Expansión del cristianismo y el islamismo y los conflictos motivados por ellos.
Expansión del cristianismo.
El cristianismo comienza desde Jerusalén a todos los rincones del Imperio, hasta convertirse en
el siglo IV, en la religión oficial del mismo, pero no fue hasta el siglo IX, donde el cristianismo
se expandió por toda Europa, gracias a que Roma se encargó de expandir la doctrina por la parte
occidental y Bizancio partió desde el Este de Europa y Rusia.
- Durante el siglo I, las zonas cristianizadas se encontraban principalmente en el
Mediterráneo Oriental
- A finales del siglo V, se expandió por todo el Mediterráneo, alcanzando el norte de Europa, Irlanda y Oriente de Inglaterra
- Entre los siglos VII y IX se completa la expansión hacia Inglaterra y Alemania, en el siglo X la religión cristiana alcanza el Oriente y norte de Europa
Conflictos entre musulmanes y cristianos se han dado: en Líbano por la guerra civil entre los cristianos apoyados por Israel y los musulmanes apoyados por Siria y los refugiados palestinos. El conflicto entre los musulmanes bosnios y los cristianos serbios y croatas de la ex Yugoslavia.
Expansión del islamismo
La expansión del islam comenzó en la península arábiga al suroeste de Asia. Es la denominación que suele darse a las conquistas militares o las reformas de comercio de la civilización árabe musulmana en las que caerían el Imperio sasánida, el norte de África, y la península ibérica, incluyendo partes del Imperio bizantino.
Este período empezó desde el año 622 cuando Mahoma organizó en Medina un conjunto de soldados que pronto se volvió lo bastante fuerte para unificar toda la península arábiga.
Tras la muerte de Mahoma en el 632, el islam tuvo una expansión sorprendentemente rápida durante alrededor de una década, favorecido en primera instancia por la debilidad del Imperio bizantino, y ocupó todo el norte de África, Irán, la parte meridional del Asia Central, el oeste del subcontinente indio, la península ibérica y el sur de Francia. Esta primera etapa concluyó con varias derrotas, como la batalla de Poitiers (732) y otras frente a los bizantinos e hindúes, y con la disolución del Califato Omeya.