DIEZ MANERA DE CREAR VALOR PARA LOS ACCIONISTAS
Los ejecutivos han desarrollado una visión estrecha en su búsqueda del valor para los accionistas, al enfocarse en el desempeño de corto plazo a expensas de la inversión para el crecimiento a largo plazo. Es tiempo de ampliar la perspectiva y empezar a diseñar las estrategias de negocios a la luz del panorama competitivo y no de la nómina de accionistas.
Alfred Rapapport ofrece diez principios básicos para ayudar a los ejecutivos a crear un valor duradero para los accionistas.
PRINCIPIOS
1. No manejar las ganancias ni entregar una
guía de ganancias.
Las empresas que no adoptan este primer principio de
valor para los accionistas casi con certeza serán incapaces de seguir los demás. Desafortunadamente, eso descarta a la mayoría de las corporaciones porque virtualmente todas las empresas listadas en bolsa practican el juego de las expectativas de ganancias.
2. Tomar decisiones estratégicas que maximicen
el valor esperado, incluso a expensas
de menores ganancias a corto plazo.
La mayoría de las empresas evalúa y compara las decisiones estratégicas en términos de su impacto estimado sobre las ganancias reportadas, cuando más bien deberían evaluarlas respecto del valor adicional esperado en los flujos de caja futuros.
3. Hacer adquisiciones que maximicen el
valor esperado, incluso a expensas de
menores ganancias a corto plazo.
Las empresas generalmente crean el máximo de valor a
través de sus operaciones del día a día, pero una adquisición importante puede crear o destruir valor más rápidamente que cualquier otra actividad corporativa.
4. Mantener solamente activos que
maximicen el valor.
El cuarto principio lleva la creación de valor a un nuevo nivel, porque guía la elección del modelo de negocios que adoptarán las empresas que están conscientes del valor.
6. Recompensar al CEO y a otros altos
ejecutivos por generar retornos
superiores en el largo plazo.
Las empresas necesitan incentivos de pago eficaces en todos los niveles a fin de maximizar el potencial de retornos superiores. Los principios 6, 7 y 8 establecen pautas apropiadas para compensar a los ejecutivos de nivel alto, medio y bajo.
5. Devolver el efectivo a los accionistas
cuando no existan oportunidades creíbles
de creación de valor para invertir en el
negocio.
Las empresas conscientes del valor que cuentan con grandes excesos de efectivo y sólo limitadas oportunidades de inversión para crear valor, les devuelven el dinero a los accionistas a través e dividendos y recompra de acciones.
7. Recompensar a los ejecutivos de las
unidades operativas por agregar valor
superior en múltiples años.
Aunque las opciones de acciones apropiadamente estructuradas son útiles para los ejecutivos corporativos cuya misión es mejorar el desempeño de la empresa y así, en última instancia, el precio de las acciones– esas opciones usualmente son inapropiadas para recompensar a los ejecutivos de unidades operativas, las que tienen un impacto limitado sobre el desempeño global.
8. Recompensar a los ejecutivos medios y
a los empleados en la primera línea por
entregar un desempeño superior en los
impulsores clave del valor en que ellos
influyen directamente.
Aunque el crecimiento de las ventas, los márgenes de operación y los gastos de capital son indicadores financieros útiles para rastrear el SVA de una unidad operativa, son demasiado amplios para brindar orientación cotidiana a los ejecutivos medios y los empleados de primera línea que necesitan saber qué medidas específicas deben tomar para aumentar el SVA.
9. Exigir que los altos ejecutivos asuman los
riesgos de la propiedad al igual que los
accionistas.
En su mayor parte, el hecho de dar opciones no ha conseguido alinear los intereses a largo plazo de los altos ejecutivos y de los accionistas porque los primeros rutinariamente convierten en efectivo las opciones asignadas. Para aumentar el precio actual de las acciones, la alternativa de poder venderlas pronto puede de hecho motivarlos a enfocarse en los resultados a corto plazo más que en el valor a largo plazo.
10. Entregar a los inversionistas información
relevante sobre el valor.
El último principio rige las comunicaciones a los inversionistas, tales como la información divulgada en los reportes financieros de una empresa.