En 1810, la Revolución de Mayo marcó un punto crucial en la historia de América del Sur, desencadenando cambios significativos en el ámbito político y económico. La introducción de principios modernos del liberalismo constitucional y el cuestionamiento a la autoridad virreinal fueron pasos iniciales hacia la independencia de varias regiones, incluyendo la Banda Oriental y el Alto Perú.