La multiplicación es una de las operaciones fundamentales en matemáticas y posee varias propiedades esenciales que facilitan su comprensión y aplicación. Algunas de estas propiedades incluyen la conmutativa, que establece que el orden de los factores no altera el producto; la asociativa, que indica que la forma en que se agrupan los factores no afecta el resultado; y la distributiva, que permite distribuir un factor sobre una suma o resta dentro de un paréntesis.