por Paola Bautista 3 anos atrás
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Existen algunos estudios que, desde este marco, manifiestan la capacidad de los estudiantes de adoptar posiciones críticas acerca de la relación entre sus creencias y conocimientos y las perspectivas de acción y práctica generadas. Así, Cobb, Boufi, McClain y Whitenack (1997) analizan la relación entre el discurso reflexivo, en cuanto facilitador de la función comunicativa en torno a la práctica matemática de aula, y el desarrollo del pensamiento matemático. Estos autores concluyen que el discurso reflexivo favorece la interacción social y una mejor predisposición de los estudiantes al aprendizaje matemático. Hershkowitz y Schwarz (1999) analizan también los procesos de reflexión que se producen en un ambiente rico de aprendizaje de las matemáticas. El estudio se realiza durante un curso escolar y se analiza el desarrollo de actividades a partir del siguiente procedimiento: los estudiantes trabajan primero individualmente durante una fase preparatoria; colaboran en pequeños grupos para resolver un problema; escriben informes de grupo y, finalmente, participan en una discusión mediada por el profesor en la que todos informan de manera verbal los procesos de los que son conscientes, los critican y reflexionan sobre sus estilos de aprendizaje.
De acuerdo con Jaworski (2006) y Jaworski y Goodchild (2006), la creación de una comunidad de aprendizaje y de indagación es un aspecto esencial para aprender mediante la práctica. El concepto de comunidad de aprendizaje fue descrito inicialmente por Wenger (1998), que destacó la importancia de una práctica colectiva compartida que propone y evalúa alternativas distintas. Para crear una comunidad de estas características, deben considerarse diversos elementos, algunos de los cuales han sido descritos por Esteve (2004). Esta autora apunta la necesidad de establecer desde el principio un clima relacional que fomente la participación activa de los aprendices. En esta línea, Mercer (2002) y Sullivan y Lilburn (1997) subrayan el uso de preguntas, al permitir avanzar desde unos primeros niveles de concienciación sobre lo que uno ya sabe o es capaz de hacer hacia niveles superiores en los que va entreviendo la manera como puede avanzar mejor en el aprendizaje.