Empatía y salud mental en el contexto de la pandemia por COVID-19

En este sentido, la empatía surge como una forma de consuelo psíquico, ya que contribuye
a la promoción de los comportamientos sociales, así como a ayudar a controlar el estrés.

Esta percepción tiene tres componentes:

el afectivo, basado en la compasión y en la
preocupación por los demás.

el cognitivo, relacionado con la comprensión del otro.

el comportamiento, que reconoce las perspectivas y sentimientos de la otra persona.

Las personas
empáticas tienden a ser más generosas, más sabias y más compasivas, por lo tanto, tienen
una mejor relación con los demás, aceptan sus diferencias y utilizan estrategias en el manejo
de conflictos, sin manipulación o coerción.

En vista de la aparición del virus betacoronavirus SARS-CoV-2, en diciembre de 2019, en
Wuhan, China, y por la falta de tratamiento o vacuna adecuados, se adoptaron medidas de
aislamiento social para combatir la difusión del virus. Estos cambios repentinos en la vida

diaria de la población han contribuido al desarrollo de conflictos intra o interpersonales

como el miedo, la ansiedad e incluso el pánico.

Además, ocurrió un aumento en los casos de enfermedades mentales entre los profesionales
de la salud que trabajan en condiciones adversas, la ausencia de materiales adecuados para
su protección individual, entre otros problemas

Se informan agotamientos físicos.

Se informan agotamientos emocionales en esta ardua tarea de luchar contra COVID-19.

experimentan un ambiente de trabajo impregnado por una variedad de elementos estresantes
que comprometen su calidad de vida, bienestar físico y emocional.

Vale la pena destacar que la Organización Mundial de la Salud (OMS)
recomienda no asociar el origen étnico o la nacionalidad a las personas infectadas con
COVID-19. Además, enfatiza la importancia de la compasión y la amabilidad como una
forma de apoyar a las personas infectadas y a los profesionales de la salud para que
continúen brindando su asistencia y la esperanza de un futuro mejor

Últimamente, se han reportado muchos
ataques y hostilidad contra profesionales de la salud. Ellos son rechazados y acusados de
propagar el nuevo coronavirus, debido al contacto directo con personas infectadas.

La ocurrencia de rechazo social, discriminación, xenofobia e incluso hostilidad hacia las

categorías más vulnerables al virus, además de injusto y lamentable, denota una falta de

empatía hacia aquellos que están, en el peor de los casos, en el control de esta pandemia.