La televisión ficcional se puede considerar como un hipergénero que ofrece diversos subgéneros y formatos.
Se denomina ficción a la simulación de la realidad que realizan las obras literarias, cinematográficas, históricas o de otro tipo.
Hay un enorme volumen de la producción de ficciones televisivas y este tiene una facilidad en los procesos de recepción.
Hace que un fenómeno que durante años ha sido ocasional o temporal se haya convertido en un hecho regular.
Los espectadores contemporáneos consumen más relatos en una semana gracias a la ficción televisiva.
Los programas televisivos de ficción brindan un conjunto de formulas sujeto a modas, tendencias, y cambios en los gustos de la audiencia.
Las funciones del relato televisivo se organizan en cinco núcleos
Función fabuladora: Relatos que recrean otros mundos alternativos al real, muchos de ellos retoman géneros como (policíaco, romántico, aventuras...)
Función formativa: Es de forma didáctica y moralizante. En ocasiones aprovecha telenovelas, series infantiles, y otros relatos con pretensiones edificantes.
Función de construir modelos: Los personajes, situaciones y acciones de los programas ficcionales de televisión organizan una serie de de modelos que son facilmente imitables por los telespectadores.
Función de referencia social: La ficción televisiva ejerce una función de referencia social, elementos compartidos de significados.