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LA PREGUNTA DIFÍCIL

La historia del neurocientífico colombiano más importante de todos los tiempos. La vida y obra de Rodolfo Llinás

sus padres -el médico Jorge Llinás, que dedicó su vida al tratamiento de tuberculosos y Bertha Riascos, descendiente de militares y políticos

en su proceso formativo llegó al Gimnasio Moderno, donde se graduó en 1953.

En 1959 se hizo médico, viajó a Estados Unidos y, antes de un año, era investigador en el Laboratorio de Neurofisiología de la Universidad de Minnesota.

Se casó con la filósofa, Gilliam Kimber y tuvo dos hijos Rafael y Alexánder

lo que sabe lo resume en una frase: “De niño vi un esqueleto de tiranosaurio y su impacto me ha durado toda la vida. Quisiera que otros niños colombianos tuvieran ese privilegio”.

De ahí en adelante, con matices intelectuales, en la vida de Rodolfo Llinás todo fue medicina

entró a estudiar a la Universidad Javeriana y convirtió el sótano de su casa en laboratorio

quedó convencido de que “lo único que valía la pena era estudiar el cerebro”

El libro de Pablo Correa describe cada momento en la vida de Llinás, acompasado con la explicación de sus avances investigativos

La ejemplar historia de vida del neurocientífico colombiano más notable de todos los tiempos, descrita a través de entrevistas, archivos, álbumes familiares o escritos de medicina

Además de sus encuentros en Nueva York, el autor de Rodolfo Llinás, la pregunta difícil refiere que el personaje para desentrañar la vida del neurocientífico de 82 años fue su hermana menor, Patricia Llinás

Con ella recorrió los caminos familiares desde que sus ancestros llegaron de España a Sabanalarga (Atlántico) a finales del siglo XIX, hasta que el abuelo Pablo Llinás, psiquiatra y catedrático, llevó a su nieto a Bogotá después de una travesía por el río Magdalena.

El primer libro del periodista Pablo Correa Torres

El disciplinado trabajo de Pablo Correa, quien desertó de la medicina, pero encontró que la comunicación era su oficio.

obtuvo el Icfes más alto del colegio. Entró a estudiar medicina y a practicar en el pabellón de urgencias del hospital Ramón González Valencia

venía inmerso en una crisis vocacional, trataba de entender qué hacía en un hospital mientras prefería leer a Cortázar, García Márquez o Borges

A mediados de 2000 inicio sus estudios de comunicación social en la Javeriana

En 2012 fue elegido becario del Knight Science Journalism Center, del Instituto Tecnológico de Massachusetts. Desde entonces tuvo claro que debía empezar su primer libro.

Ganó el Premio Álvaro Gómez Hurtado, el Amway de Periodismo Ambiental y el Simón Bolívar en sus dos últimas ediciones.

Hace 17 años el neurocientífico Rodolfo Llinás le dijo que no, pero no se dio por vencido. En condición de periodista lo conversó un par de veces, leyó sus libros, estudió su obra y se impuso el objetivo de perfilar su vida en favor de la medicina, la ciencia y Colombia.

El resultado es su libro que explica por qué el país debe sentirse orgulloso de un hombre que les ha dado mucho a la humanidad y a la historia