Derechos fundamentales y sus mecanismos de proteccion.
Los derechos fundamentales están referidos principalmente a los derechos humanos, y estos deben ser reconocidos al ser humano, por el simple hecho de existir.
Derechos de la segunda generación
Es deber fundamental del estado, propiciar los instrumentos y medios requeridos a fin de crear las
condiciones precisas para satisfacer las necesidades de carácter económico, social y
cultural de toda la población.
Por ello, son derechos de
prestación que dependen de la política económica y social del Estado-, estos son:
Protección a la familia
Derecho a la Seguridad Social
Derecho a la Salud Básica
Derecho a la Educación
Derecho a la Cultura
Libertad de expresión
Derechos del Adolescente
Atención a disminuidos físicos, sensoriales y psíquicos
Derechos mínimos de los trabajadores
Los derechos humanos están fundamentados en la dignidad humana, la razón y la
justicia, orientados a la garantizar la convivencia saludable y pacífica de los asociados.
Nuestra Constitución Política regula lo concerniente a los derechos fundamentales en su
Titulo II, el que a su vez consta de cinco capítulos y 85 artículos
Capítulo I: Derechos Fundamentales
Capítulo II: Derechos sociales, económicos y culturales
Capítulo III: Derechos colectivos y del medio ambiente
Capítulo IV: Mecanismos de protección y aplicación de los derechos
Capítulo V: Responsabilidades y deberes ciudadanos
Derechos de la Tercera Generación
Con estos derechos se pretende establecer condiciones más adecuadas y
propicias para la efectividad de los derechos de las dos generaciones anteriores
Derecho de solidaridad
Derecho de desarrollo
Derecho a un medio ambiente sano
Se pretende con ellos propiciar un desarrollo basado en la equidad y la solidaridad entre
las naciones, en la necesidad de crear condiciones favorables de realización de los
pueblos dentro del respeto a la autonomía y la libre autodeterminación de las naciones
Derecho a un medio ambiente sano
Derecho al espacio público
Derecho a la libre competencia
Derecho a la moral pública