por lina marcela hace 5 años
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Se muestran alarmadas las autoras por el creciente nivel de estrés y ansiedad de los niños estadounidenses y la obsesión de los padres por que estén bien preparados para la vida. Así, se preguntan: “La diversión a veces parece serun desperdicio de tiempo que podría ser mejor utilizado aprendiendo algo. ¿Será cierto?”. A la luz de los hallazgos en psicología, esta creencia se muestra totalmente falsa. Es más: “¿Será posible que no nos demos cuenta de que estamos volviendo más ansiosos a nuestros hijos al no dejarlos jugar más? ¿Y si les dijéramos que el juego libre enseña a los niños a ser menos ansiosos? Jugar les enseña lo que es la resiliencia. Y está comprobado que esta es uno de los factores más importantes para convertirse en adultos exitosos. La habilidad de «poder levantarse», regular emociones y saber lidiar con el estrés es una cualidad clave en los adultos saludables y funcionales».
¿Qué consejos dan las autoras para que el juego sea protagonista de la vida de nuestros hijos?
Nos cuentan las autoras que las películas danesas no presentan un mundo ideal con finales felices que se corresponden muy poco con la vida real y así, desde su propio imaginario, los daneses llevan bien incorporado el valor de la autenticidad. Y qué es la autenticidad: Educar con autenticidad es el primer paso para enseñar a los niños a ser valientes y honestos consigo mismos y con los demás. Convertirte en un modelo de equilibrio emocional a seguir será una gran herramienta en el momento de educar. La honestidad emocional, más que la perfección, es lo que un niño verdaderamente necesita de sus padres, que seamos ejemplo de honestidad para nuestros hijos y hacerles ver que está bien sentir todas sus emociones”. Además, la autenticidad supone “buscar en tu corazón y en tu interior lo que es correcto para ti y para tu familia, y no tener miedo de seguir ese camino. Es permitirte estar en contacto con tus emociones y actuar conforme a ellas en lugar de enterrarlas o ignorarlas”.
La autenticidad se conecta con la humildad, un valor que los daneses cultivan evitando halagar en exceso a sus hijos y fomentando la mentalidad en crecimiento, el interés por aprender y mejorar, en línea con lo defendido en el
¿Qué consejos dan las autoras para fomentar la autenticidad?
“Los optimistas realistas simplemente filtran información negativa innecesaria, aprenden a ignorar palabras y experiencias negativas y desarrollan el hábito de ver situaciones ambiguas bajo una luz más positiva”, nos dicen las autoras. Por eso, no se dejan llevar por el lenguaje limitante, como las etiquetas que a menudo ‘regalamos’ a nuestros hijos y sobre Las autoras señalan que “la redefinición con los niños consiste en que el adulto ayude al niño a cambiar su perspectiva de lo que él o ella cree que es incapaz de hacer en algo que sí puede lograr. El adulto debe motivar al niño a ver ciertas situaciones desde distintos puntos de vista y lograr que se centre menos en los resultados o conclusiones negativas”.
¿Cómo podemos lograrlo? Algunas ideas son:
Las autoras enfatizan en el contraste entre la sociedad danesa y la estadounidense. En esta última, afirman, “la empatía ha disminuido casi un 50 % entre los jóvenes estadounidenses desde 1980, lo cual resulta alarmante, mientras que el nivel de narcisismo se ha duplicado”. La visión del mundo que está detrás de esta tendencia es la idea de que el éxito solo llega por medio de la competitividad extrema, que les lleva a desconectar de los demás y de sus propias emociones, por el afán de ser el más fuerte.
En el libro se subraya que “los niños a los que se les dice constantemente cómo deben sentirse y comportarse no se desarrollan de la misma manera que aquellos a los que se les permite reconocer y expresar cada una de sus emociones. Los primeros suelen terminar desconectándose de sus verdaderos sentimientos, lo cual podría ocasionar que les sea casi imposible tomar decisiones difíciles en la vida”. Por el contrario, en Dinamarca, desde bien pequeños, hay programas escolares que fomentan el ejercicio de la empatía.
¿Qué consejos nos dan las autoras para cultivar la empatía?
