UN CURRÍCULO PARA
EL SIGLO XXI:
DESAFÍOS, TENSIONES Y
CUESTIONES ABIERTAS.

Sobre todo como el producto de un proceso orientado a definir cuáles son los conocimientos indispensables, las capacidades esenciales y los valores más importantes que la escuela tiene que privilegiar y cuáles son en efecto los aprendizajes fundamentales que es necesario asegurar a fin que las nuevas generaciones estén efectivamente preparadas a vivir en la sociedad que se aspira construir.

PRINCIPIOS PARA EL DISEÑO CURRICULARB

Por un lado, se tiende a percibir la educación
como un proceso meramente técnico que tiene que producir
‘resultados’ estrictamente alineados con las exigencias de la
economía y a reducir su función a la preparación de personas
competitivas en el mercado local y global.

Se sugiere además que los resultados de las evaluaciones – por cierto con frecuencia por debajo de las expectativas y a veces francamente desalentadores – indican una ‘crisis mundial del aprendizaje’, aunque parece temerario suponer que la capacidad de aprendizaje de los seres humanos esté en crisis.

Se argumentaque el currículo tiende a mirar más hacia el pasado que hacia el futuro; que está basado en concepciones muy tradicionales del aprendizaje y de la enseñanza además de tener poco en cuenta la heterogeneidad de los estudiantes y la diversidad de sus estilos de aprendizaje; que está organizado de una manera fragmentada que no refleja nuestro desempeño en la vida real; y que tiende a centrarse en conocimientos y necesidades socio-económicas que se desactualizan rápidamente.

Las evaluaciones nacionales e internacionales indican carencias
a veces preocupantes en materia de adquisición de saberes básicos (lecto-escritura, matemáticas) así como brechas significativas en su distribución social.

Lo que está claro es que, si se quiere promover el desarrollo efectivo de competencias, es necesario repensar la estructura disciplinar tradicional del currículo, la organización de las experiencias de aprendizaje, las maneras de enseñar y los sistemas de evaluación. Existe también el riesgo de considerar las competencias como capacidades que los individuos poseen de manera permanente e independientemente del actuar concreto en un contexto socio-cultural específico y en interacción con otras personas.

Trastorno de la comunicación no especificado.

Trastorno del espectro autista

Leo Kanner pionero en el estudio del trastorno del espectro autista.

Trastorno de TDAH

Leon Eisenberg, psiquiatra estadounidense que descubrió el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH)

Trastorno del aprendizaje (lectura , escritura, matemática).

Samuel Kirk quien utilizo el término problemas de aprendizaje para referirse a un retraso o trastorno en el desarrollo del habla, lenguaje, lectura, escritura o habilidades matemáticas resultantes de disfunciones cerebrales o problemas emocionales.

Trastornos motores TICS

Georges Gilles de la Tourette pionero en el estudio del trastorno motor TICS.

Otro trastorno del Neurodesarrollo no especificado

Trastorno del neurodesarrollo
no especificado

Es evidente que el currículo escolar no puede abarcar todo lo que es preciso aprender en los planos personal, social, profesional, ético y cultural; por tanto, no hay algo sustancialmente nuevo en este proceso – político y social, más que técnico – de selección y legitimación que se lleva a cabo desde los sistemas educativos nacionales.

Lo nuevo son las profundas y rápidas
transformaciones que están afectando a nuestras sociedades, y los dilemas y las tensiones que
se han acumulado en la búsqueda de un acuerdo político y social sobre qué, para qué y cómo educar para responder eficazmente a las expectativas y demandas de los jóvenes y de los diversos sectores sociales en un siglo caracterizado por las incertidumbres y la celeridad de los cambios.

El mercado laboral se transforma a gran velocidad a raíz de dinámicas de innovación permanente y es muy difícil evitar la impresión que el desfase entre sus exigencias y la formación ofrecida por la escuela sigue aumentando.

El currículo escolar organizándolas alrededor de cuatro
dimensiones vinculadas entre sí, es decir: (i) cuáles principios
tiene que reflejar y qué contenidos (en el sentido más amplio)
fundamentales tiene que incluir el currículo del siglo XXI;
(ii) quién los define y cómo; (iii) qué tipo de instrumentos
hay que utilizar para que el currículo oficial se concrete en
aprendizajes efectivos y significativos; y (iv) cómo hay que
enseñar esos contenidos.

Vivimos en un contexto saturados de informaciones y a
la vez asistimos a un proceso de explosión de conocimientos sin precedentes asociado a su banalización en términos de acceso gracias a las tecnologías de la información y la comunicación; esto hace que la escuela ya no sea necesariamente el lugar principal donde pueden ser adquiridos, además de volver la tarea de su selección siempre más compleja y disputada.

Bibliografía

Diagnosis, M., and Mental Disorders, E. (1995). DSM-IV. Asociación Americana de Psiquiatría.

Rosselli, Mónica. “Neuropsicología del desarrollo infantil”. Editorial El Manual Moderno, Mèxico. 2010.

Trabajo elaborado por Jonathan Pereira Pereira