Manejo de emociones

¿Qué son las emociones?

Las emociones son impulsos psicofisiológicos que nos permiten actuar instantáneamente ante situaciones de emergencia para lidiar con los acontecimientos de la vida, estas producen reacciones psicofisiológicas que preparan al organismo para una conducta específica.

Entre ellos se encuentran

Ira

Miedo

Felicidad

Sorpresa

Tristeza

Amor

El manejo de las emociones

La capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los ajenos, de motivarnos y de manejar adecuadamente nuestras emociones, en nosotros mismos y en nuestras relaciones para manejar los sentimientos de tal manera que puedan ser expresados adecuadamente y con afectividad, permitiendo la sana convivencia y el conocimiento de uno mismo

Recomendaciones para manejar las emociones

Piensa en un lugar que te haga sentir tranquilo. Puede ser un lugar en donde te sentiste seguro y feliz en la niñez, una playa, un bosque o un evento de una historia sobre Jesús. Puedes recordar el amor de Dios. En silencio, imagina que estás en esa escena. Regresa a ese lugar o historia en tu mente cada vez que sientas que las emociones fuertes te amenazan

Ejercicios que recomienda Taller Salud

Cierra los ojos e imagina un lugar que te haga sentir seguridad y calma. Utiliza tu imaginación y tus sentidos para añadir todos los detalles que desees (ejemplo: sonidos, olores, flores, etc.).

Es muy importante que los padres y los docentes comprendan que manejar las emociones no significa:

Evitarlas

es decir, sobreproteger al niño para que en ningún momento se sienta abrumado por ninguna clase de enojo, miedo o frustración. Esto, lejos de ayudarlo, lo deja sin herramientas para un futuro en el que inevitablemente se topará con situaciones capaces de detonar estas emociones

Minimizarlas

decirles cosas como “no es para tanto” los deja con la sensación de que hay algo inadecuado en la intensidad con la que experimentan sus emociones y los lleva a intentar reprimirlas.

Ignorarlas

las emociones intensas son nuevas y sobrecogedoras para los niños, no debemos ignorarlas porque esto equivale a “dejarlos solos en la habitación con el monstruo”. Mucho menos debemos fomentar el mecanismo de defensa de ignorar sus propias emociones como si no estuvieran allí. Todos necesitamos ser capaces de comunicarnos con lo que estamos sintiendo para poder tomar mejores decisiones en la vida.

Juzgarlas

asumir que hay emociones “malas” o “vergonzosas” es peligroso porque para los niños es muy fácil hacer la siguiente asociación: “si estoy sintiendo algo malo, entonces yo soy malo