by Antoni Bauzá 3 years ago
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El alumno se autoevalúa y evalúa a sus compañeros.
El profesor evalúa el trabajo en grupo.
Se realiza de la forma pactada previamente: ejecuciones, demostraciones, actividades, exposiciones orales, informes escritos, presentaciones con ayuda de las TIC, etc.
Reflexionar sobre el proceso de aprendizaje.
Los alumnos se reúnen previamente para examinar y aplicar los resultados obtenidos, mejorar su comprensión del problema y otras diversas soluciones.
Extraer principios del nuevo conocimiento aplicables a situaciones parecidas.
Importante no quedarse estancados con el logro de una solución satisfactoria. Parece decisivo pasar a una reflexión metacognitiva.
Resolución del problema.
Aplicar el nuevo conocimiento a la situación-problema.
Volver al grupo para la puesta en común.
Cuando ya no pueden avanzar más con sus propios conocimientos, deben determinar qué competencias y nuevos conocimientos necesitan para encontrar una solución al problema y dónde los pueden obtener. Lo cual exige debate, discusión, discernimiento, etc.
Buscar la información individualmente.
Cada componente del grupo busca información para dar respuesta a su responsabilidad asumida.
Organizar el trabajo entre los miembros del grupo.
Se distribuyen responsabilidades entre los miembros del grupo.
La planificación.
Priorizar las necesidades de aprendizaje, de acuerdo con los objetivos definidos.
El planteamiento del problema debe salir del análisis de lo que el grupo sabe y necesita para resolverlo.
Definir/reconocer lo que se sabe del tema.
Esto incluye tanto lo que los alumnos saben en realidad y qué fortalezas y capacidades tiene cada miembro del grupo.
Delimitación del problema.
Explorar la situación problemática. Basándose en el conocimiento que ya poseen, se les pide que definan y delimiten el problema y que organicen las ideas y el conocimiento que pueden relacionarse con él.
Los alumnos quizás sienten que no saben lo suficiente para resolver el problema pero ese es el desafío. Deben reunir información y aprender nuevos conceptos, principios o habilidades a medida que avanzan en el proceso de resolución del problema.
Elaborar una documentación para el problema.
Puede contener:
• Directrices metodológicas.
• Instrucciones para el desarrollo.
• Documentos de seguimiento y evaluación.
• Temporización.
Determinar los recursos a utilizar.
Fuentes de información, documentación, etc. Los problemas han de suscitar qué información es la más relevante.
Motivación del alumnado.
La motivación del alumnado y la exposición clara de lo que se pretende con una actividad de este tipo (objetivos, material y recursos, temporización, qué y cómo se evaluará, etc.) son aspectos decisivos. Nuestros alumnos no suelen estar habituados a este tipo de metodologías y les parecen una perdida de tiempo. Si no se promueve un clima favorable y estimulante la metodología acaba degenerando el proceso.
Planificación del trabajo a realizar.
Proponer una estrategia de desarrollo, instrucciones, etapas de resolución, puntos y criterios de control, evaluación, etc. Los problemas deben ser proyectados determinando los pasos o procedimientos que son necesarios para su resolución.
Selección del problema.
• Búsqueda, hallazgo y selección de un problema adecuado.
• Se plantea a los alumnos un problema real del contenido que se está trabajando.
• El problema se presenta a través de medios diferentes.
• El problema ha de estar diseñado de forma que el alumnado pueda utilizar conceptos previos ya asumidos y que los que tenga que alcanzar, presenten la dificultad suficiente.
• Los problemas han de conducir a tomar decisiones y hacer juicios.
Planteamiento del problema y vinculación con el currículum.
El problema debe estar de acuerdo con:
• Temática a desarrollar. ¿Qué queremos que aprendan?
• Competencia s a ejercitar y desarrollar. ¿Qué deben aprender hacer durante el proceso de solución.
• El interés de los alumnos. El problema ha de tener relación con situaciones de la vida diaria.
Diferentes niveles de ayuda
Con un mayor nivel de autonomía.
Nivel de acompañamiento medio.
Gran nivel de acompañamiento por parte del profesor.
En el mundo real los problemas raramente son simples, tienen muchas interpretaciones y diversas soluciones, por ello los problemas que diseñemos deben referirse a situaciones borrosas, mal definidas. Los problemas que planteemos deben de ser lo suficientemente abiertos como para que puedan tener varias respuestas.
El problema ha de tener relación con situaciones de la vida cotidiana. Debe de estar contextualizado.
El interés y la motivación es necesaria para una aplicación del ABP efectiva.
La ignorancia de los alumnos puede provocar ansiedad.
Los docentes no poseen la habilidad de "promover", necesaria para la aplicación del ABP.
El alumnado debe trabajar de forma interdisciplinar.
Se exige un tiempo elevado para finalizar el aprendizaje.
El proceso por el que deben pasar tanto el docente como el alumnado, presentan una transformación en los roles de ambos.
El docente cede responsabilidades y control al alumnado, convirtiéndose en un guía o un facilitador.
El alumnado es cargado con una carga de responsabilidad y empoderamiento a lo largo del aprendizaje.
La planificación pertinente para la aplicación del Aprendizaje Basado en Problemas se fundamenta sobre la estructuración de cuatro fases.
Las fases son:
Cada una de las fases consta de aspectos esenciales para poder llevar a cabo el Aprendizaje Basado en Problemas.
Entre estas fases se da la presentación y concienciación a los alumnos, el trabajo en equipos de varios alumnos, se dan a conocer los resultados pertinentes y, por último, llega la evaluación.
Elevada dependencia del interés de los alumnos.
La ignorancia aporta ansiedad a los alumnos.
La habilidad de "promover" se muestra carente en los docentes.
Se requiere un periodo de tiempo elevado.
La forma de trabajo interdisciplinar es necesaria.
Dificultades respecto a las transiciones.
Se da paso a la cultura de empoderamiento personal.
Estimulación de la cooperación y colaboración entre alumnos.
Involucración del alumno en un reto similar al mundo real.
Desarrollo de competencias en el campo de comunicación, investigación y selección de recursos.
Aplicación y uso de utensilios metodológicos que aseguran el objetivo de: aprender a aprender.
Transformación del alumno en responsable de su aprendizaje.
Trata que se asuma un cambio de roles por parte del docente y del alumnado.
Se aplican contextos auténticos e investigación en grupo a los alumnos.
Entrenar el equilibrio cognitivo de los alumnos a través de conflictos y reflexiones cognitivas.
Pretende que los alumnos aprendan a través de la resolución de problemas.