La Europa Napoleónica
Napoleón
La guerra contra las potencias absolutistas europeas provocó un protagonismo mayor del ejército, que se estaba convirtiendo en el principal baluarte de la Revolución y la seguridad de la nación.
En 1799, el joven general Napoleón Bonaparte, que había conseguido un gran prestigio y fama en el campo de batalla.
Aprovechó la necesidad de un Gobierno fuerte para dar un golpe de Estado y disolver el Directorio e instauró una nueva forma de gobierno el Consulado.
Se coronó emperador en 1804 tras proclamarse cónsul vitalicio
se enfoco en la busqueda la libertad y soberanía de los franceses y expandirse por toda Europa
La expansión napoleónica
Napoleón construyó un gran imperio luchando contra las potencias europeas aliadas
En 1805 Napoleón impuso un bloqueo naval, pero nunca pudo doblegar al Reino Unido.
Desde 1808 se desarrolló una guerra durante seis años que acabó con la derrota francesa.
En los países conquistados por Napoleón se difundieron las ideas revolucionarias: se desmanteló el absolutismo, se redactaron constituciones, se propagaron el liberalismo y los principios de libertad e igualdad.
En 1811 el Imperio francés alcanzó su máxima extensión, y casi toda Europa se encontraba bajo su dominio o control.
El fracaso de la invasión de Rusia iniciada en 1812.
En 1814, tras las derrotas en Rusia y España, la coalición absolutista invadió Francia y Napoleón fue derrocado y desterrado.
El declive de Napoleón
Los resultados de las siguientes derrotas a causa de la emancipación de los países del imperio conformado por Napoleón, provocaron el desmoronamiento de este y llevaron a Bonaparte a ser condenado y exiliado a la isla de Elba (1814).
Su derrota en el campo de Waterloo fue inevitable y, finalmente, fue una vez más exiliado.
Moriría a sus 51 años a causa de problemas de salud estomacal en Santa Elena en el Atlántico Sur
La restauración
Tras la derrota de Napoleón, los representantes de los Estados europeos, liderados por las principales potencias, se reunieron en el Congreso de Viena entre 1814 y 1815 para intentar recuperar el Antiguo Régimen.
El espíritu antirrevolucionario se consolidó con el Tratado de la Santa Alianza, establecido en 1815 entre Prusia, Rusia y Austria, para evitar posibles revoluciones en Europa.
Estas tres monarquías se comprometían a defender el absolutismo y el cristianismo
Restauración de las monarquías absolutas
Equilibrio político
Restablecimiento
Remodelación del mapa de Europa
Alcances y limitaciones del proyecto napoleónico
Napoleón gobernó de forma autoritaria con el objetivo de consolidar las principales conquistas de la revolución como la abolición del feudalismo, la igualdad entre los ciudadanos, la libertad individual, etc.
Reformas
Consiguió pacificar la sociedad francesa y poner fin a las luchas internas, reprimiendo severamente a sus oponentes
Estableció el primer Código Civil contemporáneo (1804)
Creó un sistema educativo estatal y centralizado que incluía todos los estudios
Firmó un Concordato con el papado en 1801
Reorganizó la administración para hacerla más eficaz
Reformó la hacienda pública y creó el Banco de Francia