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によって Ricardo Acosta 7年前.

1965

La trascendencia de la pintura y el hombre a lo largo del tiempo

Desde mediados de los años 90, el término "street art" o "post-graffiti" ha sido utilizado para describir una forma de expresión artística que se manifiesta en las calles a través de técnicas variadas como plantillas, pósters, pegatinas, murales y graffitis.

La trascendencia de la pintura y el hombre a lo largo del tiempo

Acosta Meza Luis Ricardo, Sanchez Bermudez Brenda Yazmin Grupo 413

La trascendencia de la pintura y el hombre a lo largo del tiempo

Arte urbano

Desde mediados de los años 90 el término street art o, de forma más específica, Post-Graffiti se utiliza para describir el trabajo de un conjunto heterogéneo de artistas que han desarrollado un modo de expresión artística en las calles mediante el uso de diversas técnicas (plantillas, posters, pegatinas, murales, graffitis...), que se alejan del famoso grafiti pero no siempre tiene que ser en paredes pues ahora en la actualidad es posible, incluso, dibujar en forma experta 3D.
Taggs o firmas del Graffiti
Murales
Pintura callejera
Graffiti

Prehistoria

Neolítico
alrededor del 8.000 a.C. en el Próximo Oriente se dio la figura humana, muy esquematizada
Paleolítico
alrededor del 25.000 a.C., teniendo su apogeo en el periodo magdaleniense (±15.000-8.000 a.C.). Las primeras manifestaciones pictóricas aparecen en cuevas

Arte antiguo

Roma
se perciben cuatro estilos: el de incrustación, que imita el revestimiento en mármol; el arquitectónico, llamado así por simular arquitecturas; el ornamental, con arquitecturas fantásticas, guirnaldas y amorcillos; y el fantástico, mezcla de los dos anteriores, con paisajes imaginarios, variadas formas arquitectónicas y escenas mitológicas.
Grecia
La pintura griega se desarrolló sobre todo en la cerámica, en escenas cotidianas o de temática histórica o mitológica. Se suele establecer dos épocas, en función de la técnica utilizada en la confección de cerámica pintada: «figuras negras sobre fondo rojo» (hasta el siglo VI a.C.) y «figuras rojas sobre fondo negro» (desde el siglo VI a.C.).
Egipto
Su arte era intensamente religioso y simbólico, con un poder político fuertemente centralizado y jerarquizado, otorgando una gran relevancia al concepto religioso de inmortalidad. Iniciado alrededor del 3.000 a.C.

