formas de presentar un discurso
Discurso leído
El orador escribe el discurso previamente y lo lee textualmente durante su presentación.
Proporciona exactitud en el contenido.
El orador no necesita memorizar o improvisar.
Puede reducir el contacto visual con la audiencia, ya que se enfoca en el texto.
El discurso puede sonar mecánico o monótono si no se modula adecuadamente la voz.
Discurso memorizado
El discurso se redacta previamente y luego se memoriza en su totalidad.
Permite al orador hacer contacto visual con la audiencia y tener mayor control sobre su lenguaje corporal.
Riesgo de olvidar partes del discurso, lo que puede afectar el flujo de la presentación.
Suena más natural que el discurso leído, pero puede perder espontaneidad si está excesivamente ensayado.
Discurso improvisado
El orador presenta sin preparación previa ni guion. Se trata de hablar espontáneamente sobre un tema.
Alto nivel de espontaneidad y frescura.
Ideal para situaciones inesperadas o informales.
El riesgo es que puede carecer de coherencia o estructura lógica si el orador no está bien preparado o familiarizado con el tema.
El orador debe confiar en su capacidad para organizar sus ideas de manera rápida.
Discurso extemporáneo
El orador prepara previamente el contenido, pero lo presenta de manera libre o con apoyo de notas o un esquema.
Ofrece un equilibrio entre la preparación y la naturalidad.
Permite mantener el contacto visual y adaptarse a la audiencia, ya que el orador no está atado a un texto.
Requiere una buena capacidad para estructurar y organizar el mensaje sin depender completamente de un guion.
Flexibilidad para ajustar el contenido según las reacciones del público.