Cuentos de los Hermanos Grimm.
Las Tres Hilanderas.
Allá en aquellos tiempos había una joven muy perezosa que no quería hilar. Su madre se incomodaba mucho; pero no podía hacerla trabajar. Un día perdió la paciencia de manera que llegó a pegarla, y su hija se puso a llorar a gritos.
La Reina de las Abejas.
Un día el hermano pequeño, al que todos llamaban “El bobo”, decidió ir a buscar a sus hermanos mayores para unirse a ellos. Cuando por fin el hermano pequeño encontró a los mayores, estos se burlaron de él, pero finalmente se fueron todos juntos.
La pequeña briar-rose2.
La reina tuvo una niña tan preciosa que el rey no podía ocultar su gran dicha, y ordenó una fiesta. Él no solamente invitó a sus familiares, amigos y conocidos, sino también a un grupo de hadas, para que ellas fueran amables y generosas con la niña. Eran trece estas hadas en su reino, pero solamente tenía doce platos de oro para servir en la cena, así que tuvo que prescindir de una de ellas.
La Cenicienta.
Bonita pero sin suerte, sus hermanastras muy bellas pero de frío corazón y su padre no tenía como defenderla, pues no podía contradecir a su esposa.
El Oso y el Reyesuelo.
Un cuento bonito y extraño, lleno de maravillas y animales, una fábula creada en una época diferente.
El Sastrecillo Valiente.
Una mañana de primavera se encontraba un humilde sastrecillo sentado junto a su mesa, al lado de la ventana. Estaba de buen humor y cosía con entusiasmo
Pulgarcito.
Una pareja de campesinos deseaban con todas sus fuerzas tener un hijo. Estaban muy tristes porque no había niños en su hogar, no había bulla, no había risas.
Caperucita Roja.
Un cuento típico, lleno de ternura al principio pero distinto al final, pues esta basado en la realidad y no enel costumbrismo o romanticismo.
Hansel y Gretel.
Dos niños que decidieron ayudar a una bruja con tal de que ella los ayudara a encontrar a su padre, su trabajo era recoger de la casa de una bruja una cosa muy valiosa.
Juan el Fiel.
Un rey muy viejo que cayó malo. Conociendo que iba a morir, hizo llamar al fiel Juan, que era al que más quería de sus criados, y le llamaban así porque había sido fiel a su amo toda su vida.
El Príncipe Rana o Enrique Ferreo.
En aquellos remotos tiempos, en que bastaba desear una cosa para tenerla, vivía un rey que tenía unas hijas lindísimas, especialmente la menor, la cual era tan hermosa que hasta el sol.
El Hombre de la Piel de Oso
Un joven se alistó en el ejército y se portó con mucho valor, siendo siempre el primero en todas las batallas.
El Joven Gigante.
Un labrador tenía un hijo tan grande como el dedo pulgar. Nunca crecía, y en muchos años su estatura no aumentó ni en un solo dedo.
La ondina del estanque
un molinero que vivía feliz con su mujer: tenían dinero y bienes y su propiedad aumentaba de año en año, pero la desgracia, dice el proverbio, viene durante la noche; su fortuna disminuyó de año en año, lo mismo que se había aumentado, y por último el molinero apenas podía llamar suyo el molino en que habitaba
Los 3 Ramos Verdes
Había una vez un ermitaño que vivía en un bosque al pie de una montaña: pasaba el tiempo rezando y haciendo buenas obras, y todas las tardes llevaba por penitencia dos cubos grandes de agua desde la ladera hasta la cumbre de la montaña, para regar las plantas y dar de beber a los animales.
Los seis Compañeros que lo consiguen todo
Había una vez un hombre que era muy hábil en todos los oficios. Se hizo soldado y sirvió con valor, pero cuando se concluyó la guerra recibió la licencia con algún dinero para el gasto del camino. Esto no le convenía y se propuso, si encontraba compañeros, obligar al rey a darle todos los tesoros del reino.
Los Enanos Mágicos
Había un zapatero que, a consecuencia de muchas desgracias, llegó a ser tan pobre que no le quedaba material más que para un solo par de zapatos. Le cortó por la noche para hacerle a la mañana siguiente: después, como era hombre de buena conciencia, se acostó tranquilamente, rezó y se durmió.
Los Huéspedes.
Fueron juntos al prado, donde permanecieron hasta la noche; entonces ya por vanidad, ya porque habían comido demasiado, no quisieron volver a pie a su casa, y el gallo se vio obligado a hacer un carrito con cáscaras de nuez. Cuando estuvo arreglado se sentó donde la gallina y mandó al gallo que se enganchase a la lanza.
