par Paco Sanchez Il y a 3 années
109
Plus de détails
El tratamiento consiste en cuidado personal y terapia Los medicamentos, la fisioterapia y, algunas veces, la cirugía pueden reducir los síntomas y mejorar la calidad de vida
dolor, hinchazón, rango de movilidad reducido y riguidez
Requiere diagnóstico médico En algunos casos, la presión arterial elevada no presenta síntomas. Si no se trata, con el tiempo, puede provocar trastornos de la salud, como enfermedades cardíacas y derrames cerebrales.
El tratamiento consiste en cuidado personal y diuréticos Seguir una dieta saludable con menos sal, ejercitarse regularmente y tomar medicamentos puede ayudar a bajar la presión arterial.
consiste en controlar el nivel de azúcar en la sangre mediante la dieta, medicamentos orales o la insulina. También deben hacerse chequeos regulares para comprobar que no haya complicaciones.
Algunas veces, no hay síntomas. Cuando los síntomas aparecen, suelen incluir sed o micción excesivas, fatiga, pérdida de peso o visión borrosa
El asma puede causar dificultad para respirar, dolor de pecho, tos o sibilancia. En algunos casos, los síntomas pueden exacerbarse.
se trata con inhaladores de rescate para atacar los síntomas y con inhaladores de control (esteroides) que previenen los síntomas. Los casos más graves pueden requerir inhaladores de acción prolongada que mantengan las vías respiratorias abiertas, además de esteroides orales.
El cáncer es una alteración biológica y genética de las células que componen los tejidos de nuestros órganos. El crecimiento descontrolado de células puede dar lugar a un tumor o nódulo. Se trata de una masa de tejido no necesario y será benigno si no invade ni destruye otros órganos.
No consumas tabaco. El uso de cualquier tipo de tabaco lleva casi irremediablemente al cáncer. Lleva una dieta saludable. Mantén un peso saludable y haz actividad física. Protégete del sol. Vacúnate. Evita comportamientos riesgosos. Consigue atención médica regular.
No existen tratamientos que curen las ENM, sino que la mayoría se orientan a evitar dolores, contracturas y deformidades, así como a mantener la función motora estable el mayor tiempo posible.
debilidad muscular, cansancio no habitual y fácil, calambres musculares, hormigueos en manos o pies, deformidades articulares, pérdida de fuerza o dificultad para caminar, tragar o respirar.