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Además de los tacos y el guacamole, ambos platillos mexicanos que gozan de renombre internacional, hay ricas y múltiples tradiciones culinarias en todo el país. Sus sabores, aromas y texturas la caracterizan como una de las gastronomías más variadas del mundo, especialmente por sus productos exóticos como los gusanos de maguey, hormigas, chapulines fritos, etc. La inigualable fusión de sabores en platillos como el mole y las salsas mexicanas, se convierte en un deleite para los paladares más exigentes. En 2010 la UNESCO declaró a la cocina tradicional de Michoacán, cultura comunitaria, ancestral y viva en la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
El Día de los Muertos es una de las tradiciones de mayor relevancia en México, que en los recientes años se ha tornado muy popular en el mundo. Es una de las expresiones culturales más antiguas e importantes producto del sincretismo religioso. Durante la festividad se colocan altares con ofrendas dedicados a los seres queridos ya fallecidos, en donde se colocan diversos elementos de significado religioso y pagano, que incluyen flores, calaveras de azúcar, pan de muerto, velas, alimentos, fotografías que se convierten en un espectáculo de rito y color. Las fechas de la celebración religiosa son el 1 y 2 de noviembre. Existen sitios donde la celebración es tan vistosa que llaman la atención de un gran número de visitantes. Los lugares más frecuentados son Pátzcuaro y Janitzio, en Michoacán, así como Xochimilco y el pueblo de Mixquic al sur de la capital mexicana. Asimismo, desde 2016, en el centro de la Ciudad de México se lleva a cabo un colorido y espectacular desfile con motivo del Día de los Muertos, que va más allá de lo religioso.
Los voladores de Papantla (declarado en 2009)
Se trata de un ritual del grupo indígena totonaco que ejecuta diversas danzas de la región de Papantla, donde se utiliza un mástil o gran palo al que cinco personas escalan para que una vez en su cúspide cuatro de ellos, atados individualmente de los pies, se descuelguen para descender rítmica y lentamente volando acompañados por el sonido de una flauta y un tamborín que toca el quinto miembro del grupo que se posiciona en la punta del mástil y permanece interpretando hasta que sus compañeros aterrizan. Es un singular rito que tiene como objetivo pedir a los dioses por la fertilidad de la tierra.
Tradiciones de la Peña de Bernal (declarado en 2009)
Inscrita en la lista de la UNESCO en 2009, reconoce los lugares de memoria y tradiciones vivas de los grupos otomí-chichimecas de Tolimán en la Peña de Bernal guardiana del territorio.
La Pirekua purépecha (declarado en 2010)
Propio del pueblo purépecha de Michoacán, la Pirekua es un canto que nació de la mezcla de la música y cantos religiosos de los evangelizadores españoles con los prehispánicos y algunas influencias africanas, interpretado en lengua nativa, español o sólo con instrumentos. La pirekua es representada en más de 165 poblaciones, pero con variaciones regionales en 30 de las comunidades purépechas existentes, siendo un instrumento efectivo de diálogo entre las familias y las comunidades que la practican, y contribuye al estrechamiento de vínculos. La pirekua se ha venido transmitiendo tradicionalmente por vía oral, de generación en generación, y no sólo es una expresión cultural que se mantiene viva actualmente, sino que también constituye un signo distintivo de identidad.
Danza de los Parachicos (declarado en 2010)
La historia de esta danza se remonta a 1711, cuando México aún se encontraba bajo el dominio español, en la que participa gran parte de la población de Chiapa de Corzo. Del 9 al 23 de enero de cada año se celebra en esta localidad una fiesta en honor a Nuestro Señor de Esquipulas, San Antonio Abad y San Sebastián. Esta Fiesta Grande se lleva a cabo en un ambiente de música, danza, artesanías y comida. Es una de las tradiciones más conocidas del estado de Chiapas.
El Mariachi (declarado en 2011)
Una de las expresiones artísticas más representativas de México es el Mariachi, agrupación musical vernácula con reminiscencias europeas. Mariachi es la denominación de la banda musical o de uno sólo de sus integrantes. Esta forma de expresión artística es un símbolo de México proveniente del Estado de Jalisco, cuyos músicos visten el traje típico de “Charro”, sin ser necesariamente auténticos charros, es decir los vaqueros o hacendados mexicanos. La música del Mariachi es una de las más características manifestaciones mexicanas reconocidas en el mundo.
La Charrería (declarado en 2016)
La charrería es una práctica tradicional vaquera, originalmente rural que inició en comunidades dedicadas a la cría y el pastoreo del ganado a caballo. Las técnicas de esta práctica ancestral se transmiten de generación en generación. Actualmente existen asociaciones y escuelas dedicadas la charrería que forman a miembros de diversos estratos de la sociedad mexicana, entrenándolos incluso para participar en charreadas, es decir, demostraciones de las suertes realizadas por los charros, normalmente acompañados de caballos y ganado vacuno. También ser organización charreadas en las que compiten diversas agrupaciones charras que deleitan a los asistentes con la destreza de los charros en el arte de jinetear caballos, yeguas y toros, luciendo una indumentaria campirana tradicional. Los fabricantes de la vestimenta, el equipamiento, las sillas de montar y las espuelas que forman parte del arte tradicional de los charros son especialistas que coadyuvan a mantener esta práctica mexicana también considerada un deporte nacional.
