LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL.

CONSECUENCIAS

La casi destrucción de Europa

Los extensos y devastadores bombardeos de las ciudades europeas por parte de los dos bandos, luego cuando los alemanes conquistaban el continente y luego cuando los aliados lo liberaban, lo cual se tradujo en una destrucción casi total de las mismas. Esto requirió luego grandes inversiones económicas para su paulatina reconstrucción


Inicio de un panorama mundial bipolar.

La Segunda Guerra Mundial dejó tan debilitadas a las potencias europeas, tanto Aliadas como del Eje, que la vanguardia política mundial pasó a manos de las dos nuevas superpotencias enfrentadas: los Estados Unidos y la Unión Soviética. Ambas empezaron de inmediato a competir por la influencia de sus sistemas de gobierno, capitalista y comunista respectivamente, sobre el resto de los países, dando así origen a la Guerra Fría.

División de Alemania

Después de la derrota de Alemania su territorio paso al control de los países aliados sobre el territorio alemán. Así, se dividió paulatinamente el país en dos naciones completamente distintas: la República Federal Alemana, capitalistas y bajo control europeo, y la República Democrática Alemana, comunista y bajo administración soviética. Esta división fue particularmente notoria en la ciudad de Berlín, en la cual se construyó un muro para separar las dos mitades e impedir la fuga de ciudadanos del territorio comunista al capitalista, y duró hasta el día de la Reunificación Alemana en 1991.

Inicio de la descolonización.

La pérdida de influencia y poder político europeo condujo a la pérdida de control sobre sus colonias en el Tercer Mundo, permitiendo así el inicio de numerosos procesos de independencia y el fin del dominio mundial europeo.

CAUSAS

Los términos del tratado de Versalles

Luego de la Primera Guerra Mundial, se impuso a Alemania un tratado de rendición incondicional de términos opresivos, que le impedía a la devastada nación volver a tener un ejército, le arrebataba el control de sus colonias africanas y le imponía una deuda prácticamente insaldable con los países victoriosos. Esto había gestado un amplio rechazo popular y la teoría de que la nación había sido apuñalada por la espalda y se hallaba bajo control de potencias extranjeras como la URSS.

La aparición de Adolfo Hitler y otros líderes carismáticos.

Estos dirigentes políticos supieron capitalizar el descontento popular y construir movimientos nacionalistas radicales, cuyo principal objetivo fue la recuperación de las pasadas grandezas nacionales a través de la militarización de amplios sectores sociales.

La Gran Depresión de los años 30.

Esta crisis financiera internacional que afectó particularmente a los países europeos golpeados por la Gran Guerra , imposibilitó a las naciones deprimidas para resistirse al surgimiento del fascismo y la ruptura del orden democrático. Además, empujó aún más a las poblaciones europeas a una situación de desesperanza que era propicia para el surgimiento de propuestas radicales.



Las tensiones chino-japonesas.

Después de la Primera Guerra Sino-japonesa (1894-1895), Japón se había convertido en una potencia imperial que no veía con buenos ojos a China y la Unión Soviética. Aprovechando en 1932 la debilidad en que la Guerra Civil entre comunistas y republicanos había dejado a China, Japón inició una Segunda Guerra Sino-japonesa y ocupó Manchuria, expandiéndose luego por el Asia menor hasta verse enfrentado por los Estados Unidos.

La invasión alemana de Polonia.

Luego de haberse anexionado pacíficamente Austria y los sudetes alemanes en Checoeslovaquia, el gobierno alemán estableció un pacto con la URSS para repartirse el territorio polaco. A pesar de la resistencia militar activa que ofreció esta nación de Europa del este, en el 1939 fue ocasionado la declaración formal de guerra de Francia y el Reino Unido, dando así inicio formal al conflicto.