Bioética de los trasplantes

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Constanzo Garay Gastón, F.E.C, 5°1°

Introducción

La terapia que mas evolucionó en nuestro siglo es la del trasplante.

Es un tema amplio y delicado, que demanda muchas distinciones filosóficas y médicas.

¿Cómo se dividen?

Sencillos

Clasificados como vitales, ejemplo: el corazón.

Y no vitales.

Dobles

Clasificados como vitales, ejemplo: los pulmones.

Y no vitales.

Teniendo en cuenta el tipo de órgano trasplantado y los sujetos:

Trasplante en mismo sujeto (mismo organismo) - autoinjerto.

Trasplante de un individuo a otro (heteroplástico). SE SUBDIVIDE EN;

Trasplante de distintas especias (animales-hombres)- heterólogo.

Trasplante entre una misma especie (animal-animal) - homólogo. DIVIDIÉNDOSE:

Entre sujetos vivos; con códigos genéticos idénticos.

De un cadáver a un ser vivo.

Algunas praxis ya están consolidadas científicamente.

Otras en estado experimental (respecto al: alma-cuerpo, técnica-moral.

Trasplante homólogo

Se pueden afectar los órganos vivos (simples o pares).

En el siglo XX los moralistas niegan la licitud de los actos por la falta de derecho a disponer en el mismo cuerpo; (Hablaban de la "mutilación directa")

Se definió una solución práctica:

Ilustrar la actitud moralista ante opiniones divididas, sostenidas con argumentos de peso por ambas partes;

Si a un médico se le presentaba esta situación debe: exponer sus dudas y no interferir en la persona hasta que forme su conciencia de licitud.

Pío XIII rechaza estos fundamentos contraponiéndose con el principio de la totalidad (si a un paciente le extraen un órgano, es parte de él mismo, puede por tanto renunciar a algunas de ellas cuando lo exija el bien del TODO.)

Y en la sociedad el individuo no es tan sólo parte como lo considera el colectivismo marxista.

Las condiciones concretas

Podemos estableces condiciones para la licitud en principios:

El principio fundamental es que todo trasplante entre vivos debe garantizar la vida y la cualidad de vida de los mismos. Esto significa:

El donante no deberá sufrir un daño sustancial e irreparable para la propia vida y operabilidad.

El sacrificio del donante debe guardar una proporcionalidad con las posibilidades de ventaja real en la vida del beneficiado.

El éxito del trasplante no ha de medirse solamente por las posibilidades de prolongación de la vida del receptor, sino también por la cualidad de dicha vida.

El trasplante deberá resultar el único remedio válido para prolongar la vida del paciente.

Es ilícito todo trasplante que comporte la muerte del donante (equivale a homicidio)

Es estrictamente obligatorio informar detalladamente tanto al donante cuanto al receptor:

Al donante se le debe informar sobre las consecuencias de la salud.

Y al receptor se le exige la información pormenorizada sobre los riesgos, incertidumbres, consecuencias en caso de rechazo.

Se requiere el libre consentimiento del donante y del receptor.

Al donante se le exige su consentimiento tras la información dada.

Y al receptor se requiere su consentimiento posterior a la información dada.

Se debe respetar la identidad del receptor y de sus descendientes.

Es el caso particular de los órganos no ejecutivos, sino ligados con la identidad biológica y de las glándulas de gran importancia para el equilibrio hormonal y bio-psicológico del sujeto.

Es ilícito el coaccionar física o moralmente a un paciente para que venda sus órganos.

Es ilícito extraer órganos de un cadáver y venderlos.

Es aberrante la extracción de órganos contra la voluntad y conciencia de los pacientes que están siendo intervenidos por otros motivos.

Voluntad de donar

Los órganos después de la muerte, en todos los casos, no debe ser visto como un deber; debe ser un consentimiento libre. Sin presiones, ni manipulaciones psicológicas.

Obligación de donar: como ocurre en algunos países, el padre Pío XII se opone, pues se inhibe la apelación a la libertad y espontaneidad, considera que es importante llegar a un acuerdo, pues de esta manera se reivindica el respeto al difunto y sus parientes.

Constatación de la muerte del donante

El principio moral que debe regir es el siguiente:

En el caso del trasplante de órgano único vital hecho ex cadáver, se requiere la muerte del mismo.

Debemos decir que si el trasplante se realiza de un cadáver a un hombre vivo, teniendo en cuenta todas las normas éticas pertinentes, no parecen haber objeciones morales, y se trataría de un acto "perfectamente lícito"

Las normas éticas son determinadas por los siguientes principios:

Mientras haya vida, aunque sea vegetativa, ésta es inviolable.

Como consecuencia de lo anterior, y por el altísimo valor en juego (la vida de un ser humano indefenso) no se puede proceder en la duda o basándose en la sola probabilidad, sino siempre y solamente en la certeza de su muerte, ya que por un lado está en juego la vida de un ser humano indefenso, y, por el otro, el acto que se realiza, no es un acto puramente negativo (el no aplicar medios extraordinarios) sino positivo (en el caso de la extracción de un órgano vital), lo cual se encuadraría en el concepto de homicidio.

Se deben tomar las máximas garantías para evitar cualquier tipo de abuso.

