Aprender ciencias a través del lenguaje
¿A que ayuda?
Ayuda a construir modelos científicos más
elaborados y éstos ayudan a configurar un lenguaje más preciso.
A continuación plantearemos la necesidad de promover el desarrollo de la competencia comunicativa científica del alumnado para expresar ideas científicas partiendo de las siguientes premisas.
a) Aprender ciencias es como aprender otro idioma
La naturaleza de los fenómenos que trata la
ciencia hace que el lenguaje cotidiano sea insuficiente para representarlos. Por eso la comunidad científica se comunica utilizando un lenguaje altamente especializado —el lenguaje de la ciencia— que incluye, además de palabras, gráficos, mapas, símbolos
matemáticos, ecuaciones, etcétera. El lenguaje científico tiene unas características bien determinadas:
Preciso
Riguroso
Formar
Impersonal
b) Cada disciplina tienen su patrón temático y su patrón estructural
según palabras de Lemke
Cada disciplina tiene sus modelos o patrones temáticos al a vez que su propio lenguaje.
Para que la actividad científica en el aula se desarrolle con éxito es necesario que los participantes dispongan de conocimientos sobre el tema, pero también del necesario dominio de los géneros del lenguaje científico.
Porque mientras uno aporta el contenido, el otro aporta la forma de organizar el razonamiento
Si examinamos lo que se pide al alumnado en los trabajos que deben realizar en la clase de ciencias, observaremos que las demandas, expresadas a través de verbos:
Explicar
Consiste en producir razones o argumentos de manera ordenada según una relación causa-efecto.
Describir
Es producir enunciados que enumeren cualidades, propiedades, características, etc., de un objeto, organismo o fenómeno
Justificar
Es producir razones o argumentos en relación a un corpus de conocimiento o teoría.
Argumentar
Es también producir razones o argumentos con la finalidad de convencer.
Enseñar y aprender es, básicamente
Un proceso de comunicación entre el alumnado y el profesorado y entre los
mismos estudiantes (Sanmartí et al., 2002).
Muchas veces se piensa que las personas “aprendemos” un determinado conocimiento y posteriormente lo expresamos a través de palabras, y que de hecho “conocer” y “hablar” son dos procesos bien diferenciados.
Esta separación entre el “conocer” y el “comunicar” conlleva que muchas veces no se crea necesario
incentivar al alumnado para que se esfuerce en comunicar sus ideas de forma que se entiendan, ya que podemos intuir qué quieren decir; y consecuentemente, que los alumnos no valoren dicho esfuerzo.
El lenguaje juega un papel esencial en el
proceso de construcción de las ideas, ya que es el medio a través del cual se regula dicha construcción.
1. Los chicos y chicas, cuando observan un fenómeno, elaboran sus propias explicaciones que son coherentes desde su punto de vista, aunque suelen ser explicaciones poco elaboradas, simples y generalmente incoherentes desde la lógica del experto.
2. Los profesores, sobre el mismo fenómeno
damos explicaciones diferentes más complejas y que se basan en el punto de vista de la ciencia actual.
Una de las finalidades de la enseñanza de las ciencias es desarrollar competencias que posibiliten a nuestros alumnos seguir modificando y adquiriendo nuevos conocimientos a lo largo de la vida
Por ejemplo la lectura autónoma y significativa de textos. Para ayudar a los alumnos a aprender conceptos científicos y también el placer por la lectura de textos divulgativos de ciencia será necesario plantear preguntas que favorezcan diferentes niveles de lectura:
Lectura literal: Posibilita conocer el texto. La respuesta a este tipo de interrogante se encuentra directamente en el texto y por tanto sólo es
necesario buscarla. Son preguntas que interpelan más la memoria que la comprensión del alumno. Por ejemplo, preguntar: ¿Qué dice el texto?
Lectura inferencial: Posibilita utilizar toda la información conceptual que se da por sabida. El lector debe ser capaz de formular con claridad ideas que no aparecen en el texto, pero que están implícitas. Por ejemplo, preguntar: ¿Qué cosas no dice el texto pero necesitamos saber para entenderlo?
Lectura evaluativa: Posibilita valorar la utilidad de la información. Por ejemplo, preguntar: ¿Cuáles son las ideas principales? ¿Cuáles dice que no sabía?
Lectura creativa: Posibilita ampliar el campo de lectura, deducir, relacionar, aplicar... Por ejemplo, preguntar: ¿Para qué me sirve este texto?, ¿estas ideas son útiles para explicar otros fenómenos?