desarrollar un fuerte vínculo con la madre.
El psicólogo fundamento tres tipos de apego diferenciados según la situación del pequeño; el acceso y la conducta del adulto.
Apego seguro
Apego ansioso
Apego desorientado
APEGO SEGURO: se produce cuando él bebe está seguro de las muestras de protección, cariño y disponibilidad que reciben de la figura de su afecto. El niño desarrolla un concepto positivo y confiado de si mismo.
APEGO ANSIOSO: la figura del afecto del bebé solo ofrece apego y disponibilidad física y emocional de forma intermitente, es decir, que no siempre está disponible. Esta situación crea en el niño temor y ansiedad.
APEGO DESORIENTADO: el cuidador ofrece respuestas desproporcionada a las necesidades del niño. En su desesperación, puede entrar en procesos disociativos. La conducta desorientadora para el bebé, le genera gran ansiedad e inseguridad.
La separación a corto plazo de una figura de apego conduce a angustia. Bowlby, en colaboración con Robertson, encontró que la angustia pasa por tres etapas progresivas:
PROTESTA
PROTESTA: el niño llora, grita y protesta enfadado cuando la figura de apego se va. Tratarán de aferrase para evitar que se vaya
DESESPERACIÓN
DESESPERACIÓN: las protestas del niño comienzan a detenerse, y aparecen estar más tranquilas, aunque todavía son molestas, el niño se niega a los intentos de comodidad de los demás.
DESAPEGO
DESAPEGO: si la separación continua, el niño comenzara a interactuar con otras personas nuevamente. Rechazará al cuidador a su regreso y mostrará fuertes signos de ira.