Concepción de salud mental desde los modelos de evaluación.

Modelo cognitivo

La salud mental emergente del enfoque comportamental es la cognitiva, en la cual se restituyen dimensiones mentales en la explicación del comportamiento, entendiendo lo mental en términos de estructuras y procesos cognitivos (no observables) que determinan la manera como las personas sienten, piensan y se comportan.

Salud mental
Capacidad del sujeto para adaptarse racionalmente a las demandas internas y externas.
Enfermedad mental

Formas distorsionadas o irracionales de pensamiento que llevan a desajustes en el comportamiento o afecciones emocionales

Modelo conductual

En este sentido, la salud mental, desde la perspectiva conductista, se redefine como “salud comportamental”. La salud comportamental se entiende en términos de hábitos y conductas adaptativos, resultantes de procesos de aprendizaje, que le permiten al sujeto encajar dentro de los patrones de comportamiento esperados en un contexto determinado.

Modelo ecosistemico

La salud, puesta en esta perspectiva, es la relación equilibrada entre el individuo y sus sistemas que permite el funcionamiento optimo de ambas.

La relación en la salud mental, es la interacción del individuo, y sus sistemas, cuyas exigencias y recursos son congruentes con las responsabilidades y necesidades de este.

Modelo integrador

La salud tiene que ver con el ser humano en su totalidad, es decir, con el ser humano entendido y contemplado en todas sus perspectivas y categorizaciones (plano corporal, psíquico, social, etc.).

La salud mental, es un estado completo de bienestar físico, psicológico y social, que permite al sujeto emplear habilidades mentales, intelectuales, sociales y sentimentales para alcanzar calidad de vida. Es el equilibrio de la persona, desde lo psíquico, social, ambiental y biológico, contando a su vez con el apoyo del estado.

Modelo histórico cultural

La salud mental es el bienestar personal o felicidad que incluye cierto grado de calidad en experiencias vitales satisfactorias. Es decir, es la integración suficiente para mantener centradas los sentimientos, las creencias y la experiencia, que las personas tienen respecto a determinados aspectos del orden, de la realidad y de las relaciones sociales. (Blanco & Díaz, 2006).

Capacidades emocionales, capacidades para establecer vínculos interpersonales, capacidades cognitivas para adquirir y usar formas de conocimiento, habilidades cívicas para lograr una mejor participación ciudadana y sistemas de valores como metas orientadoras de los comportamientos. (Casullo & Fernández, 2006).
Enfermedad mental: experiencias vitales insatisfactorias. Dichas experiencias pierden tanto del bienestar personal como de la adaptación social.