PRINCIPIOS GENERALES DE LA EVALUACIÓN EN DESASTRES
La evaluación debe ser continua en todas las fases del desastre e incluir todos los niveles sociales teniendo en cuenta desde lo más básico y primario a lo más elevado o espiritual.
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Se debe dar oportunidad a los individuos afectados para que puedan expresar sus necesidades mas acuciantes
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con sus propias palabras sin ideas preconcebidas, juicios de valor o necesidad de acoplar las comunicaciones a paradigmas preconcebidos.
Los evaluadores pueden verse afectados por la situación del desastre.
Hay que proceder con precaución para no distorsionar las evaluaciones, por ejemplo, por sobre identificación con las víctimas o utilizar defensas como la disociación O la negación.
NO HACER DAÑO
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Las evaluaciones son en sí mismas intervenciones
que pueden tener efectos sobre aquellos que son evaluados.
LAS PERSONAS RESPONDEN DE FORMA NORMAL A SITUACIONES ANORMALES
Las evaluaciones deben conducirse evitando etiquetar como patológicas lo que son "respuestas normales ante situaciones anormales" y no fomentar actitudes de desvalimiento y conductas de refugio en una patología inducida por el evaluador o sobre valorada por el sujeto.
El proceso de evaluación tiene unos objetivos que deben adaptarse a las necesidades de los entrevistados, a los temas y a las dinámicas locales.
Las evaluaciones deben coordinarse para asegurar que no hay una repetición innecesaria de las mismas.