Las hormonas y la conducta sexual masculina
Efecto de los andrógenos en la sexualidad masculina
los varones con hipogonadismo reportan menor actividad sexual, menor frecuencia de pensamientos sexuales y de erecciones espontáneas que los hombres con niveles normales de testosterona. Cuando estos pacientes reciben tratamiento con testosterona se restablecen la excitabilidad y el interés sexual. Es por esto que se requiere la presencia de la testosterona
aspecto relevante son las erecciones peneanas espontáneas que se presentan durante la fase de movimientos oculares rápidos del sueño. Se ha propuesto que durante esta fase del sueño se “apagan” las células noradrenérgicas del locus coeruleus, cuyas proyecciones espinales están relacionadas con el tono inhibitorio en el pene.
En hombres con función testicular normal, la administración de un antagonista de la hormona liberadora de gonadotrofinas que resulta en una reducción en los niveles de andrógenos disminuyó el interés y la actividad sexual. De manera notable, la inyección de dosis relativamente bajas de testosterona contrarrestó estos efectos inhibidores.
se han observado cambios relacionados con la edad: se sabe que en sujetos envejecidos hay alteraciones en la retroalimentación negativa por testosterona en el eje hipotálamo-hipófisis-gónada. Esto disminuye los niveles de hormona luteinizante y, por lo tanto, se reducen los niveles de testosterona y aumenta la globulina transportadora de hormonas sexuales en la sangre.
Efecto de los estrógenos en la sexualidad masculina
Aproximadamente, 80% de los estrógenos circulantes en el hombre derivan de la aromatización de la testosterona, de tal manera que la disminución en los niveles de testosterona en suero se asocia con una disminución en los niveles de estradiol.
Los receptores a estrógenos, a través de los cuales se ejercen sus efectos hormonales, están ampliamente distribuidos en el organismo. Es decir, En el cerebro, estos receptores se observan, entre otros sitos, en las regiones que participan en el control de la conducta sexual masculina (área preóptica media, amígdala medial, núcleo de la base de la striaterminalis).
También se han propuestos que algunos de los efectos de la testosterona sobre el interés y la excitabilidad sexual pudieran estar mediados por su aromatización a estradiol.
En pacientes con cáncer de próstata que reciben monoterapia con antiandrógenos, se ha observado que mantienen un mayor interés sexual que los pacientes castrados que no reciben este tratamiento.
se desprenden de cuatro tópicas que son:
Efectos activadores de la testosterona sobre la conducta sexual masculina
A partir de la pubertad, las hormonas gonadales ejercen una acción facilitadora (efectos activadores) sobre este sustrato neural, promoviendo la excitación sexual y la respuesta hacia la pareja.
En la mayoría de las especies de vertebrados, la testosterona es la principal hormona producida y secretada por las gónadas masculinas (los testículos), y de esta hormona depende la expresión del comportamiento sexual masculino, de modo que éste se modifica al variar las concentraciones de testosterona en la circulación sanguínea.
los individuos adultos dan como resultado una disminución gradual de su conducta sexual y el tratamiento subsecuente con testosterona restituye la conducta a los niveles previos a la castración.
Teoría de la aromatización
las acciones de la testosterona sobre la conducta sexual masculina se bloquean cuando se administran en forma simultánea compuestos que interfieren con las acciones de los estrógenos (antiestrógenos) o que inhiben la aromatización
la teoría de la aromatización es aplicable no sólo a hormonas que se convierten de andrógenos a estrógenos, sino en general a hormonas con efectos estrogénicos.
Se concluye que la expresión de la conducta sexual masculina es estimulada por la testosterona y las hormonas (con acciones androgénicas o estrogénicas) resultantes de su metabolismo (Moralí, 1998).