Su origen ocurre durante el desenlace de la lucha independentista. Con la formación del Ejército Trigarante en 1821, surgió la necesidad de crear un emblema donde fueran representados los ideales de religión, independencia y unión en tres colores: blanco, verde y rojo, respectivamente. Un año más tarde, en 1822, se modificó el diseño del estandarte. Sus franjas, que originalmente eran diagonales, se colocaron verticalmente y se ordenaron en verde, blanco y rojo; asimismo, el Escudo Nacional fue incluido y colocado al centro. Dicha estructura prevaleció durante casi un siglo y medio, hasta que en 1968 se creó la versión que hoy conocemos.
La Bandera nacional se debe izar en lo más alto cuando acontecen fechas de celebración solemne; y a media asta los días de duelo. Si alguna ya está muy deteriorada, debe ser destruida con honores en una ceremonia de incineración.
La fundación de la ciudad de México-Tenochtitlán está representada en nuestro Escudo. En él se muestra a un águila real sobre su perfil izquierdo, en actitud de combate, con su garra izquierda apoyada en un nopal, sostenido éste de una peña que emerge de un lago. Con su garra derecha y el pico sujeta a una serpiente. Una rama de encino y otra de laurel, unidas por un listón tricolor, rodean la parte inferior.
En la constitución de 1917, quedó estipulado por vez primera el reglamento sobre el uso del Escudo y se acordó crear un símbolo que mostrara al águila de perfil. En 1968 se creó la primera ley sobre el uso de la Bandera, el Escudo y el Himno, donde se crearon las versiones que hoy conocemos de los tres símbolos patrios. En 1984 se crea la última ley donde se motivó a que los ciudadanos pudieran hacer uso de éstos para fortalecer nuestro nacionalismo.
El Escudo Nacional sólo puede ser utilizado en los documentos, monedas, medallas y sellos oficiales con las palabras “Estados Unidos Mexicanos”, formando un semicírculo superior. Por ley, su diseño no puede ser modificado.
HIMNO
En el AGN se conserva una versión reducida del Himno Nacional pues contiene sólo 4 estrofas. Originalmente, nuestro himno estaba compuesto por 10 estrofas y un coro; pero con el tiempo y hasta la actualidad, sólo se interpretan cuatro estrofas, además del coro.
Entre 1853 y 1854 se organizaron dos concursos, uno para componer la lírica del Himno Nacional y otro para musicalizarlo. Luego del proceso de selección, resultaron ganadores Francisco González Bocanegra y Jaime Nunó, respectivamente. La composición fue entonada por primera vez en el Teatro Nacional, el 15 de septiembre de 1854.
Antes de la conquista, el territorio estaba ocupado por una diversidad de etnias, cada una con su propia cultura, algunas con las mismas raíces que se evidenciaban por la práctica de la misma lengua o dialecto o el uso de palabras con el mismo significado. Estaban agrupados en señoríos, en los cuales una familia ejercía el poder y el resto se subordinaba, siguiendo las reglas de la nobleza.
Los Aztecas era un grupo nómada belicoso que emigró de Aztlán (supuestamente uno de los barrios de Mexcaltitlan, Nayarit) hasta asentarse en la parte oriente del altiplano, fundando la ciudad de Cuauhmixtitlan en el año 1274, a la cual le cambiaron el nombre por Tenochtitlan en honor al Tlatuani Tenoch en el año 1325. Tuvieron la voluntad de integrar un imperio en solo 200 años, siguiendo las directrices del visionario sacerdote Tlacaele, quién además de proyectar la supremacía de la Ciudad Estado, conformó la historia desde sus raíces para hacerla digna de la grandeza proyectada del Imperio Azteca.
Los señoríos vecinos estaban sometidos a la voluntad del Imperio Azteca, ya sea como proveedores de servicios y productos (pago de impuestos), o como cantera de elementos sacrificables, ya que sus dirigentes religiosos habían determinado que los sacrificios humanos constituían la forma divina de agradecer a sus Dioses la protección y beneficios que creían recibir de ellos.
Incluso practicando con naturalidad las guerras floridas, impuestas como recurso de abasto para surtir los sacrificios, en las ceremonias de adoración. Los perdedores eran los elementos sacrificables.
Considerando que el pueblo Azteca se encontraba en la época Neolítica Tardía en el momento (1525 d. C.) de la conquista española, se hizo evidente la diferencia cultural de más de tres mil quinientos años con relación a los países europeos.
El enfrentamiento que tuvo el nativo del recién descubierto continente con la cultura europea fue sin lugar a dudas, impactante y traumante.
Así que el crecimiento cultural del mexicano en solo ochocientos años ha sido acelerado y brusco, obviando partes esenciales de su evolución natural. De tal manera que de la variedad de etnias que todavía existen, algunas se han negado al cambio, apartándose de la vorágine que en su caso implica el desarrollo.
