ESTRUCTURA CURRICULAR DEL PLAN DE ESTUDIOS 2022
LA COMUNIDAD: núcleo del proceso educativo.
Este plan de estudios coloca a la comunidad como el espacio social,
cultural, político, productivo y simbólico en el que se inscribe la escuela.
La escuela no es un espacio aislado de la comunidad, sino que su razón de ser está en relación con la vida de las personas que acuden a ella.
Los conocimientos, saberes, valores y relaciones que construyan las y los estudiantes, referidos en los programas de estudio, solo pueden ser incorporados de manera integral en su vida cotidiana en el marco general de la comunidad en la que habitan.
La escuela debe considerar los conocimientos y saberes socialmente construidos de la vida comunitaria por las y los estudiantes, así como el sentido que ellos le dan en el proceso de enseñanza y aprendizaje.
La comunidad vuelve a los sujetos, individuales y colectivos, hacia su exterioridad, y esto significa para la escuela mantener con la comunidad-territorio una relación permanente de reciprocidad e intercambio.
Establecer una relación dinámica de interdependencia e influencia recíproca entre la escuela y su entorno inmediato.
La enseñanza es un tejido de relaciones que cobra sentido cuando el saber didáctico de las y los profesores se vincula con experiencias significativas de las y los estudiantes, aquellas que nacen de lo vivido, que llama a la reflexión y el asombro.
EL APRENDIZAJE: hecho histórico-contextual.
Se plantea un currículo integrado en donde los contenidos de las disciplinas se relacionan con unos ejes de articulación que vinculan el saber y el conocimiento con situaciones de la realidad, todo ello organizado en cuatro campos de formación.
Entender la historia y su relación con el aprendizaje desde el espacio concreto de las y los estudiantes, así como del profesorado, es decir, desde donde toman sus decisiones, que los sitúan en un contexto, pero, a la vez, les permiten actuar frente a los desafíos del presente.
El aprendizaje no es un hecho que reside en la mente de las y los estudiantes, ni un proceso individual, sino que es una acción que se ejerce en relación con otras personas, en contextos específicos y mediante el uso de diversos objetos y símbolos culturales.
Los contenidos teóricos disciplinares pueden ser enseñados mediante diversas formas de participación, interacción y encuentro con otras personas al brindar nuevas ideas para conformar contextos escolares más acogedores y colaborativos.
EVALUACIÓN DE LOS APRENDIZAJES.
El número no refleja el proceso complejo que sucede en las y los estudiantes, ni describe el proceso que lleva a desarrollar su pensamiento lógico matemático, procesos relacionados con la capacidad de abstracción, síntesis, análisis, deducciones, inferencias, el desarrollo de lenguajes incluyendo el digital, braille y el de señas, la psicomotricidad fina, ni cómo se relaciona esto con las motivaciones, obstáculos y condiciones del contexto en el que se aprende.
El empleo de esta escala ha permitido que se clasifique escolar y socialmente a los estudiantes de acuerdo con el número que se les asigne.
Ha permitido también, que se elaboren clasificaciones nacionales e internacionales para evaluar al maestro, la escuela y al sistema educativo.
Además, ha permitido que se separe la evaluación del proceso formativo y que esta tarea recaiga en otro tipo de instancias ajenas a lo que sucede tanto en el aula como en la vida de las y los estudiantes.
En este plan de estudios la evaluación de los aprendizajes forma parte del proceso formativo, se encuentra dentro de la relación pedagógica profesor-estudiante y en el marco de un currículo que integra conocimientos y saberes alrededor de la realidad de las y los estudiantes.
Tiene como función principal retroalimentar el proceso educativo a través del diálogo entre profesores y estudiantes que desencadene procesos de autorreflexión de ambas partes.
Conlleva elementos como la participación, la observación sistemática, personalizada y contextualizada de lo avanzado por las y los estudiantes respecto a los contenidos abordados en los campos de formación.
Se evalúa para poner en evidencia el trayecto recorrido y el que falta por andar, con el fin de emitir una valoración pertinente siempre provisional. Se realiza en dos momentos diferentes:
El primer momento, responde a una evaluación formativa que se centra en el seguimiento que realicen las profesoras y profesores del proceso de aprendizaje de sus estudiantes.
La evaluación formativa contribuye a que la
escuela se consolide como un espacio público en donde cualquiera de sus
miembros puedan equivocarse y cualquier observador pueda darse
cuenta de ello, e igualmente contribuir al mejoramiento continuo de los
seres humanos que conviven en el espacio escolar.