Los daneses tienen un estilo de crianza muy democrático y buscan la responsabilidad más que la obediencia, señalan las autoras, porque en su estilo educativo subyace la idea de que “los niños son buenos por naturaleza. Los daneses quieren que sus hijos sean respetuosos, pero saben que el respeto se construye en ambos lados: tienes que darlo para recibirlo. Educar con miedo es un problema porque no fomenta el respeto, más bien genera miedo, y existe una enorme diferencia entre ser firme e inspirar temor”.
Una de las ideas que subrayan las autoras para no ver la crianza como una guerra constante es tomar perspectiva: “Conoce la diferencia entre las batallas y la guerra, y no te dejes llevar por cualquier pelea. ¿Realmente es importante que su cabello o su ropa estén perfectos todo el tiempo? Recuerda que los niños pasan por etapas en las que no quieren hacer algo/comer/ vestir/decir ciertas cosas. Pronto madurarán. Si tú eres congruente con los límites, ellos los entenderán”.
Las claves para desterrar las guerras de poder y los ultimátums en casa son:
Hygge es una palabra danesa que viene a significar estar a gusto en comunidad. Las autoras subrayan que “Sentirnos conectados con los otros le da propósito y significado a nuestras vidas”. Algunos consejos para reforzar esta unión son:
Si bien
es algo que nuestros hijos tienen que trabajar, los padres les podemos ayudar. Solo debemos estar atentos a la manera en la que nos dirigimos a ellos y los cimientos sobre los que descansa la relación que hemos ido construyendo. A continuación os proponemos algunas pistas para que ayudes a tus hijas e hijos en su autoconocimiento.
1. Ante una situación nueva o un conflicto, por ejemplo, en el que el niño se sienta limitado a resolver, en vez de darle la solución le podemos preguntar cómo cree él o ella que lo puede solucionar. Es importante también invitarle a que proponga varias opciones, de esta manera también contribuimos a
. Además, es necesario verbalizarle su capacidad para buscar una o varias soluciones, así le ayudamos a ser consciente de esa capacidad, que como cualquier otra se puede entrenar.
2. Ante un fracaso o una situación desagradable para él o ella, es importante estar cerca, preguntarle cómo se siente y que reflexione sobre qué le ha hecho sentir así. Así sabrá
en función, muchas veces, de las circunstancias que acontecen a nuestro alrededor, y que una vez que somos consciente de ello, tenemos derecho a sentir lo que sentimos.
3. Decirle lo que ha hecho de forma adecuada o decirle lo bien que se le da algo es importante para que sea consciente de sus capacidades. Sin embargo, de la misma manera, también hay que decirle las cosas que no se le dan tan bien y en las que es necesario que mejore.
4. Pedirle opinión sobre algo que ha ocurrido en el colegio o en el parque, por ejemplo, le ayudará a analizar las experiencias de una manera objetiva. De esta forma contribuimos a su
. Una vez más valoraremos su opinión.
5. Jugar a escucharnos el cuerpo, por ejemplo, observar cómo está el corazón antes de ir a la excursión de fin de curso, o cómo está el estómago o las manos justo antes de la actuación de
. El cuerpo también me da información y nos ayuda a conocernos si tomamos conciencia.
6. Hacer un listado, junto con el niño o la niña, de todos los miembros que vivimos en casa y escribir las comidas que les gustan y las que no, las actividades o
y las que no, etc. A partir de ahí, debemos validar ese listado como bueno, como único, ya que es el de nuestra familia. Y es fantástico conocer y reconocer nuestras fortalezas y debilidades.
Si estás triste y te falta la alegría,
corre y echa fuera la melancolía,
ven aquí y aprenderás,
la canción de la felicidad.
Bate las alas, mueve las antenas,
vamos a jugar con las manitas,
vuela hacia aquí y vuela hacia allá,
la canción de la felicidad.
(bis)
Educar a los niños es la tarea más importante para los padres. Esta educación implica ayudar a los niños a tener autonomía, tener su propio criterio y enseñarles a tomar decisiones.
Gracias al aprendizaje de la toma de decisiones y a la aceptación de sus consecuencias los niños se convertirán en
, y seguros de sí mismos. Te explico cómo enseñar a los niños a tomar decisiones.
Tomar decisiones significa tener libertad y ser quien se quiere ser, pero esta libertad conlleva una cierta
en la persona para poder asumir la responsabilidad del resultado de las elecciones. Por eso, es importante que este aprendizaje se inicie desde la infancia.
