¿Qué es y qué no
es la discapacidad?
Principales diferencias
entre discapacidad
y otros trastornos
del desarrollo y el
aprendizaje

La discapacidad se define
como un conjunto de características o
particularidades que constituyen una
limitación o restricción significativa en
el funcionamiento cotidiano y la participación de los individuos, así como en
la conducta adaptativa, y que precisan
apoyos específicos y ajustes razonables de diversa naturaleza.

Algunas premisas fundamentales
que caracterizan la discapacidad pueden resumirse como se muestra a
continuación:

Dichas limitaciones afectan el funcionamiento cotidiano de las personas y su adaptación al entorno.
Por tanto, no se restringen a dificultades puntuales o específicas
en determinadas dimensiones del
desarrollo.

Las características que constituyen
las limitaciones en la discapacidad,
independientemente de cuál tipo
sea, están presentes en todos los
ámbitos de la vida cotidiana y en
todos los escenarios en los que
se desenvuelve la persona. En esa
medida, no se hacen evidentes solamente en el ámbito educativo.

No se refieren a la emergencia tardía de determinados procesos o
funciones psicológicas ( ej: retraso en la adquisición de vocabulario
o de determinadas habilidades de
motricidad gruesa). Suponen trayectorias del desarrollo no normotípicas, es decir, distintas a como
ocurren en la mayoría de los individuos de la misma edad y entorno
cultural.

Suponen el despliegue de diversos
apoyos y adaptaciones no solo en
el ámbito educativo, sino también
en la vida cotidiana.

No emergen solamente por barreras del contexto (p. ej.: una metodología para leer o escribir que no
se adecúa a los requerimientos del
estudiante o a su estilo de aprendizaje). Suponen ciertas condiciones
y características del sujeto que deben tomarse en consideración.

Los trastornos o alteraciones con los que suele confundirse la discapacidad, mayormente, son los siguientes:

Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (conocido como TDAH).

No consiguen culminar las tareas que se les asignan, aunque no las hayan abandonado.

Cambian de una actividad a otra y no logran culminar ninguna de modo exitoso.

Con instrucciones concisas y detalladas, pueden acabar las tareas que se les propongan y llegar a la meta.

Trastornos específicos en la adquisición del lenguaje.

Alteraciones o dificultades específicas en el aprendizaje escolar (conocidas como dislexia, disgrafía y discalculia).

Emergencia tardía del lenguaje.