Si bien el Reino de España no tenía la mejor cultura socio económica de Europa, en aquel entonces ocupaba una posición privilegiada con relación a su desarrollo marítimo y al avasallamiento religioso que profesaba, además de otros conocimientos ingenieriles y creencias dogmaticas que los identificaba.
Los nativos no sabían el alcance de ser libres, estaban acostumbrados a ser esclavos sin saber lo que significaba tal connotación, por lo que se sometieron sin oposición al dominio español, por demás injusto y cruel, durante los trescientos años que duró el colonialismo.
La evangelización que llevó a cabo el conquistador fue drástica, los aztecas fueron borrados del territorio, junto con sus edificaciones. Se rellenaron los canales, se tiraron los templos, se secaron las lagunas y se construyo sobre las ruinas una nueva ciudad. Ciudad que a juicio de los expertos era una ciudad limitada (comparada con las del reino de España), tal vez mediática. Se entubaron los ríos, para transportar aguas negras, se rellenaron lechos, se eliminaron áreas verdes y se trazaron calles angostas con muy poca visión futura.
Esto no quiere decir que nuestra gran ciudad no se erija orgullosa de su arquitectura colonial en algunas partes, y que los mexicanos no sintamos cariño y respeto por ella, aunque haya crecido en forma desordenada.
Por lo tanto, la aportación cultural del pueblo conquistado fue considerada como pobre y en consecuencia despreciada.
Durante este periodo, los españoles ibéricos se llevaron los recursos naturales que pudieron. Los mestizos aprendieron de los españoles que se establecieron, la filosofía de tomar sin restricciones lo que se apeteciera, pues el país tenía recursos para ellos, para los que llegaran y para más, no en balde se había identificado al territorio como un cuerno de la abundancia.
GASTRONOMIA
La gastronomía mexicana está construida con varios platillos que exponen las combinaciones que se han hecho con los años: desde la época prehispánica, la Colonia y hasta la actualidad. Gracias a este mestizaje, en 2010 nuestra gastronomía fue declarada por la UNESCO como Patrimonio Cultural.
Su origen se remonta a la época prehispánica, cuando la base de casi todos los platillos eran tres ingredientes:
Además, se complementaban con chocolate, carne de animales pequeños como aves o pescados y con hierbas de olor.
LITERATURA
La literatura mexicana fue una de las más desarrolladas de la época gracias a los avances científicos y artísticos de antes de la llegada de Colón a América. Adicionalmente, la transcripción de leyendas y tradiciones de los pueblos originarios en el alfabeto latino impuesto en la Nueva España permitió su conservación.
Durante la escritura del siglo XIX y contemporánea se inclinó hacia una escritura de estilo académico, permitiendo que los escritores pudieran poner en sus obras su expresividad, principalmente las condiciones y sensaciones frecuentes en su entorno como la desigualdad social y económica, la pobreza, la vida de los campesinos, entre otros temas.
ARTE
El arte mexicano destaca por su representación de imágenes cotidianas, tales como animales, alimentos, personas, etcétera. Se trata de un arte que le da mucha importancia a las tradiciones y las creencias, así como a los productos hechos artesanalmente.
Todo suele ser muy colorido y llamativo, con el propósito de llamar la atención en tonalidades muy vivas.
MUSICA
Carlos Prieto, distinguido violonchelista, investigador y académico mexicano comentó para Música en México lo siguiente:
“La música precortesiana dependía de la transmisión oral y, por tanto, nada de ella ha sobrevivido”.
Los instrumentos prehispánicos eran fabricados de una manera ingeniosa, con materiales poco convencionales como huesos, caparazones de tortugas, semillas, barro, entre otros; además, se hacía uso de una tecnología increíble para la época.
Se agrupaban en instrumentos de percusión, como el huehuetl o el teponzantli y los de aliento, como el atecocolli o caracol marino; además, no existían los instrumentos de cuerdas.
Entre los géneros mexicanos más populares se encuentran el mariachi, los corridos, la ranchera, la banda sinaloense y la norteña. Cabe mencionar que el Mariachi cuenta también con el nombramiento de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
ARQUEOLOGIA
A la importancia científica de los monumentos y objetos históricos se añade el detalle de que forman parte del patrimonio cultural. En otras palabras tienen un valor estético o académico y son parte esencial de la cultura y de los valores de un pueblo.
En México, el patrimonio arqueológico está conformado por zonas y sitios arqueológicos; de igual manera incluye objetos y materiales utilizados en el México antiguo por sus pobladores. Entre estos lugares figuran ciudades como Teotihuacán, Chichen Itzá, Monte Albán y también se incluyen manifestaciones de arte rupestre.
Especialmente importantes son la herencia española y católica, y la proveniente del antiguo Imperio Azteca y de otras culturas precolombinas mesoamericanas. Debe tenerse en cuenta que el territorio mexicano formó parte de una de las cunas de la humanidad: Mesoamérica.