Dilema de Jorgensen

Norma: Enunciado prescriptivo. No puede ser verdadera ni falsa.

Proposición normativa: Enunciado descriptivo. Pueden ser verdaderas o falsas. Habla de la validez, eficacia y existencia de las normas.

DILEMA DE JORGENSEN

La lógica solo es aplicable para aquellos enunciados que se puedan prestar a un juicio apofántico.

¿Normas sin lógica o lógica sin verdad?

Soluciones al dilema:

Practicables

Primera solución

Las normas pueden ser reducidas a un enunciado deóntico (obligatorio, permitido, prohibido)

Entonces, tiene dos elementos: (i) Una parte normativa (obligatorio), (ii) y otra parte que se refiere a la acción o a un estado de cosas.

Por tanto, no se razona con normas en su integridad, sino solo con la parte referencial de las normas.

No se derivan normas de normas, sino proposiciones
de proposiciones: si es verdad que todos los ladrones son castigados, entonces también es verdad que el ladrón Ticio es castigado.

Entonces, la lógica no se aplica a las normas, sino solo a las proposiciones incorporadas en normas.

Segunda solución

No se razona con las normas directamente, sino con la proposición fáctica (cumplimiento o satisfacción de normas) que puedan afirmar la efectividad de la norma.

Ejemplo: Está penado el asesinato. Por tanto, se juzga la satisfacción de un enunciado fáctico, según si efectivamente se condena a todos los que cometan este delito.

Si hay dos normas cuyas proposiciones se contradicen, sólo una norma puede ser satisfecha, no ambas.

De alguna manera, la lógica puede aplicarse a las normas indirectamente, mediante proposiciones fácticas (verdaderas o falsas) que versan sobre su satisfacción.

No practicables

Solución iusnaturalista

Algunos comportamientos humanos se encuentran in
natura. Existen hechos, normas, valores, desvalores, objetivos y son susceptibles de conocimiento. Como es el caso de matar que sería objetivamente injusto.
Por lo que, si el legislado establece una norma donde se prohíba matar, se estaría describiendo una conducta que ya existía y se reconocía como universal.

Esta perspectiva indica que la norma de no matar es verdadera solo cuando describa una conducta que derive de la naturaleza del hombre.

Entonces, el dilema no tiene razón de ser porque se puede otorgar un valor de verdad o falsedad a las normas.

Las normas son verdaderas toda vez que corresponden a deberes o valores objetivamente existentes en la “naturaleza de las cosas”.

Esta no es aplicable ya que se basan en valores “naturales” (cosa que no es comprobable por la ciencia)

Solución positivista

Se basa en que las normas son el fruto de las decisiones humanas, de hechos.

Los actos de producción de normas los realiza una
autoridad legislativa o un juez.

Razonar con normas es razonar con hechos
o relaciones causales (secuencia natural que tienen las acciones)

Si los hechos en relación causal son verdaderos por
correspondencia, las normas son verdaderas también.

Las normas jurídicas llegan a existir solo cuando, se promulgan o emanan de una autoridad normativa; y dejan de existir solo cuando una autoridad normativa las suprime.

Solución ilusoria

Los razonamientos normativos están compuestos
por enunciados deónticos que son ambiguos: según el contexto y las circunstancias, pueden expresar normas (formuladas por legisladores) o proposiciones normativas (formuladas por juristas).

Pueden ser usadas como premisas o conclusiones de razonamientos, pierden su carácter de norma y adquieren uno de proposición normativa

Una proposición afirma la existencia de una norma que castiga a los asesinos, entonces se infiere una conclusión-segunda proposición que indica que si la
primera es verdad, la segunda también.

No puede haber contradicciones entre normas porque serían inválidas. A esto se le llama unidad lógica.

Solución no persuasiva

Tienen otros valores lógicos, diferentes de los de verdad. Se determinan juicios de validez o invalidez (en cuanto a justicia).

Como se puede quitar el entrecomillado para un enunciado verdadero, se puede quitar el uso del termino obligatorio (calificación deóntica)
para las normas (y así no sea redundante).