El Lobo y las siete Cabritas.
Érase una vez una vieja cabra que tenía siete cabritas, a las que quería tan tiernamente como una madre puede querer a sus hijos. Un día quiso salir al bosque a buscar comida y llamó a sus pequeñuelas.
El Agua de la Vida.
Hubo una vez un rey que enfermó gravemente. No había nada que le aliviara ni calmara su dolor. Después de mucho deliberar, los sabios decidieron que sólo podría curarle el agua de la vida, tan difícil de encontrar que no se conocía a nadie que lo hubiera logrado.
Los doce hermanos.
Había una vez un rey y una reina que vivían felizmente con sus doce hijos, todos varones. Un día, el Rey dijo a su esposa: Si el hijo que has de tener ahora es una niña, deberán morir los doce mayores, para que la herencia sea mayor y quede el reino entero para ella
El pájaro de oro.
Vivía un rey cuyo palacio estaba rodeado de un hermoso parque, donde crecía un árbol que daba manzanas de oro. A medida que maduraban, las contaban; pero una mañana faltó una. Diose parte del suceso al Rey, y él ordenó que todas las noches se montase guardia al pie del árbol.
Blancanieves.
Una niña muy bonita, una pequeña princesa que tenía un cutis blanco como la nieve, labios y mejillas rojos como la sangre, y cabellos negros como el azabache. Su nombre era Blancanieves.
Los siete cuervos.
El padre envió a uno de sus hijos a buscar agua a la fuente para el bautizo; los otros seis corrieron detrás de él, y como cada uno quería ser el primero en traer el agua, entre todos rompieron la jarra, que cayó en la fuente, hecha trizas.
El acertijo.
Érase una vez el hijo de un rey, a quien entraron deseos de correr mundo, y se partió sin más compañía que la de un fiel criado.
La muerte de la gallinita.
En cierta ocasión, Gallinita y Gallito fueron al monte de los nogales y convinieron en que el que encontrase una nuez la partiría con el otro.
Blancanieve y Rojarosa.
Jovencitas que vivían con su mamá en el campo. Una de ellas era morena y se llamaba Rosa Roja, por el colorrosado que siempre brillaba en sus mejillas. La otra era rubia y de piel blanca, y respondía al nombre de Nieve Blanca.
Rapunzel.
Una bruja, unos padres, un esposo preocupado por su esposa, decide regalar su hij en cambio de el bien de su esposa, extraordinaria, fantástica y mágica.
Los músicos de Bremen.
La historia que se narra en el cuento de Jakob Grimm Los músicos de Bremen es la de cuatro animales: un burro, un perro, un gato y un gallo que viven en el poblado de Dibbsersen, en la Baja Sajonia de Alemania, cuyos dueños han decidido sacrificarlos, porque consideran que, por su vejez, estos sólo consumen comida y ya
Juanita y Juanito.
Juanita, que era mucho más hermosa que todas las doncellas de su edad, la cual se hallaba prometida a un joven, también muy buen mozo, llamado Juanito; hallábanse próximos a contraer matrimonio y no tenían más placer que estar juntos, y para poder hablar con mas confianza, iban al bosque a pasearse.
Los Doce Cazadores.
Había una vez un príncipe que tenía una novia, a la que quería mucho, y a la que tenía siempre cerca
Los Tres Pelos de Oro del Diablo.
Había una mujer que dio a luz un hijo, el cual nació de pie, por lo que la predijeron que a los catorce años se casaría con la hija del rey.
Historia De Uno Que Hizo Un Viaje Para Saber Lo Que Era Miedo.
Un labrador tenía dos hijos, el mayor de los cuales era muy listo y entendido, y sabía muy bien a qué atenerse en todo, pero el menor era tonto y no entendía ni aprendía nada, y cuando le veían las gentes decían: "Trabajo tiene su padre con él."
La liebre y El Erizo.
El erizo estaba en la puerta de su casa, mirando al cielo distraídamente mientras tarareaba una cancioncilla, tan bien o tan mal como suele hacerlo cualquier erizo un domingo por la mañana, cuando se le ocurrió de repente que, mientras su mujer vestía a los niños.
La Mesa, El Asno y La Vara Maravillosa.
Un sastre que tenía tres hijos y una cabra. Como la cabra daba leche para toda la familia, era necesario procurarla buen pasto, y llevarla al campo todos los días. Los hijos se hallaban obligados a esto y lo hacían por turno.
Rumpelstilskin.
