door Carlos Mario velez 3 jaren geleden
214
Meer zoals dit
Cirugía del corazón sin sangre
El doctor Jacob Bergsland habló recientemente en la 56 reunión anual sobre asuntos científicos de la Asociación Estadounidense del Corazón sobre el método que se está usando para realizar en infantes y niños operaciones a corazón abierto sin usar sangre. El método se “desarrolló originalmente para los testigos de Jehová —según el Daily News de Nueva York—. Depende en parte de los esfuerzos meticulosos para minimizar la pérdida de sangre durante la intervención quirúrgica. De igual importancia, éste también consta de bajar la temperatura del cuerpo del paciente para reducir la tasa de actividad orgánica y de lo que se conoce como terapia de dilución”.
En esta terapia, a la sangre del paciente se le inyecta “una mezcla corriente de agua esterilizada que se usa en los hospitales, minerales y almidón u otras sustancias nutritivas —dice el informe—. Esto reduce la proporción de glóbulos rojos portadores de oxígeno en la sangre y, con tal de que no se inyecte una cantidad excesiva, tiene un efecto protector durante la operación”.
El Daily News comenta que la terapia de dilución tiene otras ventajas: “En primer lugar, la sangre tratada circula más rápidamente que la sangre sin diluir; en segundo lugar, se puede usar aunque el paciente pertenezca a un grupo sanguíneo poco común que sea difícil de combinar o que no esté disponible. Entonces, también, evita el riesgo de complicaciones que pudieran surgir debido a una mala combinación de sangre, o a sangre que, inadvertidamente, esté contaminada de hepatitis u otros virus”.
¿CÓMO PUEDEN AYUDAR LOS MÉDICOS?
Médicos hábiles pueden ayudar al que ha perdido sangre y por lo tanto tiene menos glóbulos rojos. Una vez que se restaura el volumen, los médicos pueden administrar oxígeno en concentración alta. Esto hace que haya más oxígeno disponible para el cuerpo y con frecuencia ha tenido resultados notables. Médicos británicos emplearon este método en el caso de una mujer que había perdido tanta sangre que “su hemoglobina bajó a 1,8 g/dlitro. El tratamiento [...] [con] elevadas concentraciones de oxígeno por vía respiratoria y transfusiones de grandes volúmenes de solución gelatinosa [Haemaccel] tuvo éxito” (Anaesthesia, enero de 1987). El informe dice también que otras personas que perdieron mucha sangre han sido tratadas con éxito en cámaras hiperbáricas de oxigenación.
Los médicos también pueden ayudar a los pacientes a producir más glóbulos rojos. ¿Cómo? Mediante darles preparaciones que contienen hierro (por inyección en los músculos o las venas), lo que puede ayudar al cuerpo a producir glóbulos rojos a una velocidad de tres a cuatro veces mayor de la normal. Recientemente se ha hecho disponible otra ayuda. Los riñones de uno producen una hormona llamada eritropoyetina (EPO), que estimula a la médula ósea para que esta produzca glóbulos rojos. Ahora se puede obtener EPO sintética (de recombinación). Puede que los médicos la den a algunos pacientes anémicos para ayudarles a formar rápidamente glóbulos rojos de reemplazo.
La transfusión sanguínea entre grupos compatibles (como O+ a O+) por lo regular no causa ningún problema. Las transfusiones de sangre entre grupos incompatibles (como A+ a O-) causan una respuesta inmunitaria. Esto puede llevar a una reacción seria a la transfusión. El sistema inmunitario ataca las células sanguíneas donadas, haciendo que estas estallen.
La sangre se clasifica en cuatro grupos sanguíneos: A, B, AB y O.
Otra manera como se pueden clasificar las células sanguíneas es por medio de los factores Rh. Las personas que tienen factores Rh en su sangre se denominan "Rh positivos". Las personas sin estos factores se denominan "Rh negativos". Las personas Rh negativas forman anticuerpos contra el factor Rh si reciben sangre Rh positiva.
Hay también otros factores para identificar las células sanguíneas, además del sistema ABO y el Rh.
Su sistema inmunitario normalmente puede diferenciar las células sanguíneas propias de las células sanguíneas de otra persona. Si recibe sangre que no es compatible con su sangre, su cuerpo produce anticuerpos para destruir las células sanguíneas del donante. Este proceso causa la reacción a una transfusión de sangre. La sangre que usted recibe en una transfusión debe ser compatible con su propia sangre. Ser compatible significa que su cuerpo no producirá anticuerpos contra la sangre que reciba.
La creciente demanda de técnicas médicas y quirúrgicas sin sangre
“Todos los que trabajan de algún modo con la sangre y se preocupan por los pacientes quirúrgicos deberían plantearse la cirugía sin sangre.”—Doctor Joachim Boldt, profesor de Anestesiología, Ludwigshafen (Alemania).
LA TRAGEDIA del sida ha impulsado a científicos y médicos a adoptar más medidas para aumentar la seguridad en el quirófano. Como es obvio, han tenido que realizar análisis más rigurosos. Con todo, los especialistas señalan que ni siquiera estas pruebas garantizan una transfusión absolutamente libre de riesgos. “Aunque la sociedad destine muchos recursos a lograr que los bancos de sangre sean más seguros que nunca —señala la revista Transfusion—, creemos que algunos pacientes todavía procurarán evitar las transfusiones de sangre alogénica [donada] por la sencilla razón de que el suministro nunca puede ser totalmente seguro.”
No es de extrañar que buen número de facultativos asuma una actitud recelosa ante la administración de sangre. “En esencia, las transfusiones no son buenas, por lo que hacemos lo sumo posible para evitarlas en todos los casos”, señala el doctor Alex Zapolanski, de San Francisco (California).
La ciudadanía es cada vez más sensible a los peligros de las transfusiones. Un sondeo realizado en 1996 reveló que el 89% de los canadienses prefiere alguna alternativa a la sangre donada. “No todos los pacientes rechazan las transfusiones de sangre homóloga como los testigos de Jehová —señala el Journal of Vascular Surgery—. No obstante, los riesgos de enfermedades de transmisión sanguínea y de inmunomodulación constituyen una clara indicación de que debemos hallar alternativas para el tratamiento de todos los pacientes.”
Máquinas de recuperación de sangre: Estas máquinas recuperan la sangre derramada durante una intervención quirúrgica o un trauma, que luego es filtrada y reinfundida al paciente en un circuito cerrado. En casos extremos, pueden recuperarse litros de sangre con este sistema.
Técnicas quirúrgicas: La buena planificación, que incluye consultar a especialistas con experiencia, ayuda al equipo quirúrgico a evitar complicaciones. Es vital actuar rápido para detener el sangrado. Las demoras mayores de veinticuatro horas pueden incrementar significativamente la mortalidad. La reducción de las grandes operaciones a varias menores aminora la pérdida total de sangre.
Instrumentos quirúrgicos: Algunos cortan y sellan simultáneamente los vasos sanguíneos. Otros sellan la hemorragia en amplias zonas de tejido. Hay instrumentos laparoscópicos o de carácter mínimamente invasivo que permiten operar sin las pérdidas de sangre ocasionadas por las grandes incisiones.