LA FE TRINITARIA EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA
San Agustín
Obra sobre la Trinidad
Tres vías de error
El pensar a Dios cual si fuese un cuerpo
(historicismo materialista)
Imaginar a Dios sin tener en cuenta
el hecho de que nuestro pensamiento humano natural está referido al mundo de la experiencia
Concebirle como una criatura espiritual, cual si fuese el alma
psicologismo idealista
Fórmulas de fe de las Iglesias cristianas de oriente y
occidente como respuesta a los errores coetáneos
Tentativas y trayectorias para la comprensión del misterio trinitario
El fundamento y punto de partida son la persona de Cristo, su obra y su predicación, así como la idea que de ello se hizo la comunidad primitiva;
Iglesia Oriental
Fiel a esa visión personalista
Contempla
Al Logos eterno y Señor glorificado.
Pensamiento occidental romano
Empezó por contemplar la
única esencia
Intentando después comprender las realidades de la historia de la salvación, el misterio cristológico y el misterio del Espíritu de Dios en la Iglesia, como explicaciones de esa única esencia divina
La teología griega desarrolló así una imagen más dinámica de Dios.
Considera al Kyrios glorificado más bien como
el Pneuma presente en este mundo (concepción mística), hasta el punto de que el propio mundo adquiere rasgos más pneumáticos
Errores en la especulación trinitaria
Peligro
Derivaciones o paralelismos histórico-religiosos falsos del misterio trinitario
Concebir la religión como algo meramente cultural
Pneuma filoniano hay que explicarlo desde el monismo dinámico-rnaterialista de la estoa
Tríadas divinas del
paganismo
Errores en la comprensión dogmática de la Tríada divina:
El monarquianismo.
arrancó del rígido
monoteísmo
Convertir la unidad del ser de Dios en una unidad de persona, de tal modo que la trinidad «Padre, Hijo y Espíritu» ya no se podía entender de un modo ontológico-personal, sino sólo de una manera cualitativa
Dinamístico
Presentaba al Logos y al Pneuma como puras manifestaciones y efectos del Dios único. Quería expresar la igualdad personal entre Padre e
Hijo.
Modalístico
El Logos no era una auténtica
persona en Dios, sino que Cristo era un hombre en el que el Padre operaba y también padecía (patripasianos).
E. Brunner (Der Mittler 1927, 233-255), que en su
última obra formula esta tesis: «La doctrina trinitaria de la Iglesia, establecida por el antiguo dogma eclesial, no es un kerygma bíblico ni, por tanto, tampoco un kerygma de la Iglesia, sino una doctrina teológica protectora del del núcleo de fe bíblico-eclesiástica.
Dialéctico-actualista.
Hegel
Dios es el Espíritu absoluto en su ser mismo, en el ser ajeno y en su unidad que vuelve a sí misma
Schelling
Dios no es otra cosa que el proceso del ser, que se desarrolla entre voluntad inconsciente (naturaleza),
voluntad consciente (conciencia) y retorno a la unidad (libertad) y que se divide en Creador y criatura.
Simbolista
En Kant la Trinidad aparece de un modo más
nominalista como simbolización del poder, sabiduría y bondad de Dios.
Económico.
La doctrina trinitaria se estudia al hablar de la justificación y
no ya al tratar la doctrina de Dios
K. Barth
Pone de relieve la importancia decisiva de la doctrina trinitaria para la teología protestante (KD I, 1), aunque no fuera en una comprensión católica del ser.
E. Brunner
Formula esta tesis: «La doctrina trinitaria de la Iglesia, establecida por el antiguo dogma eclesial, no es un kerygma bíblico ni, por tanto, tampoco un kerygma de la Iglesia, sino una doctrina teológica protectora del núcleo de fe bíblico-eclesiástica.
H. Thielicke,
Se enfrenta detenidamente con la doctrina trinitaria, viendo en ella — como Brunner — un teologúmeno, no una verdad de fe acerca de Dios
El triteísino
Una convicción creyente menos seria
Con formulaciones filosóficas inadecuadas, aparece también repetidas veces la doctrina de resonancias triteísticas
Papa Dionisio
Primero en oponerse, en 268, mediante una carta
escrita al obispo Dionisio de Alejandría, contra un triteísmo que dividía al único Dios en tres principios, doctrina que ya había defendido Marción
Los padres capadocios del siglo IV
Lucharon fuertemente en contra
Juan Filópono
Admite tres individuos en la categoría de
Dios, cuando escribe en su obra principal El arbitro:
«En Dios hay, por lo mismo, tres partes y esencias; no siendo
la esencia común más que una abstracción»
Las fórmulas de fe trinitaria más importantes
Carta del Papa Dionisio al obispo Dionisio de Alejandría en 262
Frente al monarquianismo de Sabelio y el triteísmo del obispo Dionisio de Alejandría escribe:
Sabelio blasfema diciendo que el mismo Hijo es el Padre y viceversa.