Arte contemporáneo

Vanguardismo
Surrealismo (1924-1955): con un claro precedente en la pintura metafísica, el surrealismo puso especial énfasis en la imaginación, la fantasía, el mundo de los sueños, con una fuerte influencia del psicoanálisis.
Dadaísmo (1916-1922): movimiento de reacción a los desastres de la guerra, el dadaísmo supuso un planteamiento radical del concepto de arte, que pierde cualquier componente basado en la lógica y la razón, reivindicando la duda, el azar, lo absurdo de la existencia.
Constructivismo (1914-1930): surgido en la Rusia revolucionaria, fue un estilo comprometido políticamente que pretendía a través del arte realizar una transformación de la sociedad, mediante una reflexión sobre las formas puras artísticas concebidas desde aspectos como el espacio y el tiempo, que generan una serie de obras de estilo abstracto, con tendencia a la geometrización.
Arte abstracto (1910-1932): cuestionado el concepto de realidad por las nuevas teorías científicas, y con el surgimiento de nuevas tecnologías como la fotografía y el cine, que ya se encargaban de plasmar la realidad, se produjo la génesis del arte abstracto: el artista ya no intenta reflejar la realidad, sino su mundo interior, expresar sus sentimientos.
Futurismo (1909-1930): movimiento italiano que exaltó los valores del progreso técnico e industrial del siglo XX, destacando aspectos de la realidad como el movimiento, la velocidad y la simultaneidad de la acción. El futurismo aspiraba a transformar el mundo, a cambiar la vida, mostrando un concepto idealista y algo utópico del arte como motor de la sociedad. Destacan Giacomo Balla, Gino Severini y Umberto Boccioni.
Cubismo (1907-1914): este movimiento se basó en la deformación de la realidad mediante la destrucción de la perspectiva espacial de origen renacentista, organizando el espacio sobre la base de una trama geométrica, con visión simultánea de los objetos, una gama de colores fríos y apagados, y una nueva concepción de la obra de arte, con la introducción del collage.
Expresionismo (1905-1923): surgido como reacción al impresionismo, los expresionistas defendían un arte más personal e intuitivo, donde predominase la visión interior del artista —la «expresión»— frente a la plasmación de la realidad —la «impresión»—, reflejando en sus obras una temática personal e intimista con gusto por lo fantástico, deformando la realidad para acentuar el carácter expresivo de la obra.
Fovismo (1905-1908): primer movimiento vanguardista del siglo XX, el fovismo supuso una experimentación en el terreno del color, que era concebido de modo subjetivo y personal, aplicándole valores emotivos y expresivos, independientes respecto a la naturaleza.
Modernismo
ligada al mundo del diseño y la ilustración, especialmente al cartelismo, nuevo género artístico a caballo entre la pintura y las artes gráficas, ya que se basaba en un diseño realizado por un pintor o ilustrador, para ser luego reproducido en serie.
Simbolismo
Estilo de corte fantástico y onírico, surgió como reacción al naturalismo de la corriente realista e impresionista, poniendo especial énfasis en el mundo de los sueños, así como en aspectos satánicos y terroríficos, el sexo y la perversión.
Impresionismo
Postimpresionismo: nuevo valor al plano pictórico, con colores planos de carácter simbólico; Paul Cézanne estructuraba la composición en formas geométricas (cilindro, cono y esfera), en una síntesis analítica de la realidad precursora del cubismo; con pinceladas sinuosas y densas, de intenso colorido, deformando la realidad, a la que otorgó un aire onírico.
Neoimpresionismo: evolucionando desde el impresionismo, los neoimpresionistas se preocuparon más de los fenómenos ópticos, desarrollando la técnica del puntillismo, consistente en componer la obra mediante una serie de puntos de colores puros, que se colocan junto a otros de colores complementarios, fusionándose en la retina del espectador en un nuevo tono.
Impresionismo: fue un movimiento profundamente innovador, que supuso una ruptura con el arte académico y una transformación del lenguaje artístico, iniciando el camino hacia los movimientos de vanguardia.
Realismo
marcada por un sentimiento panteísta de la naturaleza caracterizada, por el uso de manchas de color y formas inacabadas, esbozadas.
Romanticismo
Se valoró especialmente la cultura popular, lo exótico, el retorno a formas artísticas menospreciadas del pasado —especialmente las medievales—, y adquirió notoriedad el paisaje, que cobró protagonismo por sí solo.

Arte de la Edad Moderna

Neoclasicismo
La pintura neoclásica mantuvo un sello austero y equilibrado, influido por la escultura grecorromana
Rococó
La pintura rococó se movió entre la exaltación religiosa o el paisajismo vedutista en Italia.
Barroco
La pintura barroca se desarrolló en dos tendencias contrapuestas: el naturalismo, basado en la estricta realidad natural, con gusto por el claroscuro
Manierismo
La pintura manierista tuvo un sello más caprichoso, extravagante, con gusto por la forma sinuosa y estilizada, deformando la realidad, con perspectivas distorsionadas y atmósferas efectistas
Renacimiento
La pintura renacentista sufrió una notable evolución desde las formas medievales, con formas naturalistas y temáticas profanas o mitológicas junto a las religiosas. Los estudios de perspectiva permitieron hacer obras de gran efecto realista, basadas en proporciones matemáticas, con especial utilización de la «sección áurea»

