La crianza parental se estructura en diversas escalas, cada una enfocada en aspectos específicos del desarrollo infantil y la relación entre padres e hijos. Las escalas protectoras buscan crear un ambiente propicio que minimice el estrés tóxico, mientras que las formativas se centran en el entorno de aprendizaje físico y psicológico del niño, promoviendo la disciplina positiva.