Ideologia Rene Descartes
la incertidumbre de la lógica,la duda matematica
Nos hallamos aproximadamente en la tercera de las meditaciones. En ella,
la duda cartesiana se eleva desde los hechos concretos de los sentidos a las ideas más generales.Primero
respecto de la realidad: cielo, tierra, aire, colores, sonidos; más tarde respecto de conceptos puramente
matemáticos, lógicos, donde no es necesaria la experiencia para
conceder que sean sus proposiciones verdaderas o no.
Así dice al principio de la meditacion tercera: «Yo soy una cosa que piensa, es decir, que duda, que afirma, que niega, que conoce poco
e ignora mucho, que desea, que odia, que quiere y no quiere, que incluso imagina y siente».
AL MENOS UNA ÚNICA VERDAD IRREFUTABLE, UN PUNTO DE APOYO
Es evidente que esta duda exhaustiva nos deja sin asidero firme al que atenernos. Debemos retroceder aquí a la meditación segunda,
en cuya sección final plantea Descartes su famosa concepción del cogito como existencia innegable
Puedo dudar de todo, menos de que pienso, pues aun para negar que pienso necesito pensar. «Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo» Arquimedes.
De la certeza finita a la verdad infinita
En la meditación
tercera Descartes habla de tres tipos de ideas
adventicias
Las menos
fiables son las adventicias, las que proceden de las sensaciones y las asociaciones que producen en nosotros,
a las que llama Descartes «ímpetus naturales».
innatas
las ideas innatas son más seguras,
de hecho el cogito lo es, y es hasta ese momento lo único firme que posee su investigación.
creadas por uno mismo
es decir, producto
de la razón, tienen mas realidad objetiva
la realidad como quimera
Comienza la duda cartesiana, que no es sólo una duda sin más, sino una duda metódica, Es decir, una duda que va desde los niveles materiales y sensibles hasta los
más abstractos y racionales.De ahí la mención al cuerpo, al elemento extenso, en la terminología cartesiana,
por oposición a la conciencia o al espíritu, que no poseen extensión, dimensión espacial.
El escepticismo no fue una posición exclusiva o personal de Descartes, ni de algún que otro pensador
afín. Fue un rasgo de época, y lo fue precisamente por la crisis moral y de pensamiento que vivió la
¿MÁS CERA QUE LA QUE ARDE?
La cera es un ejemplo valioso por la capacidad de transformar su estado
conforme cambia de temperatura o sufre presiones físicas sobre su estructura. Con esos cambios
se asocian cambios a su vez en las impresiones sensoriales que transmite, además resulta todo un acierto
pues acerca enormemente la meditación no ya a un elemento concreto de la realidad, sino a un elemento
enormemente familiar y sencillo.