Arte medieval

Arte gótico
Gótico internacional: corresponde a finales del siglo XIV y primera mitad del XV, suponiendo una fusión de los estilos anteriores. Se caracteriza por la estilización de la figura y el predominio de la línea curva, el detallismo técnico y el naturalismo simbólico de la narración. Destacan los pintores Paul de Limbourg, Stefan Lochner, Conrad Soest, Bernat Martorell y Lluís Borrassà.
Gótico flamenco: surgió en Flandes a principios del siglo XV, predominando a lo largo de ese siglo en la mayor parte de Europa –excepto Italia, donde ya descollaba el Renacimiento–. Su principal aportación es la técnica al óleo, que da colores más brillantes y permite su gradación en diversas gamas cromáticas, a la vez que permite mayor minuciosidad en los detalles.
Gótico itálico o trecentista: surgido en el siglo XIII en Italia, se caracteriza por la aproximación realizada a la representación de la profundidad –que cristalizará en el Renacimiento con la perspectiva lineal–, los estudios sobre anatomía y el análisis de la luz para conseguir la matización tonal. Destacan dos escuelas: la florentina (Cimabue, Giotto, Andrea Orcagna) y la sienesa (Duccio, Simone Martini, Ambrogio Lorenzetti).
Gótico lineal o franco-gótico: se desarrolló desde el siglo XIII hasta principios del XIV, caracterizado por el dibujo lineal, el fuerte cromatismo, un naturalismo de líneas sencillas y el idealismo de los temas representados. Este estilo se desarrolló sobre todo en vidrieras y miniaturas.
Arte románico
era preferentemente mural, de signo religioso y figuras esquemáticas al igual que la escultura. Tuvo una fuerte influencia bizantina, difundida sobre todo por la orden benedictina. Se desarrolló preferentemente en el ábside de las iglesias, con un programa iconográfico donde destacaba la figura del Pantocrátor, alrededor del cual se encuentran la Virgen y los apóstoles, dejando al pie el Juicio Final. Vemos esta disposición en Sant'Angelo in Formis (Capua), Sant Climent de Taüll y San Isidoro de León. También se produjo pintura sobre tabla, al temple, generalmente en retablos para el altar; y la miniatura, donde destacaron las escuelas inglesa e italiana.
Arte bizantino
tuvo en época de Justiniano influencia paleocristiana, a la vez que recogió diversas tradiciones anteriores, especialmente la helenística y la siria neoática, destacando los conjuntos musivarios de San Demetrio de Salónica y San Vital de Rávena. En la segunda edad dorada se establecieron la estética y la iconografía bizantinas, sobre todo en torno a los iconos, con una fuerte carga simbólica de las imágenes, con figuras estilizadas y perspectivas jerárquicas (el tamaño de la figura depende de su importancia religiosa).
Arte prerrománico
Arte mozárabe: se denomina mozárabes a los cristianos que vivían bajo la dominación islámica, y que, al pasar de nuevo a territorio reconquistado por los cristianos, practicaban un tipo de arte de gran influencia islámica. Se desarrolló sobre todo en el siglo X, principalmente al norte del Duero, en el alto Ebro, sur de Galicia, Cantabria y Pirineos. Cabe destacar en miniatura los beatos, ilustraciones del Comentario al Apocalipsis del Beato de Liébana.
Arte celta: en las Islas Británicas, recientemente evangelizadas, tuvo una época de esplendor el arte celta, destacando la miniatura, de influencia carolingia, siendo de relevancia la escuela de Winchester, a la que perteneció el Pontifical de San Aethelwold (British Museum).
Arte otoniano: se denomina así por coincidir con los reinados de Otón I, Otón II y Otón III. En la pintura otoniana se percibe la influencia bizantina, debido al matrimonio de Otón II con Teófano de Constantinopla, destacando los frescos de San Jorge de Oberzell.
Arte carolingio: la coronación de Carlomagno supuso en cierta forma la restauración del Imperio Romano, lo que conllevó un renacer cultural y un primer retorno a la cultura clásica como fuente de inspiración, aunque matizada por la religión cristiana. La pintura se circunscribió a la miniatura, con varias escuelas como la palatina, la de Tours, la de Reims y la de Saint-Denis.
Arte paleocristiano
Las formas clásicas fueron reinterpretadas para servir como vehículo de expresión de la nueva religión oficial, y se produjo una atomización de estilos por zonas geográficas. La pintura se dio sobre todo en las catacumbas, con escenas religiosas y alegóricas, y surgió la miniatura, iluminación de manuscritos, con dos principales escuelas: la helenística-alejandrina y la siria.