arabera Lujan Barcelona 6 years ago
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Honelako gehiago
Ya habiendo explicado las relaciones que se producen desde Primer Año a Quinto Año, es aquí, en Sexto Año, donde se conforma el saber científico en torno al Sistema Solar.
Siguiendo la secuencia espiralada, en este caso, en Quinto Año, se complejizan los contenidos, ya que se interiorizan los conocimientos trabajados en años anteriores.
Estos conceptos en torno a una correlación de saberes, primero acercan a los estudiantes a reconocer estructuras y cambios de la geosfera para luego poder comprender como fue la Tierra hace millones de años atrás y quienes la habitaron.
En Cuarto Año, se hace un acercamiento más concreto de las partes de la Tierra y otros factores que la acompañan. En Quinto Año se profundiza en uno de esos factores: la hidrosfera, conocimiento que le permite a los estudiantes comprender la importancia de las grandes masas de agua en la Tierra.
Ya en Sexto Año, se plantea el concepto de Atmósfera, el cual siendo un conocimiento abstracto, concientiza a los estudiantes de la importancia que tiene la conformación de sus capas, y como, nos protegen de diversos agentes del espacio exterior.
En este caso, la apropiación de los estudiantes a los contenidos de Tercer Año, les permitirá relacionar la ubicación de la Tierra dentro del Sistema Solar.
Como ya dijimos, en Segundo Año, se hace un acercamiento a la percepción que los estudiantes tienen sobre el movimiento del Sol y la posición de la Luna en el cielo. En Tercer Año, este conocimiento se vuelve a complejizar, es decir, se asocia los movientos aparentes del sol y la luna, con la posición de puntos cardinales y los cambios que se producen en la Luna durante su ciclo.
Lo que se plantea en Segundo Año, como mencionamos en la nota anterior, son saberes que les permiten a los estudiantes distinguir los paisajes y sus relieves (geoformas). De este modo, en Cuarto Año, se retoma la secuencia con más complejidad, es decir, ya se presenta el contenido explicando los cambios que sufren estos paisajes.
En Primer Año, el contenido que se da (el cielo visto desde arriba), en modo de acercamiento, le propone a los estudiantes darle sentido al conocimiento abstracto que traen sobre el Sol, la Luna y las estrellas. Por ende, en Segundo Año, el contenido se complejiza cuando se les propone reconstruir ese conocimiento desde los movimientos de dichos astros.
En Primer Año, mediante el reconocimiento de la diversidad de los paisajes, dentro del contexto de la provincia, se introduce a los alumnos al conocimiento de diferentes zonas: vegetación, con agua, secas, con presencia o ausencia de rocas.
Seguidamente, en Segundo Año, se retoma los paisajes pero a través del conocimiento de los relieves.