Si la premisa normativa de un razonamiento normativo es «válida» entonces será igualmente «válida» la conclusión.

Esta solución no es persuasiva porque los valores de obligatoriedad corresponden a valoraciones subjetivas, no hay objetividad.

Soluciones no practicables

Solución iusnaturalista

Algunos comportamientos humanos se encuentran in
natura. Existen hechos, normas, valores, desvalores, objetivos y son susceptibles de conocimiento. Como es el caso de matar que sería objetivamente injusto.
Por lo que, si el legislado establece una norma donde se prohíba matar, se estaría describiendo una conducta que ya existía y se reconocía como universal.

Esta perspectiva indica que la norma de no matar es verdadera solo cuando describa una conducta que derive de la naturaleza del hombre.

Entonces, el dilema no tiene razón de ser porque se puede otorgar un valor de verdad o falsedad a las normas.

Las normas son verdaderas toda vez que corresponden a deberes o valores objetivamente existentes en la “naturaleza de las cosas”.

Esta no es aplicable ya que se basan en valores “naturales” (cosa que no es comprobable por la ciencia)

Solución positivista

Se basa en que las normas son el fruto de las decisiones humanas, de hechos.

Los actos de producción de normas los realiza una
autoridad legislativa o un juez.

Razonar con normas es razonar con hechos
o relaciones causales (secuencia natural que tienen las acciones)

Si los hechos en relación causal son verdaderos por
correspondencia, las normas son verdaderas también.

Las normas jurídicas llegan a existir solo cuando, se promulgan o emanan de una autoridad normativa; y dejan de existir solo cuando una autoridad normativa las suprime.

Solución ilusoria

Los razonamientos normativos están compuestos
por enunciados deónticos que son ambiguos: según el contexto y las circunstancias, pueden expresar normas (formuladas por legisladores) o proposiciones normativas (formuladas por juristas).

Pueden ser usadas como premisas o conclusiones de razonamientos, pierden su carácter de norma y adquieren uno de proposición normativa

Una proposición afirma la existencia de una norma que castiga a los asesinos, entonces se infiere una conclusión-segunda proposición que indica que si la
primera es verdad, la segunda también.

No puede haber contradicciones entre normas porque serían inválidas. A esto se le llama unidad lógica.

Solución no persuasiva

Tienen otros valores lógicos, diferentes de los de verdad. Se determinan juicios de validez o invalidez (en cuanto a justicia).

Como se puede quitar el entrecomillado para un enunciado verdadero, se puede quitar el uso del termino obligatorio (calificación deóntica)
para las normas (y así no sea redundante).

Si la premisa normativa de un razonamiento normativo es «válida» entonces será igualmente «válida» la conclusión.

Esta solución no es persuasiva porque los valores de obligatoriedad corresponden a valoraciones subjetivas, no hay objetividad.

Soluciones practicables

Primera solución

Las normas pueden ser reducidas a un enunciado deóntico (obligatorio, permitido, prohibido)

Entonces, tiene dos elementos: (i) Una parte normativa (obligatorio), (ii) y otra parte que se refiere a la acción o a un estado de cosas.

Por tanto, no se razona con normas en su integridad, sino solo con la parte referencial de las normas.

No se derivan normas de normas, sino proposiciones
de proposiciones: si es verdad que todos los ladrones son castigados, entonces también es verdad que el ladrón Ticio es castigado.

Entonces, la lógica no se aplica a las normas, sino solo a las proposiciones incorporadas en normas.

Segunda solución

No se razona con las normas directamente, sino con la proposición fáctica (cumplimiento o satisfacción de normas) que puedan afirmar la efectividad de la norma.

Ejemplo: Está penado el asesinato. Por tanto, se juzga la satisfacción de un enunciado fáctico, según si efectivamente se condena a todos los que cometan este delito.

Si hay dos normas cuyas proposiciones se contradicen, sólo una norma puede ser satisfecha, no ambas.

De alguna manera, la lógica puede aplicarse a las normas indirectamente, mediante proposiciones fácticas (verdaderas o falsas) que versan sobre su satisfacción.