Dionisio y los suyos, por el contrario; predican, en cierto modo, tres dioses, pues dividen la santa unidad en tres hipóstasis absolutamente separadas entre sí.
Es necesario
El Verbo (Logos) divino esté unido con el Dios del
universo y que el Espíritu Santo (Pneuma) habite y permanezca en Dios; y, consiguientemente es de toda necesidad que la divina Trinidad se recapitule y reúna, como en un vértice, en uno solo, es decir, en el Dios omnipotente del universo.
El símbolo niceno-constantinopolitano del 381
Aparece
La «confesión de fe apostólica» con la ampliación cristológica del 325 (Nicea) y la ampliación pneumatológica del 381 (Constantinopla), y que se viene recitando hasta hoy como credo de la misa
Símbolo atanasiano
Desarrolla sobre todo lo relativo al
Espíritu Santo con estas palabras:
«Creemos en el Espíritu Santo, que no es diferente del Padre y del Hijo, sino que es de la misma naturaleza que el Padre y el Hijo, increado y eterno, consolador, que habló en la ley y en los profetas y en los evangelios, que descendió en el Jordán, enseñó a los apóstoles y habita en los santos»
Fórmula de fe del concilio XI de Toledo
San Agustín (f 431) y de Fulgencio de Ruspe (t 532)
Trinidad
«Confesamos y creemos que la santa
e inefable Trinidad, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, es
naturalmente un solo Dios de una sola sustancia, de una naturaleza, de una sola también majestad y virtud
Las tres personas
Confesamos que el Padre no es engendrado ni creado, sino ingénito
Porque Él
De ninguno trae su origen, y de él recibió su nacimiento el Hijo y el Espíritu Santo su procesión.
Es también Padre de su esencia, que de su inefable sustancia engendró inefablemente al Hijo y, sin embargo, no engendró otra cosa que lo que é! es: Dios a Dios, luz a luz; de él, pues, se deriva toda paternidad en el cielo y en la tierra.
Confesamos también que el Hijo nació de la sustancia del Padre, sin principio antes de los siglos, y que, sin embargo, no fue hecho, porque ni el Padre existió jamás sin el Hijo, ni el Hijo sin el Padre
El Hijo es
Procedente del Padre; el Padre es Dios, pero no procedente del Hijo.
Dios Hijo del Padre y Dios que procede del Padre.
Pero el Hijo es en todo igual a Dios Padre, porque ni empezó alguna vez a nacer ni tampoco cesó.
Creemos que el Espíritu Santo, que es la tercera
persona en la Trinidad, es un solo Dios e igual con Dios Padre e Hijo
No, engendrado o creado, sino que procediendo de uno y otro, es el Espíritu de ambos.
Se cree que fue enviado por uno y otro, como el Hijo por el Padre; pero no es tenido por menor que el Padre o el Hijo, como el Hijo por razón de la carne asumida atestigua ser menor que el Padre y el Espíritu Santo.
Una sustancia
Ni como predicamos tres personas, así predicamos tres sustancias, sino una sola sustancia y tres personas.
Cada persona es confesada y creída plenamente Dios, y las tres
personas un solo Dios.
Su divinidad única o indivisa e igual, su majestad o su poder, ni se disminuye en cada uno, ni se aumenta en los tres; porque ni tiene nada de menos cuando singularmente cada persona se dice Dios, ni de más cuando las tres personas se enuncian un solo Dios. Así, pues, esta santa Trinidad, que es un solo y verdadero Dios, ni se aparta del número ni cabe en el número.
La unidad no es identidad
Cuando decimos que no es el mismo Padre que es Hijo, nos referimos a la distinción de personas.
Cuando decimos que el Padre es lo mismo que el Hijo, el Hijo lo mismo que el Padre, lo mismo el Espíritu Santo que el Padre y el Hijo, se muestra que pertenece a la naturaleza o sustancia por la que es Dios, pues por sustancia son una sola cosa. Porque distinguimos las personas, no separamos la divinidad.
