La región central de la Península Ibérica se caracteriza por la presencia de una extensa meseta que se eleva a unos 650 metros sobre el nivel del mar. Esta área está dividida en dos submesetas, la norte y la sur, separadas por el Sistema Central, una cadena montañosa que incluye sierras notables como Gata, Somosierra, Guadarrama y Gredos.