EDUCACIÓN Y CAMBIO
(el rol del educador se agiganta porque es él, precisamente, quien está en contacto privilegiado con el hombre en sus años de crecimiento y formación)
El compromiso del profesional con la sociedad
la primera condición para que un ser pueda ejercer un acto comprometido estaba en que fuera capaz de actuar y reflexionar.
no puede realizarse a
través de la palabrería ni de ninguna otra forma de huir del mundo, de la realidad concreta, donde
se encuentran los hombres concretos.
Al analizar el compromiso del profesional con la sociedad, tendremos que
reconocer que el profesional, antes de serlo, es hombre. Debe ser compromiso por ello mismo.
El compromiso exige praxis, es decir, acción y reflexión sobre la realidad, lo que requiere un conocimiento profundo de ésta. Por ello, los profesionales deben buscar constantemente su perfeccionamiento.
La educación y el proceso del cambio social
El hombre se educa porque se reconoce inacabado. Si fuera un ser completo, no habría educación. Se cuestiona: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿Dónde puedo estar?
La búsqueda no puede ser individual y exclusiva Jaspers dijo: "Yo soy en la medida en que los otros son también" El hombre no es isla. Es comunicación. Luego, hay una relación estrecha entre comunión y
búsqueda
Saber-ignorancia: La sabiduría parte de la ignorancia. No hay ignorantes absolutos.
Amor-desamor: No hay educación sin amor. El amor implica lucha contra el egoísmo. Quien no es capaz de amar a los seres inacabados, no puede educar.
Esperanza-desesperanza: Espero porque me inscribo en la búsqueda, ya que no se puede buscar sin esperanza. Una educación sin esperanza no es verdadera educación.
El hombre, un ser de relaciones: El hombre está en el mundo y con el mundo, lo que le permite ser un ser de relaciones. Estas relaciones no solo son con otros, sino que se establecen en el mundo, con el mundo y por el mundo.
El ímpetu creador del hombre: La
educación debe ser desinhibidora y no restrictiva. Es necesario que demos oportunidad para que
los educandos sean ellos mismos.
Concepto de sociedad en transición: Hemos de saber lo que fuimos y lo que somos para saber lo
que seremos.
La "conciencia bancaria" de la educación: El educando recibe pasivamente los conocimientos, convirtiéndose en un depósito del educador. Se educa para archivar lo recibido, pero lo curioso es que lo archivado es el propio hombre, quien pierde su poder de crear y se convierte en una pieza, siendo menos humano.
El rol del trabajador social en el proceso del cambio
el rol del trabajador social no se limita al proceso de cambio en sí, sino que abarca un dominio más amplio, del cual el cambio es solo una de sus dimensiones.
Hablar pues del rol del trabajador social, implica el análisis del cambio y de la estabilidad como
expresiones de forma de ser de la estructura social.
El trabajador social debe tener en cuenta que la estructura social es obra de los hombres, y su transformación también dependerá de ellos
El trabajador social que aboga por el cambio no teme a la libertad, no prescribe, no manipula, ni evita la comunicación; por el contrario, la busca y la vive. Todo su esfuerzo, en un enfoque humanista, se concentra en desmitificar el mundo y la realidad.
Este cambio de percepción, que surge al problematizar una realidad concreta y al confrontar sus contradicciones, implica que el hombre se enfrente de nuevo a su realidad. Significa admirarla en su totalidad: observarla desde dentro, separarla en sus partes y luego volver a admirarla, obteniendo así una percepción más crítica y profunda de su existencia en la realidad.
Alfabetización de adultos y concientización
El hombre como un ser de relaciones: el concepto de
relaciones de la esfera puramente humana, guarda en sí connotaciones de pluralidad, de criticidad,
de consecuencia y de temporalidad.
El hombre y la época: Una época de la historia presentará una serie de aspiraciones, de deseos, de valores, en busca de
su realización. (en la medida en que el hombre crea, recrea y decide, se van formando las épocas históricas).
El tránsito: Implica realmente una marcha que
hace la sociedad en procura de nuevos temas, de nuevas tareas, o más precisamente, de su
objetivación.
La organización reflexiva del pensamiento:Lo que tendríamos que hacer, entonces, sería como lo dice Paul Legrand: ayudar al hombre a
organizar reflexivamente el pensamiento. Colocar, según este autor, un término nuevo entre el
comprender y el actuar.
La capacitación de los coordinadores: Se trata de adoptar una actitud dialogante, a la cual los coordinadores deben comprometerse para realizar verdadera educación y no mera domesticación.
Virtudes del educador en un contexto de cambio
Coherencia: reducir la brecha entre el discurso y la práctica. de modo que en algún momento la práctica se convierta en discurso y el discurso en práctica.
La palabra y el silencio: aprender a lidiar con la
tensión entre la palabra y el silencio. Hay que aprender algunas cuestiones básicas como estas, por ejemplo: no hay pregunta tonta, ni tampoco hay respuesta definitiva.
Subjetividad y objetividad: La subjetividad cambia en el proceso de cambio de la
objetividad. Yo me transformo al transformar. Yo soy hecho por la historia al hacerla (y no sólo yo
tengo ese privilegio).
Autocrítica
Aquí y ahora: es no solo comprender, sino también vivir la tensión entre el presente del educador y el presente de los educandos. Al entender esta relación entre "mi aquí" y "el aquí" de los educandos, comienzo a darme cuenta de que mi "aquí" es el "allá" de los educandos.
Espontaneísmo y manipulación: cómo evitar caer en prácticas espontaneístas sin caer en posturas
manipuladoras
Democracia
Teoría y práctica: La práctica no es solo una aplicación de la teoría, sino que depende de ella. Reflexionar sobre la práctica es clave para mejorarla desde una perspectiva teórica.
Paciencia e impaciencia: es equilibrar la paciencia y la impaciencia. La paciencia extrema puede llevar a esperar pasivamente por un cambio futuro, mientras que la impaciencia extrema puede llevar al activismo sin considerar la realidad.
Lectura del texto y del con-texto: la experiencia indispensable de leer la realidad, sin leer las palabras.
La neutralidad frente al mundo, frente a lo histórico, frente a los valores, refleja
simplemente el miedo que tiene uno de revelar su compromiso.