Laicismo y educación pública
en el discurso liberal ecuatoriano
(1897-1920)

La Constitución de 1897 que siguió al golpe de estado liberal de 1895 Y mantuvo al catolicismo como religión oficial con exclusión de otros cultos

Adopto una reforma trascendental adoptada también en 1897 fue la descentralización del aparato
escolar que privó de varias atribuciones al Ministerio de Instrucción

suprimieron las rentas eclesiásticas instituyendo a cambio el subsidio del Estado hacia la Iglesia.

instituyendo a cambio el subsidio del Estado hacia la Iglesia.

se separa la Iglesia-Estado

La singularidad del liberalismo practicado por Peralta radicó en una contradictoria combinación entre anticlericalismo

En ese sistema, que se deslindó del modelo centralista garciano, la
educación adquirió un carácter descentralizado, fortalecido por relaciones
de apoyo que organizaciones de laicos y municipalidades prestaban a la
educación católica, todo ello bajo la inspiración del “catolicismo social

La Ley de Educación se limitó a señalar que “la Instrucción pública ofi cial será laica, y además gratuita y obligatoria la que serefi ere a la enseñanza primaria

la enseñanza la educación católica tuvo que reorientar sus reivindicaciones a la defensa de la educación particular, lo que le permitirá acceder a la contribución económica solidaria de las élites conservadoras. Todo ello signifi có que la “enseñanza libre” no quedara restringida como aspiraba el artículo 19 de la Constitución

Las relaciones de poder y subordinación a que está sometido el
niño se distribuyen en múltiples direcciones, hacia Dios, la familia, la sociedad y la Patria.

la educación laica constituye la expresión más
importante del laicismo militante de la etapa alfarista.

desarrollo de la pedagogía como ciencia con el momento que experimentaba la humanidad bajo el infl ujo de la racionalidad positivista,a la que concebía como una conquista de la civilización.

pedagogos afi rman, sin reserva alguna, que hoy se
debe enseñar de la misma manera como se aprendiera antes

Los normalistas estructuraron sus acciones y refl exiones fundamentalmente en torno a la defensa de la enseñanza primaria, el lugar natural que el historicismo positivista les había asignado, para colaborar en la gran tarea civilizatoria que enrumbaba a la humanidad.