LA GLOBALIZACIÒN

la revolución de las finanzas y de las comunicaciones que ha llevado a una rápida internacionalización de las economías y al rol dominante de las sociedades multinacionales en el contexto de esta nueva economía

la disminución de las tierras agrícolas como consecuencia de la extensión de tierras arables ocupadas por ciudades, caminos e infraestructuras, así como por los procesos de erosión, degradación y desertificación de muchas de las tierras que se usaban anteriormente.

la nueva revolución industrial, que significa la robótica, la automatización y las consecuencias de este fenómeno en la situación y condiciones del empleo de la fuerza de trabajo

las amenazas contra el medio natural que significan las nuevas formas de vida y de producción, particularmente en los países desarrollados y sus efectos de imitación en los países en desarrollo

la erosión del poder de los Estados nacionales sin haberse aún encontrado un sistema político de sustitución apropiado para enfrentar los grandes desafíos del futuro

la explosión demográfica aún en expansión, el 95% de la cual se concentra en los países en desarrollo, y el aumento rápido de una población

la terciarización de la economía

la velocidad del cambio tecnológico

la revolución en los medios de comunicación de masas y el consumismo.

la transformación de los sistemas de producción y de los mercados de trabajo

La terciarización de la economía

Paralelamente el sector secundario, el de transformación de los productos primarios en mercancías elaboradas y semi elaboradas aumentó de cerca de 10% (artesanía e industria casera tradicional) a cerca de 50% entre fines del siglo XIX y comienzos del XX.

Desde entonces esta proporción se ha venido reduciendo hasta un 15% a 30%, pese a la creciente producción industrial. Al mismo tiempo el sector terciario, el de los servicios, ha incrementado su importancia y no solamente crece en términos absolutos sino relativos, alcanzando hoy un volumen de 60 a 70%.

El costo politico de la globalizacion

Los gobiernos, que se endeudan con los mercados financieros internacionales, tienen de mantener calificaciones favorables sobre riesgo y solvencia, por lo que llegan a depender crecientemente de la disciplina de las fuerzas del mercado internacional y se vuelven muy sensibles a los pronunciamientos de las agencias que califican la confiabilidad de los bonos.