El proyecto de la confederación peruano boliviana

Según la doctrina del “uti posidetis”, Perú debía heredar los límites de los que fuera el virreinato de Lima en 1810, pero al ser límites vagos fueron motivo de controversia por largos años.

El problema se agravó cuando inspirados en el pensamiento bolivariano, hubo proyectos de fusionar países.

Así surgió el primer conflicto con la Gran Colombia y luego la cuestión de la Confederación Perú – Boliviana.

Para 1872 el guano sufría la competencia del salitre, explotado por empresas particulares y muchas de ellas extranjeras.

Surgió un gran debate nacional alrededor
de cómo manejar dicha competencia.

De un lado estaban los liberales doctrinarios, quienes defendían la
idea de dejar la explotación y el comercio del nitrato en manos particulares

De otro, la corriente estatista, que reivindicaba para el Estado el manejo del negocio,
prolongando el patrimonialismo fiscal heredado desde la época colonial.

Expansionismo y hegemonía

La hegemonía de diversas
naciones se dio gracias al
imperialismo.

Esto hizo posible el desarrollo
del capitalismo.

Esto desarrolló un panorama de prosperidad para muchos países europeos y naciones fuera de Europa.

Se considera que Inglaterra y Europa consolidaron el comercio mundial a lo largo del siglo XIX.

Europa exportaba textiles, productos metálicos, bebidas y alimentos; Asia
seguía exportando especias, textiles y bienes suntuarios.

América exportaba azúcar y metales preciosos (oro y plata).

Y África, exportaba esclavos en por lo menos un 90 %. El mercado de esclavos seguía siendo una de las bases del mercado global.

Al fin de esta etapa todas las civilizaciones quedan vinculadas al sistema capitalista industrial mundial bajo la hegemonía de las potencias atlánticas.

Esa prosperidad desencadenó a inicios del siglo XX una serie de procesos violentos de los que el más importante fue la primera guerra mundial.

El contexto post primera guerra mundial convierte a Norteamérica en el principal núcleo económico mundial. EE.UU se convirtió en el principal proveedor de las naciones europeas en disputa y en el elemento dinamizador y principal inversionista de las economías europeas.