Un pobre molinero que tenía una bellísima hija. Y sucedió que en cierta ocasión se encontró con el rey, y, como le gustaba darse importancia sin medir las consecuencias de sus mentiras.
El Judío en las Espinas.
Un hombre muy rico que tenía un criado, el cual lo servía con diligencia y honradez; todas las mañanas era el primero en levantarse, y por la noche, el último en acostarse; cuando se presentaba algún trabajo pesado del que todos huían, allí acudía él de buena gana.
La Pastora de Gansos en la Fuente
Una anciana reina cuyo marido había muerto hacía ya muchos años. Tenía una hermosa hija que, al cumplir la edad de casarse, se prometió con un príncipe que vivía a gran distancia. Cuando llegó el momento de la boda y la muchacha tuvo que emprender viaje hacia el lejano reino, la madre le dio muchos costosos utensilios de oro y plata; vasos, tazas, también de oro y preciosas alhajas.
Hermano y Hermana
Desde que ha muerto nuestra madre no hemos tenido una hora buena; nuestra madrastra nos pega todos los días, y si nos arrimamos a ella, nos echa a puntillones. Los mendrugos del pan que quedan son nuestro alimento, y al perro que está debajo de la mesa le trata mucho mejor que a nosotros, pues le echa alguna vez un buen pedazo de pan. Dios tenga piedad de nosotros, ¿si lo supiera nuestra madre? Mira, ¿no será mejor irnos a correr el mundo! ¡Acaso nos vaya mejor!
El Pescador y su Mujer
Un pescador que vivía con su mujer en una choza, a la orilla del mar. El pescador iba todos los días a echar su anzuelo, y le echaba y le echaba sin cesar. Estaba un día sentado junto a su caña en la ribera, con la vista dirigida hacia su límpida agua, cuando de repente vio hundirse el anzuelo y bajar hasta lo más profundo y al sacarle tenía en la punta un barbo muy grande
Los dos compañeros de viaje
Las montañas no se encuentran nunca, pero los hombres se encuentran, y con mucha frecuencia los buenos con los malos. Un zapatero y un sastre se encontraron frente a frente en sus viajes o correrías por su país.
El huso, La lanzadera y la aguja.
Quedose huérfana una joven a poco de nacer, y su madrina, que vivía sola en una cabaña al extremo de la aldea, sin más recursos que su lanzadera, su aguja y su huso, se la llevó consigo, la enseñó a trabajar y la educó en la santa piedad y temor de Dios.
La Hija de la Virgen María.
A la entrada de un extenso bosque vivía un leñador con su mujer y un solo hijo, que era una niña de tres años de edad; pero eran tan pobres que no podían mantenerla, pues carecían del pan de cada día.
Juan El Listo.
Es un cuento muy extraño y bastante repetitivo, lindo pero bobo.
Los Regalos de los Gnomos.
Un sastre y un orfebre que vagaban juntos por esos mundos, oyeron un atardecer, cuando ya el sol se había ocultado tras los montes, los sones de una música lejana, cada vez más distintos.
La Muerte Madrina.
Un hombre muy pobre tenía doce hijos; y aunque trabajaba día y noche, no alcanzaba a darles más que pan. Cuando nació su hijo número trece, no sabía qué hacer; salió a la carretera y decidió que al primero que pasara le haría padrino de su hijito.
Las tres hojas de la serpiente.
Un hombre tan pobre, que pasaba apuros para alimentar a su único hijo. Díjole entonces éste: - Padre mío, estáis muy necesitado, y soy una carga para vos. Mejor será que me marche a buscar el modo de ganarme el pan. Dióle el padre su bendición y se despidió de él con honda tristeza.
El gato y el ratón hacen vida en común.
Un gato había trabado conocimiento con un ratón, y tales protestas le hizo de cariño y amistad que, al fin, el ratoncito se avino a poner casa con él y hacer vida en común. "Pero tenemos que pensar en el invierno, pues de otro modo pasaremos hambre," dijo el gato.
Madre Nieve.
Había una vez una viuda que tenía dos hijas - una de ellas era linda y laboriosa, mientras la otra era fea y ociosa. Pero la viuda era muy cariñosa con la fea y ociosa, porque era su propia hija; y la otra, quién era una hijastra, era obligada a hacer todo el trabajo y ser la Cenicienta de la casa.
El Rey pico de tordo.
Había una vez un rey que tenía una hija cuya belleza física excedía cualquier comparación, pero era tan horrible en su espíritu, tan orgullosa y tan arrogante, que ningún pretendiente lo consideraba adecuado para ella.