Enseñar al niño a tomar decisiones consiste en que el niño aprenda a valorar las diferentes opciones que se tienen,
sobre lo que implica cada elección, a escucharse, a saber decir no.
Para los niños vivir una situación en la que tiene que elegir entre varias opciones es un acontecimiento nuevo ya que cuando lo experimentan no cuentan con la experiencia de escenarios anteriores. De ahí que sea importante enseñarles la manera correcta de
.
Por tanto, es claro que la toma de decisiones requiere de experiencias previas que nos sirvan para orientarnos a elegir la opción más acertada. Por este motivo, es necesario enseñar y acostumbrar a los niños a elegir activamente aunque sea sobre cosas “pequeñas” como por ejemplo,
que se van a poner; para que en el futuro, cuando sean adultos estén preparados para enfrentarse a elecciones más complejas.
1. Los momentos que usted no les puso atención
Los niños valoran o miden el amor de sus padres según el nivel de atención que les prestan sus padres. Así haya mil cosas por hacer en la oficina o en la casa, los papás deben sacar siempre tiempo para jugar y salir a realizar diversas actividades con sus hijos. No dejar eso en mano de terceros, como los abuelos, los tíos o las niñeras. Esto será fundamental porque “no solo van a interactuar con ellos sino que van a aprender a conocerlos”, dijo a Semana.com Claudia Gutiérrez, psicóloga de conducta infantil de la Universidad de Los Andes. Que usted siempre este chateando en el celular, que prefiera el trabajo sobre los momentos importantes de sus vidas o que olvide las cosas que les importan serán recuerdos imborrables para los niños.
2.Las veces en que usted los maltrató
Todos los niños tienen sus pataletas y los papás deben saber cómo lidiar con este tipo de situaciones en las que deben imponer su autoridad. Pero lo más importante es que siempre se corrija mediante un diálogo respetuoso y que no abunden las críticas. Los padres deben tener mucho cuidado con el lenguaje que utilizan, pues el corazón de un niño se hiere muy fácilmente y si se le lastima constantemente puede endurecerse con los años. “Es esencial que piensen antes de hablar porque esto puede afectar la autoestima de los niños. Muchos papás hablan bajo presión y no miden el impacto de sus palabras. Por eso deben ser precavidos”, señala Gutiérrez.
3. Las oportunidades en que los hizo sentirse seguros
Todos los seres humanos tienen miedos. Pero en la infancia esos miedos suelen verse más grandes que en cualquier otra etapa de la vida. La protección que dan los papás genera una seguridad para los años que vienen muy importante. Esta no se logra solamente dándoles lo necesario para vivir sino también acompañándolos y escuchándolos en los momentos que para ellos son difíciles. Los niños sienten temor de algunas cosas, unas reales y otras imaginarias como el monstruo que los va a acechar en la noche o no tener amigos colegio. En dado caso hay que escucharlos con cariño y entrar en su mundo. Hacerles entender que no están en peligro pero sin negarles lo que ellos han ideado en su interior. Esto no solo los fortalecerá y los hará sentir más tranquilos, sino que aumentará el vínculo afectivo con los papás.
4. Las veces que usted trató muy bien (o muy mal) a su pareja
La idea del amor y la vida en pareja que tiene un niño se forma a partir del trato que tienen los papás entre ellos. Por eso, si no hay un respeto en la familia, los niños no aprenderán a reconocer la importancia del afecto durante el noviazgo y el matrimonio. Los psicólogos siempre han dicho que los hijos suelen repetir lo bueno y lo malo que vieron en casa. Así que si sus padres les demuestran buenas maneras y los valores que hay en una relación, ellos seguirán ese ejemplo y seguramente se verá reflejado en su vida afectiva. Muchas veces se dice que un papá debe tratar a la mamá, como espera que algún día otro hombre trate a su niña.
5. Las oportunidades en que usted puso la familia por encima de todo
Sus hijos siempre recordarán los momentos en que usted puso a su familia como prioridad frente a otras preocupaciones. Para ellos las reuniones y tradiciones familiares como la Navidad o los cumpleaños son lo más importante, y no entenderán fácilmente que estos momentos se pierdan por asuntos que no son importantes. Tener sentido de pertenencia por su familia es una de los grandes regalos que usted puede darles. Si usted celebra los momentos especiales de modo especial, ellos algún día harán lo mismo con sus hijos.