La adicción al teléfono móvil es una preocupación creciente que afecta tanto la salud física como mental de las personas. La OMS ha centrado su atención en los jóvenes y la salud mental en un mundo en transformación, destacando la necesidad de abordar el uso compulsivo de nuevas tecnologías.
Alexander reprodujo el experimento, pero esta vez introdujo una segunda jaula con varias ratas con diversos juegos y elementos de “entretenimiento”. La rata que estaba sola incrementaba su dosis de agua con cocaína conforme pasaban los días, hasta que moría.
De la gente que consume alguna droga, un 10% ha sufrido daños o desarrollado un problema de adicción, según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
Si la adicción sólo tuviera un componente químico, los parches de nicotina habrían triunfado como método para dejar de fumar.
La organizacion mundial de la salud (OMS) eligio como lema los jovenes ya la salud mental en un mundo en transformacion para este dia mundial de la salud mental.
En la entrevista del periodista Johann Hari al psicólogo Bruce Alexander durante la preparación de su libro sobre adicciones, Tras el grito, el experto contó que había encontrado una grieta en los experimentos que se hicieron con ratas en los años ‘80.
En España el ministerio acaba de incluir el uso compulsivo de nuevas tecnologias en su plan de adicciones 2018-2020.
Al rascar en la infancia de personas que han padecido adicciones, Hari se encontró infancias llenas de dolor y de experiencias que muchos no pueden soportar sin el consumo de drogas para evadirse, para huir de los barrotes de su propia cárcel mental.
Un peligro que recorre en todo el mundo y miles de niños y jovenes que no conocen la realidad de la tecnologia.
En México, cerca del 50% de las personas consideran indispensables sus dispositivos móviles. Incluso volverían a su casa si lo llegaran a olvidar, según datos de IAB México y Millward Brow.
México se ha convertido en uno de los países con mayores problemas en el uso de teléfonos en el entorno educativo, con un 30% de estudiantes que utilizan sus dispositivos en clase, según un estudio de Forbes al que cita el experto Rafael Solares.