nuestro cerebro es lo que comemos
Una dieta desequilibrada puede ocasionar serios trastornos y en el caso de embarazadas afectar también el desarrollo del cerebro de su bebé en gestación. Los daños pueden ser reversibles o no, de corto o largo plazo, generar alteraciones en sus funciones motoras y cognitivas.
“El problema no es solamente la malnutrición sino que se combinan muchos factores como falta de acceso al agua potable o exposición a ciertas enfermedades. Y aquí es donde aparece la importancia de los estudios experimentales, es decir de laboratorio, que nos permiten trabajar en condiciones controladas y separar lo que es atribuible puramente a la ingesta de alimentos de aquello relacionado a cofactores de la pobreza”, apunta Jimena Barbeito, investigadora del CONICET en la ENyS.
datos alarmantes
Para la Organización Mundial de la Salud, la malnutrición abarca la desnutrición, los desequilibrios de vitaminas o minerales, el sobrepeso, la obesidad, y las enfermedades no transmisibles relacionadas con la alimentación. Según datos de la OMS de abril de este año:
52 millones de niños menores de 5 años presentan emaciación (un adelgazamiento patológico), 17 millones padecen emaciación grave y 155 millones sufren retraso del crecimiento. Además 41 millones tienen sobrepeso o son obesos.
Alrededor del 45% de las muertes de menores de 5 años tienen que ver con la desnutrición.
La mayoría de los casos de mortalidad infantil se registran en los países de ingresos bajos y medianos. Al mismo tiempo, en esos mismos países están aumentando las tasas de sobrepeso y obesidad en la niñez.
Las mujeres, los lactantes, los niños y los adolescentes están particularmente expuestos a la malnutrición. Una buena alimentación durante los primeros años de vida asegura beneficios a largo plazo.
Las consecuencias en el desarrollo y las problemáticas económicas, sociales y médicas que trae aparejada una dieta desequilibrada son graves y duraderas. No sólo afecta a la persona sino también a las familia y la comunidad en la que viven.
"Sin alimentacion no hay vida y sin una buena nutricion no hay salud"
Hábitos alimenticios
Aprendizaje cooperativo centrado en lo emocional. Procesos educativos adaptados al funcionamiento de nuestro cerebro a partir de los conocimientos proporcionados por la ciencia.
Una alimentacion equilibrada
asegura un correcto estado corporal y crecimiento
La falta de proteínas afecta más a la mamá
Parte de la investigación fue simular una malnutrición crónica, bajando el consumo de animales antes y durante el embarazo, y posteriormente, en el momento de la lactancia. El experimento permitió comprobar que lo último que se afectaba eran los tejidos del embrión, mientras que primero aparecían cambios en la placenta y en el peso corporal de la madre.
Las legumbres, los cereales, las verduras o los frutos secos son una fuente de proteínas. Pero, hay que saber cómo combinarlas y administrarlas para que no resulten insuficientes.
Otra de las conclusiones a las que arribaron fue que algunas regiones del cerebro son más susceptibles que otras a las alteraciones nutricionales, lo que permitiría pensar qué funciones se verían más perjudicadas y qué estrategias se podrían desplegar para sostenerlas.
También, del momento de gestación en que se encuentra el feto y si las carencias continuarán luego del nacimiento durante la primera infancia.
Los efectos de la mala alimentación dependerán de los nutrientes faltantes como:
calcio
hierro
vitamina A
yodo
Efectos de la mala alimentación
Una de las consecuencias de una mala nutrición, más allá del peso, es la baja talla.
Muchas embarazadas con registro de falta de nutrientes han dado a luz a niños que, incluso recuperando valores normales con el paso de los años, tienen más posibilidades de desarrollar enfermedades metabólicas como diabetes o presión arterial. También afecciones como demencias o deterioros cognitivos en la etapa adulta.