En cuanto a la determinación del momento preciso de la muerte, ya decía Pío XIII que no es tarea del teólogo o del filósofo, sino del científico. Debemos decir que, cuando se verifican escrupulosamente las condiciones allí señaladas, la casi totalidad de los moralistas serios contemporáneos están de acuerdo en que se llega a un criterio de certeza respecto de la muerte, y podría, por tanto, procederse al trasplante de órganos ex cadáveres.

¿Qué es un trasplante?

Es un proceso quirúrgico, donde se inserta en un organismo receptor un tejido donante.

Trasplante autólogo

Del mismo organismo, del mismo sujeto.

No presenta problemas morales mientras existan justificaciones razonables, ej.: quemaduras.

Caso contrario, si lo hacemos por moda, por ejemplo.

El padre Pío XII sostenía lo dicho anteriormente y veía justificada la causa si era por cuestiones psíquicas o sociales.

Xenotrasplante

Donde trasplantamos de un animal al organismo humano.

Donde la problemática ética arraiga del riesgo al rechazo.

Pues estos procedimientos están bajo etapa experimental y de riesgo.

Esta práctica debe ser siempre bajo los criterios de la racionalidad y necesidad, para así evitar:

Futuras alteraciones genéticas.

Riesgo sanitario (infecciones)

La transgénesis (modificando su patrimonio genético)

El consentimiento informado (la obligación de informar sobre los riesgos y controles vitalicios)

En línea de principio: No hay objeciones morales, salvo que afecte la identidad personal del receptor o de sus descendientes.

Juicio sobre la licitud

Diserta ciertos criterios respecto a la trasplantación: se suele llamar mutilación, pero esto es erróneo, porque cuando perdemos un órgano, se toca la integridad personal, pero la función vital del órgano sigue en pie (sí se ve disminuída)

En líneas generales:

Al tratarse de una decisión voluntaria, se trata de una nueva forma de solidaridad. Decía Juan Pablo II: que donar algo que viene de nuestro íntimo interior, es un testimonio de caridad meritoria y crecimiento espiritual.

Podría apelarse el principio de totalidad, ya que la subordinación del organismo físico a la finalidad espiritual de la persona, pueden ser actos perfectamente legítimos conformes al bien de la persona.

El problema de trasplantes con ex cadáveres

No presenta objeciones en sí mismos mientras se verifiquen las siguientes condiciones:

Que se trate realmente de un cadáver.

La conservación psicológica del receptor.

El consentimiento del difunto o familiares.

No se puede anticipar la muerte del donante

Omitiendo procedimientos para así extraer órganos.

No se puede hacer el mal para obtener un bien; ni dejar de hacer el bien que corresponde para obtener otro bien. En dichos caos constituiría un homicidio.

Por ejemplo: Para aumentar la disponibilidad de órganos para trasplante, se procede a la extracción de los órganos sin respetar los criterios objetivos y adecuados que certifican la muerte del donante.

El desinterés o abandono del sujeto no todavía muerto, son culpas gravísimas, pueden presentarse serias objeciones a la práctica de trasplante.

Utilización de órganos de bebés anencefálicos para trasplantes.

La anencefalia es la ausencia de una gran porción del cerebro.

Mons nos dice que su cuerpo e integridad la debemos respetar porque nos encontramos con un individuo de la especie humana, y hay que respetarlos como personas.

La obtención de órganos del anencefálico es un procedimiento aceptado por quienes consideran que no es un individuo humano o por quienes consideran ésta situación como muerte cerebral, afirmar ésto es una aberración moral.

No hay objeción si se tratase de un feto anencefálicos que muere naturalmente (respecto al trasplante).

En cuanto a la reanimación del recién nacido anencefálico: hay cuatro procedimientos posibles:

El anencefálico es entubado y conectado al respirador, manteniendo todos los parámetros vitales para extraer sus órganos según las necesidades del momento, independientemente de la presencia del tronco encéfalo. Esto es éticamente inaceptable.

OPCIÓN B

Apenas nacido es reanimado y vigilado hasta que desaparece la actividad del tronco encéfalo; esta práctica parece desproporcionada respecto del diagnóstico, configurándose como un auténtico ensañamiento terapéutico, es decir, ciertas intervenciones médicas inadecuadas a la situación real del enfermo, desproporcionadas a los resultados que se esperan o demasiado gravosas para el enfermo o su familia.

OPCIÓN C

El recién nacido es seguido con los solos cuidados ordinarios hasta que aparece hipertensión o bradicardia, momento en que es reanimado a la espera de la muerte del tronco encéfalo; este procedimiento, con la sola finalidad de
trasplantar los órganos, representa una forma de instrumentación del ser humano, y es éticamente inaceptable.

OPCIÓN D

El recién nacido es seguido con los solos cuidados ordinarios hasta que se presenta el paro cardio-respiratorio, a continuación del cual se procede a extraer los órganos. Es la práctica que más respeta el valor de la persona del anencefálico.

Es muy importante saber que:

Si el feto anencefálico, es abortado, se convertiría en un acto éticamente inaceptable e ilícito. Pues es fruto de una fecundación humana, con una forma humana, que desde el momento de la fecundación está teológicamente dirigido por un principio vital propio. Su vida debe ser respetada desde su nacimiento hasta muerte natural.