La diversidad no es separación
No ha de pensarse que estas tres personas son separables, pues no ha de creerse que existió u obró nada jamás una antes que otra, una después que otra, una sin la otra. Porque se halla que son inseparables tanto en lo que son como en lo que hacen..
La decadencia de Roma y la aceptación de la Iglesia y de su mensaje por parte de los pueblos germánicos, especialmente desde el dominio de los francos bajo Carlomagno, hicieron que el misterio del Dios trino, mereciese nueva atención interesado sobre todo en el tema de
lo personal.
Peligro: la cuaternidad
Adoptando en su lenguaje el concepto de persona de Tomás de Aquino, según el cual las personas en Dios sólo se constituyen por las
relaciones entre las mismas
Credo del Concilio Lateranense IV
Nosotros, empero, con aprobación del sagrado concilio, creemos y confesamos con Pedro Lombardo que hay una realidad suprema, incomprensible ciertamente e inefable, que es verdaderamente Padre, Hijo y Espíritu Santo; las tres personas juntamente y particularmente cualquiera de ellas y por eso en Dios sólo hay Trinidad y no cuaternidad.
El credo del concilio de Lyón
Credo de Florencia
Por razón de esta unidad el Padre está todo en el Hijo, todo en el Espíritu Santo; el Espíritu Santo está todo en el Padre, todo en el Hijo. Ninguno precede a otro en eternidad, o le excede en
grandeza, o le sobrepuja en potestad.
El misterio de la santísima Trinidad sólo se ha mantenido vivo en la liturgia de la Iglesia.
Se prescribió en 1334
Con el papa Juan XXII como obligatoria para toda la Iglesia, la celebración de una fiesta propia de la santísima Trinidad el domingo después de Pentecostés.
El misterio de la santísima Trinidad ha servido de esquema básico para toda la liturgia.
No sólo lo recuerdan la señal de la cruz, las doxologías, el gloria y el credo de la misa y las fórmulas con que se administran casi todos los sacramentos, sino que las oraciones todas de la Iglesia se dirigen «al Padre por Cristo en el Espíritu Santo».
Las dificultades conceptuales del «mysterium trinitatis» y los esquemas mentales más importantes para solucionarlas
Creer y saber
Será necesario hablar de
Las relaciones entre fe y ciencia, entre revelación divina y conocimiento natural de la verdad.
Las relaciones entre pensamiento, conocimiento y comprensión.
Dificultades conceptuales
«¿Qué tienes que no hayas recibido?»)
Concilio Vaticano I (1870) frente al racionalismo de la ilustración
Hay un doble orden de conocimiento, distinto no sólo por su principio, sino también por su objeto
Idea creacionista de la revelación
El hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios. Desde allí se evidencia facultades espirituales
Con las que puede
Puede conocer el bien y el mal y hasta la grandeza de las obras de Dios, pudiendo poseer en la sabiduría del corazón la ley de su vida
Puede y debe meditar sobre los misterios salvíficos de Dios que sólo se captan con la fe; significa también que su fe no es la fe ciega del carbonero, sino que más bien ha de ser una fe iluminada e inteligente con la iluminación e inteligencia otorgada por el Espíritu Santo
Dificultades conceptuales en la doctrina de Dios
Con su capacidad pensante natural el hombre no
podrá entender nunca el hecho de un Dios uno y trino cualquiera sea su interpretación de este misterio en el sentido de la revelación
Tentativas válidas por acercar ese misterio de fe a la inteligencia inquisitiva, de modo que su investigación no turbe la búsqueda del corazón
Necesarias verdades fundamentales
La acción divina ad extra. No puede establecerse entre creador y criatura una semejanza sin que la diferencia sea aún mayor
El ser, acción y autorrevelación de Jesús de Nazaret y del Espíritu en la Iglesia son, junto al misterio de la creación de nuestro mundo, el fundamento que nos permite hablar de Dios
Múltiples son las imágenes con las que se podría iluminar el misterio de Dios, y muy distinto su sentido, su Sitz im Leben, su contexto vital y el elemento intrínseco de comparación
Padre, Hijo-Pneuma
Imagen del
sello, de Orígenes
Sol-luz-reflejo, de Atanasio
Memoria-inteligencia-amor, San Agustín.
Unidad-procesión-retorno, en el neoplatonismo
Naturaleza, esencia y persona- términos filosóficos. S IV
«Propiedades», «apropiaciones» o atribuciones y «nociones» en el edad media
La definición más difícil, y también la
más importante, es el concepto de «persona»
El problema «trinitario»