EDGAR MORÍN
Las cegueras del conocimiento: el error y la ilusión
Edgar Morin manifiesta que el error y la ilusión parasitan la mente humana desde la aparición del homo sapiens. La educación tiene que mostrar que no existe ningún conocimiento que no esté amenazado por el error y a la vez por la ilusión. Estos dos aspectos tienen que estar presentes en nuestra vida profesional, puesto que nos ayudarán a ver de una manera más abierta lo que necesita nuestro alumnado.
Los principios de un conocimiento pertinente
Es necesario desarrollar la aptitud natural de la mente humana para situar todas sus informaciones dentro de un contexto y de un conjunto. Es necesario enseñar los métodos que permiten coger las relaciones mutuas y las influencias recíprocas entre las partes y el todo en un mundo complejo”.
Enseñar la condición humana
El ser humano es a la vez físico, biológico, psíquico, cultural, social e histórico; pero esta unidad compleja de la naturaleza humana ha sido desintegrada por la educación. Es urgente la necesidad de restaurarla, de forma que cada cual donde esté, tenga conciencia al mismo tiempo de su identidad compleja y de su identidad común a todos los otros seres humanos.
Enseñar la identidad terrenal
El conocimiento de los desarrollos de la era planetaria que se agrandarán en el siglo XXI, y el reconocimiento de la identidad terrestre que será cada vez más indispensable para cada cual y para todos, se tienen que convertir en uno de los objetos principales de la enseñanza”.
Afrontar la incertidumbre
Sería una gran conquista de la inteligencia, poder por fin deshacerse de la ilusión de predecir o controlar el destino. El mito del progreso no es un procedimiento válido para crecer e ir avanzando puesto que el futuro es abierto e imprevisible, y tomar conciencia de la incertidumbre y de las situaciones adversas es lo que nos hace avanzar positivamente.
Enseñar la comprensión
La comprensión es una necesidad por la sociedad en que vivimos, sin comprensión no hay entendimiento. Por eso la educación la tiene que tener en cuenta y trabajarla desde las vertientes individual, interpersonal e intergrupal para llegar a la comprensión a escala planetaria. Morin constató que no sólo la comunicación implica comprensión, sino que hace falta una intencionalidad.
La ética del género humano
Morin dedica parte de su trabajo a postular cambios concretos en el sistema educativo desde la etapa de la edad temprana que es cuando se inicia en la experiencia escolar hasta la universidad: la no fragmentación de los saberes, la reflexión sobre lo que se enseña y la elaboración de un paradigma de relación circular entre las partes y el todo, lo simple y lo complejo, la transdisciplinariedad son conceptos que nos han llegado de su mano y que nos sirven de guía para dirigirnos hacia esta visión ética.