Profecía y justicia
Dios no abandona a su pueblo
El pueblo de Israel y sus reyes abandonaron a Dios continuamente.
Descuidaron los mandamientos
Pero Dios no los abandona
Los profetas
Empiezan a serlo cuando reciben la llamada de Dios:
Les pide que con sus palabras y su vida lo hagan presente en la vida del pueblo.
La tarea de los profetas es recordar al pueblo y a sus reyes las exigencias de la alianza en cada momento de la historia.
La voz de Dios
Dios los elige para que hablen en su nombre. Ellos dedicarán su vida al cumplimiento de la
misión encomendada por Dios.
Deben cumplir dos funciones fundamentales:
-Denunciar el abandono del camino que Dios quiere para la comunidad y, sobre todo, las injusticias que eso produce.
-Proclamar que Dios nunca abandona al pobre y al desvalido, y anunciar la llegada del Mesías anunciado por Dios.
Ponen de relieve las injusticias y vuelven a anunciar aquello que Dios prometió a Abraham, a Moisés y a David.
Jesús fue el Mesías esperado que habían anunciado los profetas.
Conocer a Dios es practicar justicia
Para los profetas
Conocer a Dios es practicar la justicia y no hay alabanza a Dios sin compromiso a la
justicia.
El culto a Dios y el cuidado de los excluidos
son dos realidades inseparables.