Asistencia al final de la vida
Fragilidad y síndrome de declive
Se define como un síndrome clínico que presentan los pacientes frágiles caracterizado por pérdida nutricional y funcional.
Así pues, la fragilidad y el síndrome de declive podrían formar parte de una misma entidad, siendo el síndrome de declive la situación extrema de la fragilidad y estando asociado a mal pronóstico a corto plazo.
En la práctica diaria es un concepto que hay que utilizar con precaución y la actitud debería ser la de realizar una valoración geriátrica y establecer un plan terapéutico adecuado.
Calidad de cuidados al final de la vida
El Instituto de Medicina Americano define como «buena muerte» aquella que ocurre libre de sufrimiento evitable, para el paciente y su familia, respetando los deseos del paciente y donde la atención realizada sea razonablemente consistente con los valores y la cultura de la sociedad donde ésta transcurre. La adecuación de estos objetivos a los cambios clínicos, habituales en los pacientes con enfermedades crónicas evolucionadas, debe ser un proceso dinámico.
Aspectos prácticos de la atención al final
de la vida
Atención a la familia
La atención a la familia es uno de los criterios de calidad de atención al final de la vida. El trabajo multidisciplinar dirigido al enfermo y la familia como unidad
a tratar también es característico de la atención integral en cuidados paliativos.
Comunicación y toma de decisiones
La comunicación e información es también uno de los instrumentos básicos de la terapéutica en cuidados paliativos. Comunicar es transmitir a otro algo que se tiene: información.
Trabajo en equipo
La organización y el trabajo en equipo son fundamentales para la atención global e integral del paciente, y es un aspecto base de la práctica médica en
geriatría.
Aspectos generales del control de síntomas
El buen control sintomático en el anciano en fase terminal es la base en la que se sustenta el resto de principios ya citados en los cuidados paliativos. En las fases finales de la enfermedad, el paciente y su familia suelen dar más prioridad al buen control de sus molestias (físicas, emocionales, espirituales y sociales) que al propio diagnóstico causal.
Para poder realizar un abordaje que permita un control sintomático adecuado es necesario:
-Evaluar antes de tratar: siempre que sea posible y/o adecuado, tratar las causas específicas y los factores desencadenantes, sin descuidar nunca un buen control sintomático.
-Fijar objetivos realistas, razonables y escalonados.
-Elaborar un plan terapéutico global, en el que conste el tratamiento farmacológico .
-Monitorización de los síntomas, con revisión periódica de la respuesta al plan terapéutico establecido.
-Informar apropiadamente al paciente y la familia de las causas de los síntomas y la estrategia que planteamos para el control de éstos y propuestas a los cambios evolutivos, facilitando la accesibilidad al equipo terapéutico.
-Reevaluar con frecuencia.
La atención al final de la vida, entendida como la
prestación de cuidados a la persona en la última fase
de su ciclo vital, puede oscilar desde unos pocos días
hasta muchos meses, según la situación del paciente
y sus enfermedades de base.
Cuidados paliativos y geriatría
La investigación y las guías clínicas de cuidados paliativos hacen referencia a personas jóvenes y fundamentalmente con cáncer. Los estudios existentes en personas mayores con enfermedades crónicas progresivas constatan necesidades no cubiertas en estos pacientes (con presencia de sufrimiento por síntomas físicos o psicológicos) y de sus familiares.
Los cuidados paliativos no son exclusivos de los equipos y unidades especializadas, sino que tienen que formar parte del cuidado de cualquier paciente independientemente del lugar en que sea atendido.
Curar/paliar
La integración de los cuidados paliativos y tratamientos curativos son una aproximación racional a la atención de personas con enfermedades avanzadas y enfermedades avanzadas reciban tratamientos agresivos y no se inicien los tratamientos con objetivos de confort hasta que el pronóstico está muy claro y la muerte es inminente.
Epidemiología
En la mayoría de poblaciones europeas muchas personas superan los 65 años y la muerte se desplaza en una proporción importante de los casos hasta los 80-85 años. Este incremento progresivo de la supervivencia ha ocasionado como consecuencia un aumento de las personas con dependencia y no es excepcional
que muchas personas necesiten ayuda en sus últimos meses de vida A medida que la población envejece, el patrón de las enfermedades también cambia: actualmente las personas mueren de enfermedades crónicas (enfermedad pulmonar obstructiva crónica, insuficiencia cardiaca, enfermedad cerebrovascular, demencia).