Cerebro infantil vs Cerebro adulto
La evaluación neuropsicológica en ambas poblaciones (adultos y niños) contribuye
al diagnóstico de fortalezas y déficits; igualmente recoge información sobre
la gravedad del trastorno y las posibles implicaciones en el futuro paciente.
Existen sin embargo, algunas diferencias entre la evaluación neuropsicológica del niño y
del adulto (Rosselli, Matute, & Ardila, 2010):

Existe una correlación positiva entre la edad y el puntaje obtenido en una
prueba neuropsicológica. En el adulto el perfil obtenido en la evaluación
neuropsicológica presenta mayor estabilidad y está menos afectado por
la edad del paciente.

. El diagnóstico diferencial trata de establecer diferencias entre un proceso
neurológico adquirido (i.e., como una encefalitis) versus un proceso neurológico
de desarrollo, como sería un problema específico de aprendizaje
(Ardila, Rosselli, & Matute, 2005).

La diferencia más importante entre la neuropsicología del adulto y la neuropsicología del niño, se refiere aque el niño posee un cerebro dinámico y cambiante en tanto que en el adulto el cerebro
permanece más estable

. El desempeño de un niño en pruebas neuropsicológicas va a estar, en
consecuencia, significativamente afectado por variables maduracionales
y de desarrollo. Los instrumentos clínicos que se utilizan dentro de la
neuropsicología infantil deben ser flexibles y acordes con la etapa de desarrollo en la que se encuentre el niño. Idealmente estos instrumentos deben estar debidamente estandarizados para los diferentes grupos de edad (Ardila & Rosselli, 2007).

El valor predictivo de la evaluación neuropsicológica es distinto. En
el adulto se trata generalmente condiciones no progresivas (i.e., un accidente
cerebrovascular) y el pronóstico se puede realizar dentro de
un tiempo relativamente breve con relación al momento de la lesión
cerebral.

Las correlaciones cerebro-conducta son mucho más
«localizables» en el adulto. Y más aun, en los niños las secuelas de una patología
cerebral en ocasiones son observables sólo años después de sufrirse la condición
patológica.

La recuperación y la rehabilitación son diferentes en el niño y en el adulto.
El cerebro infantil es mucho más plástico y en consecuencia la recuperación
observada puede ser significativamente mayor en niños que en
adultos (Fletcher-Janzen & Kade, 1997), además de que los patrones de
recuperación del niño y del adulto pueden ser distintos

Desarrollo del sistema nervioso central entre niños y adultos

Asimetría cerebral se refiere a las diferencias en la especialización de las funciones de los dos hemisferios cerebrales. Esta asimetría es un indicador de maduración cerebral.

Regulación emocional.
La regulación emocional en el desarrollo cerebral adulto es un aspecto crucial para el bienestar psicológico y la adaptación a lo largo de la vida. Las habilidades de regulación emocional implican la capacidad para reconocer, comprender y manejar las propias emociones de manera efectiva, así como la habilidad para responder a las emociones de los demás de manera empática y constructiva.

Lenguaje.
En el desarrollo cerebral adulto, el lenguaje sigue siendo un aspecto fundamental que puede experimentar cambios y adaptaciones. A lo largo de la vida adulta, las habilidades lingüísticas pueden seguir desarrollándose a través de la práctica, la exposición a nuevos idiomas o dialectos, el aprendizaje de vocabulario especializado, entre otros factores.

Las funciones ejecutivas comienzan su desarrollo en la infancia cuando el niño adquiere la capacidad para controlar la conducta usando información previa. Progresivamente el niño desarrolla mayor capacidad para resolver problemas complejos y para utilizar estrategias meta cognoscitivas.

Mielinización desarrollo progresivo de las funciones cognoscitivas se ha asociado con un progresivo desarrollo del proceso desde las regiones prefrontales del cerebro; Este proceso termina iniciada la adultez con la culminación del proceso de mielinización axonal (Kolb y Fantie, 1989).

Las etiologías son diferentes. En el adulto se observan especialmente enfermedades
vasculares, traumatismos de cráneo y enfermedades degenerativas.
En niños las etiologías más frecuentes son hipoxia perinatal (parálisis
cerebral), patologías genéticas, problemas nutricionales y traumas
de cráneo.

El niño posee un cerebro en desarrollo, y en consecuencia, se encuentra
en un estadio de adquisición de conocimientos y habilidades.