La naturaleza y método de la pedagogía

Una teoría práctica no vale más que lo que valen las ciencias de las que saca prestadas sus nociones fundamentales.

La pedagogía no consiste en acciones, sino en teorías. Estas teorías son ciertos modos de concebir la educación, do de la manera de practicarla.

La educación no es más que la materia
objeto de la pedagogía.

Las prácticas educativas no son hechos aislados los unos de los otros, sino que, para la misma sociedad, se encuentran ligados en un único sistema idéntico cuya partes concurren todas hacia un mismo objetivo.

La educación no se limita ya, como inicialmente, a inculcar en el niño ciertas prácticas, a adiestrarlo en unas determinadas maneras de obrar.

La pedagogía es una teoría práctica de este género. No estudia científicamente los sistemas de educación pero reflexiona sobre ellos a fin de proporcionar a la actividad del educador unas cuantas ideas que la puedan dirigir.

Una teoría práctica es posible y legítima cuando puede apoyarse en una ciencia organizada e indiscutida, de la que no es más que la aplicación.

La reflexión no sería capaz de sustituirla, pero no puede quedar excluida, al menos a partir del momento en
que los pueblos alcanzan cierto grado de civilización.

La reflexión es, por excelencia, la
fuerza antagonista de la rutina, mientras que la rutina es el peor obstáculo para los progresos necesarios.

La pedagogía no aparece en la historia más que de una forma intermitente hay que añadir, sin embargo, que tiende cada vez más a convertirse en una función continua de la vida social. La edad media no sentía necesidad de ella. Era una época en la que se presentaba el conformismo y todos pensaban de la misma manera.

La historia de la enseñanza, o al menos la de la enseñanza nacional, es la primera de las propedéuticas para una
cultura pedagógica.

Para poder comprender la tendencia actual a la enseñanza mediante las cosas, a eso que podría llamarse el «realismo pedagógico», es preciso no limitarse a ver cómo se expresa esa enseñanza en este o en aquel contemporáneo.

Solamente la historia de la enseñanza y de la pedagogía es lo que permite determinar los fines que debe perseguir el educador en cada momento de su tarea.